Capítulo 41: Liberación

13 4 0
                                    


Prólogo

—Hermana, ¿crees que volveremos a verla? —preguntó Julia a Sophie.

—No sé... Esperemos que sí.

—Eso depende de la decisión que tome vuestro padre —respondió Irina con tono serio.

Muy en el fondo, ella realmente estaba preocupada por el desenlace de este último evento. Las alteraciones temporales habían sido llevadas a acabo correctamente, prácticamente estaba todo solucionado y en su sitio, no había guerra más guerra, y la facción rebelde Gardener fue aniquilada. Sin embargo, aún quedaba una excepción: el destino de Nina. El destino de dicha chica se hallaba dentro de una caja al igual que el gato de Schrödinger, al mismo tiempo muerto, y vivo; solo Tomás podría decidir el estado en el cual ella quedaba al destapar la verdad.

"Por favor, Tomás. Confío en ti. Tú mismo me enseñaste que el destino podía ser cambiado si todos trabajamos juntos y creemos en una misma meta; que el destino lo forjamos nosotros mismos; podemos alcanzar el futuro que deseamos si nunca nos damos por vencidos y, aun si somos derrotados, otros cargarán con nuestros valores e ideales. Por favor, que salga todo bien..."

Parte 1

La inmensa nube de polvo provocada por la explosión de energía se estaba disipando. Un domo de Aurora azul protegió a todo el mundo, incluyendo a Kevin, quien valientemente trató por sí mismo de contener el ataque lanzado por Nina (Natasha). Dicha barrera fue levantada por Laura y el padre de Lucia.

—¡¿Podéis levantaros?! —preguntó preocupado.

—Ay, ay. Por un pelo... —suspiraba aliviada Laura.

—¡Tomas, no te mueras! ¡No te mueras!

Lucia, una apaleada Sonia y Erika trataban de mantenerlo con vida ofreciéndole su propia energía vital. Pero estaba perdiendo mucha sangre, y a gran velocidad; el muchacho no reaccionaba.

—¡Tomas, no! ¡Tomas...!

Sintiéndose impotentes, si seguían vertiendo su energía vital en él de esa manera, también acabarían por fallecer; la Aurora no permite traer a los muertos de regreso a la vida. Su pulso era muy débil, y su llama se apagaba, pero todavía no había muerto; aún quedaba esperanza.

—Hay una manera.

—¡¿Cuál, papá?!

—No es segura, pero por probar que no quede —tragando saliva, el padre de Lucia miró a Erika a los ojos. Ella, con gran determinación se enjugó las lágrimas y asintió con la cabeza pese a que no había dicho nada—. Tienes que darle de tu sangre: un pacto.

Un pacto de sangre. Hay dos maneras en las que un vampiro puede convertir a un humano en uno de los suyos, bien mordiéndolos, lo cual no era muy efectivo en el caso de los híbridos, u ofreciendo su sangre. Este último método se usaba a modo de ofrenda, pacto entre señor y vasallo entre los vampiros de más elevado rango. No era común, pero si es posible realizarlo.

—Lo haré. Si es por salvar a Tomas lo haré.

Dicho y hecho, Erika con una cuchilla de Aurora se cortó las venas, acercó su muñeca a la boca de Tomás y le ofreció su sangre. Solo quedaba esperar; había un 50 % de posibilidades de que no funcionara. Una dosis tan grande de veneno, si no convierte al alimento en vampiro, acabaría por matarlo.

Parte 2

—Otra vez en este extraño lugar... Comienzo a pensar que esto es lo que Nina llama el "Abismo". Si aquí es a donde va a parar uno cuando muere o queda cerca de la muerte, este sitio es bastante aburrido y siniestro. No me extraña que quien se quede aquí atrapado desarrolle una personalidad tan retorcida.

NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora