Archivo #46

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XX/XX/20XX

Cuando pensamos en la palabra "depredador", seguramente lo primero que se nos viene a la cabeza es la imagen de un gato cazando un ratón, un león persiguiendo a una gacela, o una gaviota comiéndose un pez.

Sabemos bien que todo animal en este planeta forma parte de una cadena. Son piezas conectadas unas con las otras, incluso de manera indirecta.

El débil es comido por el más fuerte.

Sin embargo, como somos superiores y hemos conquistado el planeta, a los humanos se nos suele olvidar que sí tenemos un depredador.

No, no me refiero al león que se ha escapado del zoo y camina por la ciudad hambriento, a un violento tigre de la India que te ataca por la espalda o un leopardo te que clava sus afilados dientes en el cuello después de que hayas fallado el tiro para vender su piel.

El ser humano realmente cree no tener depredadores, y que está en la cima de la cadena.

Y está en la cima de la cadena trófica; aunque eso no es del todo cierto.

Tiene el mayor depredador de todos, y le tiene tanto miedo que creó mil y ciento un leyendas de él.

Muchos hablan de que los vampiros son el pináculo de la evolución humana; eso no es cierto.

Vampiros y humanos son especies totalmente diferentes. Supongamos que son como dos manadas de razas de lobos enemigas, que se odian entre sí.

Los vampiros poseen una forma y apariencia humanas, pero eso no quiere decir que sean humanos. En el mundo animal esta clase de camuflaje es conocida como camuflaje o mimetismo agresivo; no es empleado para ocultarse de un depredador o posible peligro, sino que permite al depredador a acercarse a su comida sin levantar sospechas y asesinarla.

Los vampiros poseen una fuerza, velocidad, capacidad de reacción y regeneración asombrosas. Cuesta creer que sean de este mundo; muchos teorizan que en realidad vinieron de otro planeta, pero los fósiles hallados parecen indicar lo contrario: humanos y vampiros en algún momento se separaron y se convirtieron en ramas diferentes del homo sapiens.

Con un solo brazo son capaces de arrojar un turismo de manera casual, y desplazarse a velocidades cercanas a las del sonido.

Los vampiros exceden a los seres humanos en todos los sentidos. Poseen armas para cazar de manera perfecta a sus presas (humanos): camuflaje y músculos líquidos.

Su habilidad innata es controlar la sangre como un arma. Poseen tres órganos, situados en el coxis y en la parte superior de la espalda, cerca del deltoides.

Estos órganos, cuando extendidos, revelan una cola y alas hechas de sangre de color rojo oscuro, envueltas en una membrana de proteínas la cual a veces es capaz de emitir destellos eléctricos. La cola es capaz de dividirse, y a veces acumular carga estática para liberar descargas eléctricas de alto voltaje.

Los vampiros se alimentan exclusivamente de sangre y carne humana. No necesitan nada más. Pueden permanecer sin ingerir alimento durante 30 días.

Son muy resistentes, un cuchillo normal no lograría ni arañar su dura piel. Sin embargo, la luz solar es su perdición. Si la luz solar toca su piel, arden como una antorcha empapada de gasolina y acaban por convertirse en cenizas. Por ello es que cazan humanos solo de noche.

La plata es sumamente tóxica para ellos, y los debilita al punto de no poder ni mantenerse de pie.

Su estructura social es jerárquica, comunitaria y muy estricta. El veneno que secretan de sus colmillos reescribe el código genético de sus víctimas, convirtiéndolos en los de su misma especie, y sometiéndolos a su control.

La jerarquía de los vampiros se basa en la ley del más fuerte. El vampiro o vampiresa alfa comanda sobre los betas y los vampiros rasos; no pueden desafiar sus órdenes. El/la alfa podría ordenarlos suicidarse, y no podrían evitarlo.

Si un vampiro alfa muerde al beta de otro alfa, lo hace suyo.

En caso de un vampiro de inferior rango asesinar a su amo, este se convertirá en el nuevo alfa, y con ello el control sobre los súbditos del fallecido soberano.

Los machos son mucho más fuertes que las hembras, y tanto el varón como la hembra son polígamos. Las hembras que han sido convertidas o sometidas por un vampiro macho forman parte de su harén personal.

Cuando un vampiro despierta sus poderes por primera vez, estos dejan de envejecer. Aquellos que más jóvenes se ven son los más poderosos.

Además, los vampiros de sangre pura más poderosos poseen una forma adicional que es completamente monstruosa y grotesca. Se teoriza que esta en realidad sea su forma verdadera. Al ser empleada, pierden toda cordura y no distinguen de aliados o enemigos; arrasan con todo.

Se desconoce si se puede revertir dicho estado.

Su reproducción es, cuanto menos, interesante: poseen reproducción sexual y asexual.

La reproducción sexual es idéntica a la de los seres humanos.

La asexual consiste en hundir sus colmillos en el cuello de la víctima y reescribir su ADN. Pero esta última es utilizada rara vez. Se cree que se deba a alguna especie de bloqueo biológico para impedir que la población de vampiros en llegado momento sobrepase a la humana (alimento).

El veneno secretado consiste de un poderoso virus que según la cantidad puede matar a la víctima mordida o convertirla en uno de los suyos. El tiempo hasta la vampirifcación total es de 48 horas. Si no se administra una vacuna antes de esas 48 horas, la persona se convertirá en un vampiro.

Los Cazadores, humanos capaces de emplear su energía vital o Aurora, poseen una relativa inmunidad. Ser mordidos causará una fuerte reacción alérgica la cual se caracteriza por fiebre elevada, sudoración, mareos y malestar general.

Los efectos de la vampirificación parecen variar según la dosis administrada y de individuo a individuo.

Seguiré investigando acerca del tema.

Fdo.: Natasha

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