Capítulo 20: Fiesta de pijamas

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Una pijamada para celebrar mi cumpleaños la noche del 24. Mamá se irá con unas amigas de fiesta, y papá vendrá el 25.

Y así, estuvimos jugando a videojuegos, juegos de mesa, bebiendo refrescos y haciendo el gamba hasta las tantas de la madrugada. Fue gracioso que Nene me reclamara los derechos de autor por haber robado la técnica de su hermana; por supuesto, hice lo propio con la suya. La técnica de Meme consistía en simplemente moverse a sí misma a grandes velocidades. La de Nene, nada diferente, solo que al no tener tanta fuerza física lo que ella hace es lanzar cosas a gran velocidad, dando la ilusión de que teletransporta las balas dentro de tu cuerpo.

Aunque no deja de ser jodidamente peligroso, la verdad.

Cuando estuvimos cansados y queríamos irnos a dormir, se fueron, y de los que quedamos, nos organizamos de la siguiente forma:

Kevin dormiría junto a Sonia y Nina en el sofá cama. Las dos sonrieron con una mirada de complicidad aterradora.

—Tengo miedo.

Erika y Lucia dormirían juntas en el cuarto de invitados.

Silvia, Naomi y Julia dormirían juntas en el cuarto de mi hermana.

Y, por supuesto, Irina dormiría conmigo. Lucia y Nina lucharon por ese puesto, pero no pudo ser. Irina es la ama del piedra, papel y tijeras.

Cachis, ¿podría haber tenido una oportunidad más perfecta? Pero dormir con Irina me encanta.

—Buenas noches, Kevin.

—Tío, no. No me hagas esto. No voy a salir vivo esta noche de aquí. ¡Por favor, sálvameee!

Ambas rieron de manera muy atrevida y lo agarraron de los brazos mientras se lamían los labios. Lo siento, colega. Pero te mereces este castigo.

—Eres delicioso, Kevin. No tanto como Tomas, pero sin duda eres delicioso. Dime, ¿quieres hacerlo?

—Sí... ¿No quieres tener una noche de diversión con nosotras dos? Podemos cumplir todos tus deseos, ¿no, amo de los fetiches?

—¡¡Socorrooo!! ¡Muerte por snu-snu! ¡Me van a violar sin mi consentimiento!

Todos no podíamos parar de reír. Comprenderás por qué no quiero dormir con Nina en la misma cama por mucho que pueda tocar sus pechos: no se está quieta mientras duerme. Te empuja hasta sacarte de la cama, habla en sueños y, a veces, te pega. Aunque agradezco cuando me abraza o me da besitos, lo cual ocurre la mayoría de veces.

Con Erika puedes compartir cama con ella sin problemas, es muy cariñosa y no da ruido. Dormir haciendo la cucharita es lo mejor.

Y así, Irina y yo nos metimos en la cama.

—Tomas, ¿podré llevar una vida normal?

—Sí. ¿Por qué lo preguntas?

—No, por nada...

El silencio no acompañaba esta velada, así que decidí dar conversación.

—Antes dijiste que siempre hablaba contigo en cada ruta, y siempre te ayudaba. Incluso cuando no lo hacía, tú venías a pedirme ayuda. Pero es la primera vez que entras en mi casa. Dime, ¿qué tan distinta es esta partida respecto a las otras que has vivido?

—La más irregular de todas por el momento. La primera que logro pasar del 20 de diciembre.

Silencio de nuevo.

—¿De verdad en todas las rutas morías a manos de Kevin y compañía?

—Sí, pero como él dijo, eso se debe a que era de los malos. Sus compañeros no son los que tú conoces, que son Meme, Nene y Alba. Eran dos chicos, por la voz. Llevaban túnicas negras y capucha, no podía verles la cara. En este mundo, Kevin es de los buenos.

NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora