—¿No escuchaste?
—Pero, mi señor...
—Tráiganlo de regreso —Espetó cómo indicación final, regresando su mirada a los papeles en su mesa.
La mujer frente a él, del otro lado del escritorio solo reverenció, rendida ante intentar dialogar con el cuidador.Apretó los puños, impotente, confuso, enojado.
Desde que supo que Jungkook había llegado a parar al lugar menos indicado, se preguntó por primera vez en años, si lo que había hecho era lo correcto.
Nunca jamás alguien había cuestionado sus decisiones, y que él mismo fuera la primera persona en hacerlo, le resultaba aún más patético.Se puso de pie en un movimiento brusco, haciendo que la silla detrás de él se recorriera en un chirrido contra el lustrado suelo de madera.
—¿Hace cuánto está ahí? —Preguntó girando a medias la cabeza, pero sin mantener contacto visual con el hombre a su lado.
—Hace aproximadamente 2 semanas, señor. No sabemos con exactitud si llegó justamente el día que lo dejó salir.
—¿Así que logró salir de ahí? —Se preguntó a si mismo en un tono burlón, al mismo tiempo que alcanzaba su bastón del otro lado de la mesa. —Una verdadera escoria.
El hombre a su izquierda, solamente tragó, asustado ante la visible molestia del cura.
—S-señor —Inquirió dudoso —¿Está seguro de que lo quiere de regreso?
Aquella pregunta captó inmediatamente su atención, girando la cabeza en su totalidad hacia el hombre, manteniendo finalmente ese aterrador contacto visual, que nadie se atrevía a retener con el cuidador. La enorme cicatriz casi rozando su ojo, dándole una vibra aún más imponente.
—¿Estás cuestionándome? —Rió sin gracia. —¿Tú también?
El hombre parpadeo, el cuidador comenzó a acercarse paso a paso hasta él, en un ritmo tortuosamente lento, haciendo que este se encogiera conforme más se acercaba. Ligeros centímetros siendo los únicos que dividían sus miradas.
—A mí solo me interesa proteger a nuestra sociedad —Informó con una sonrisa ladina dibujada en su rostro -Nuestra única amenaza está viviendo allá afuera, ¿No crees que es mejor tenerlo aquí y vigilarlo por nuestra cuenta?
—S-señor, usted lo dejó ir-
Un movimiento veloz de un afilado objeto atravesando su garganta, fue suficiente para que el hombre callara, no sin antes otorgándole una atónita mirada mientras la sangre brotaba del punto, el cuidador reteniendo la abierta mirada del otro a la suya con gusto.
Volvió a guardar el objeto en el bastón, este siendo una perfecta máscara para guardar lo que realmente era ese característico objeto que llevaba a todos lados.
Sacó un pequeño trapo de su bolsillo, extendiendo y sacudiéndolo un poco para que estuviera más liso.
La mancha de sangre en su rostro era una verdadera molestia.
—Logró salir —Se repitió mientras volvía a tomar asiento frente a su escritorio —Ese monstruo salió del bosque —Continuó asintiendo con la cabeza. —Es un verdadero maldito.
—¡Con cuidado, Leena!
—Estoy bien, Jungkook-oppa —Contestó la pequeña entre risas, pero no obedeció a su mayor. Al contrario, sostuvo con aún más fuerza la java con vegetales entre sus pequeños bracitos mientras seguía caminando.
—Puedo cargarla si no puedes, vas a caer —Insistió el azabache, supervisando en cada paso que daba si el próximo lugar al que pisaría la niña, estaba completamente seguro.
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EL MALDITO
FanfictionUn joven con poderes que ni él mismo controla es descubierto, tachado de demonio y exiliado. Taehyung, un joven campesino quien vive junto con su pequeña hermana Leena, acogen al joven desesperado en su humilde hogar, sin tener conocimiento de las c...