IX. REVELACIÓN

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–Buenos días –Informó un serio Taehyung abriendo la puerta de golpe. Su voz grave y autoritaria resonó en los oídos recién activados de un adormilado Jungkook, el cual entrecerró los ojos inmediatamente al intentar abrirlos, ya que la luz a través de la ventana resultaba molesta para cualquiera que se acabara de levantar. –Empiezas hoy –Informó arrojándole una camiseta beige hacia su dirección, seguido de esto, cerró la puerta detrás de él sin esperar a que el menor contestara.

–Vaya humor –Dijo Jungkook para sí mismo.

–Escuché eso –O eso creía.

Jungkook solo frunció el ceño y empuñó ambas manos, sobando las muñecas sobre sus ojos para prepararlos antes de volver a abrirlos completamente.

Con lo que Jungkook no contaba, era que un alterado Taehyung se encontraba apoyado del otro lado de la puerta, con los ojos totalmente abiertos e intentando recobrar el ritmo de su respiración, aturdido.
¿Por qué ese chico estaba durmiendo sin camiseta?

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–Jungkook –Eso era lo único que el aludido estuvo esuchando por los últimos 45 minutos, y cada que su nombre era pronunciado, era para que un molesto Taehyung le preguntara idioteces o simplemente cortara el césped un poco más, solo porque no era agradable para su vista.
¿Desde cuándo el mayor se convirtió en una molestia?

–¿Ahora qué? –Contestó un irritado Jungkook.

–¿Tú trajiste esos cerdos al corral? –Preguntó el pelinegro, con una mano apoyada en su cadera y la otra señalando repetidamente hacia donde aquellos animales se encontraban.

–Iba a preguntarte lo mismo.

Hubo un pequeño silencio hasta que el chico, a falta de respuesta, se acercó al mayor, ya que la distancia entre ellos no era muy cómoda para hablar.
Taehyung se alejó cómicamente un paso hacia atrás, posicionando su brazo en su pecho, en modo de defensa.

–¿Qué rayos te pasa? –Jungkook agitó la cabeza frunciendo el ceño, completamente extrañado.

–No, ¿Qué te pasa a ti? –La cara de terror y el tono grave de voz que poseía el moreno, era una combinación que en el momento resultaba graciosa. –Mantente a una considerable distancia. Invades mi espacio personal.

–¿Qué me pasa a mí? ¡Llevas evitándome y comportándote extraño desde hace días! –Los brazos de Jungkook se extendieron a los lados e inmediatamente los dejó caer a sus costados.

–No debí invitarte a mi casa –La voz de Taehyung sonó como un susurro.

Los ojos del menor se abrieron como platos, incrédulo ante lo que acaba de escuchar. Kook estaba dispuesto a marcharse dejando caer la pala en su mano al suelo, hasta que en un veloz reflejo, la masculina mano del contrario impidió su camino.

–No quise decir eso.

–No no, tienes razón, está bien –Dijo mirando al suelo. –Debería encontrar otro lugar, soy una molestia aquí.

–¡No es verdad! Es solo que, bueno, yo... –Un tartamudo Taehyung hizo acto de presencia, mientras el pelicorto solo lo observaba con los ojos a la mitad y parpadeando pesadamente, dándole tiempo al otro para soltar una excusa.

–Taehyung, no tienes que explicar nada, me iré –Interrumpió el chico intentando soltar su agarre. Taehyung al notarlo, inmediatamente le dejó ir, asustado en sus adentros de que él mismo haya empezado ese contacto, pero por fuera, su expresión era tan fría que parecía que carecía de sentimientos.

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