Capítulo 19: CODE_DRAGON: La segunda muerte de Tomas

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—Kevin, quise preguntarte cuando nos liamos a hostias, pero no pude. ¿Qué tal está tu madre?

—Mal... insuficiencia renal aguda por no decir fallo renal, y ahora complicaciones del corazón. Si no encontramos un donante...

—Es por eso que te uniste a AURORA, ¿cierto?

Kevin no es alguien que luche sin motivo, y mucho menos que mate sin razón. Mató con tal de salvarnos a nosotros, a su hermana, y a su madre enferma. Puedo leerlo, él esperaba que, entre todas las personas a asesinar, con suerte alguna fuer compatible.

—Está en la lista de espera, pero todavía nada. Si con suerte muere alguien y sus riñones son compatibles... lo celebraría por todo lo alto. Pero ahora eso no es lo que nos compete. Lo que toca ahora es Irina y su chip con poder Esper.

—Hasta ahí llego.

Fuimos a la enfermería del instituto por la noche. Leticia, la onee-san enfermera, nos dio la llave.

Ahora... toca lo serio.

—Mmm... ¿Realmente tengo que desnudarme y ponerme esta bata de paciente? Hace fresco...

Irina estaba molesta, y era normal. Tenía que tumbarse en la cama, y yo tenía que tocar su cuerpo para encontrar el sello ese.

—Para ser una cama de enfermería de un instituto grande... es bastante cómoda.

—Supongo que el presupuesto del mobiliario escolar se fue aquí, je, je. Porque las mesas y las sillas de los cursos no bilingües... ¡je!

—Las clases terminadas en A siempre se llevan todos los privilegios. Los favoritos de los profes.

—Los lameculos. ¡Ja, ja, ja!

—¡Ja, ja, ja!

Primero, abrí la bata para revisar su abdomen. Aplicando una leve cantidad de Aurora en mis manos, el círculo "mágico" brillaría, mostrando su ubicación y confirmando su existencia. Después, revisé sus pechos. Cuando pasé mis manos por encima de sus pequeños dulces de merengue, Irina gimió un poco y sonrió, diciendo "Me haces cosquillas". Pasé mi mano por encima de todo su cuerpo y no encontré nada. Le dije que se diera la vuelta, y nada.

Estuvimos charlando y charlando durante horas, hasta que, por fin, gracias al cansancio, Irina cayó dormida usando mi brazo como almohada.

Era tan mona como siempre, y en su rostro se podía ver una honesta sonrisa mientras dormía plácidamente. Con cuidado, tratando de no despertarla, me levanté y comencé a registrar su cuerpo.

—Oye, oye. No me estés jodiendo que en serio el sello está...

Tragué saliva. No, en serio no puede estar en ese sitio. Mi cara se puso totalmente roja y sudaba de lo nervioso que estaba. ¿En serio el sello iba a estar en la parte más íntima de Irina? ¡No, no, no, no!

Sacudí mi cabeza varias veces, y entonces, caí en la cuenta de algo.

—¿Mm? Espera un momento, hay una cosa que aún no he comprobado. Si el sello ese lo que hace es atacar a su cerebro... ¿no debería...?

Jalé suavemente del mentón de Irina, abriendo sus vías aéreas. Hice que mi dedo brillara un poco con Aurora, y lo introduje en su boca. Era un pequeño gancho buscando algo.

—El paladar... Está dentro del paladar, ¿verdad? El sello que matará a Irina.

Irina tuvo un acto reflejo, provocándole arcadas. Y entonces...

—¡...!

Se escuchó algo ser quemado y desintegrado.

—¡Ya está!

NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora