►𝐌𝐚𝐧𝐜𝐡𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚. 𝟓 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟐.
—¿Te has decidido ya?
—No —aún con sus ojos clavados en su estantería, Ava los achinó—. ¿Por qué me haces tomar esta decisión?
—Solamente te he pedido un picnic.
—Sí, y que me lleve mi libro favorito. ¡No puedo decidirme! Aunque, bueno... —tras un último repaso a las tablas de madera, sonrió— Ya lo tengo.
—¿De Sangre y Cenizas?
—Me lo regaló mi hermano cuando salió.
—¿De qué va?
—Va de una chica, que se dice que es la Doncella del reino. Pero tú no te preocupes, seguro que te gusta.
—Estás muy convencida de eso.
—Bueno, puede que me equivoque. ¿Vamos?
—Vamos —salieron de la casa del mayor de los Wilson, y se montaron en el coche del futbolista.
—¿Primera parada?
—El supermercado para comprarlo todo —ambos rieron—. Hacía mucho tiempo que no tenía un plan de estos improvisados.
—¿No hacías ninguno con Annelise?
—No, ella quería tenerlo todo planeado —suspiró una vez que arrancó el vehículo—. Que lo entiendo, de verdad. Pero... ¿No te dan ganas de hacer lo que estamos haciendo hoy? Coger el coche, irnos a la playa más lejana que haya y pasar la tarde tranquilamente.
—A mí me encantan esos planes —Ava se encogió de hombros—, pero con Mike era prácticamente imposible hacer uno así. Nunca quería.
—Hemos tenido muy mala suerte.
—La verdad es que sí —ambos se miraron, e inmediatamente rieron—. ¿Sabes? Aunque acabo de salir de la peor relación que he tenido en mi vida... Me gustaría saber qué se siente al tener una relación sana.
—¿Todas tus relaciones han tenido algo tóxico?
—Antes de Mike salí con un chico que me decía que debía ponerme y qué no. Visto lo visto... Queda claro que lo mío no es tener una relación normal.
—¿A qué te refieres con normal exactamente? Cada relación tiene lo suyo, Ava.
—A ir por la calle agarrados de la mano, por ejemplo —respondió encogiendo sus hombros—. O que me lleve abrazada por los hombros, que no me acuse de ponerle los cuernos cada fin de semana, que no me levante la mano... Tengo una larga lista de peticiones, pero sobretodo que me quiera de verdad.
—Mereces un amor que no te duela, morena.
—Igual que tú, moreno —el chico sonrió—. No sabía que conocerte iba a traer tanto a mi vida —confesó.
—Ni yo que tú eres el lugar al que siempre quiero volver. Y lo he comprobado estas últimas semanas.
—¿Por qué?
—Porque cada día que discutía con Annelise, quería buscarte. Quería estar contigo porque tú hacías que se me olvidase todo.
—Supongo que eso supone ser amigos, ¿no?
—Sí, llevas razón —les inundó el silencio, pero uno que no era nada incómodo. Se sentían bien cuando estaban con el otro. Una vez que llegaron al supermercado, Jude aparcó—. ¿Qué vamos a comprar exactamente?
—Lo veremos sobre la marcha —respondió Ava al bajarse del coche—. Cuando hice uno de estos con los chicos, fue todo comida basura, literalmente —entraron en el establecimiento—. Así que podemos repetir eso, o pillar fruta y chocolate.
—O... Podemos coger de todo un poco.
—Te he visto rápido, Bellingham —la chica le sonrió—. ¿Listo?
—Adelante, tú guías el carro.
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—Tienes muchísimas cosas subrayadas.
—Lo sé. Esto era lo único que podía sacarme una sonrisa —suspiró—. ¿Te está gustando?
—La verdad es que sí. Sigue —Ava relamió sus labios, y notó como Jude enredó sus dedos en su pelo, ya que ella tenía su cabeza sobre sus piernas.
—"Con mi espada y con mi vida, juro mantenerte a salvo, Penellaphe. Desde este momento hasta el último, soy tuyo"
—Quiero que se coman la boca.
—¿A que sí? Es que son tan... —Ava se llevó el libro a la cara y sonrió—, Son todo lo que quiero en esta vida.
—¿Qué te lo impide? —la morena se reincorporó—. No tienes que guardarle luto a una relación como esa, Ava.
—No es guardarle luto. Es... Es volver a brillar como lo hacía antes. Mike me apagó de todas las maneras habidas y por haber, y hasta que yo no esté bien conmigo misma, no puedo estar con otra persona. No puedo... Encogerme cada vez que alguien me vaya a tocar, ni esperar una humillación cada vez que algo me salga mal.
—Eh —con el pulgar, Jude le acarició la mejilla—, la persona que se cruce en tu camino, sabrá esperar. Tienes que sanar, pero no estás sola en ese proceso. Estamos todos contigo, y te vamos a ayudar en todo lo que te haga falta, ya lo sabes.
—Lo sé —la chica puso su mano sobre la de él—. Y no sabes lo afortunada que me siento por teneros en mi vida, y a la vez me siento culpable —Bellingham frunció su ceño.
—¿Por qué?
—Por todo lo que os he hecho pasar. Sobretodo a ellos. Vieron como me ilusionaba con Mike, como me "hacía" feliz, y se dieron cuenta de lo que me hacia, y yo les echaba de mi lado.
—Te tenía amenazada, Ava —le secó una lágrima—. ¿Crees que están enfadados contigo?
—Pues... Un poco sí.
—No, para nada. Al revés, están orgullosos de ti porque pudieras salir de esa cárcel. No es algo fácil de hacer, Ava.
—Tú también has podido —el moreno suspiró.
—Si llego a saber que Annelise iba a ser así, no hubiera empezado a salir con ella.
—¿Te arrepientes?
—En parte sí, es... Es raro, y complicado.
—El amor duele mucho.
—Duele cuando no estás con la persona indicada. ¿Pero cuando estás con la correcta? Es bonito, y liberador. Te da paz, y alas, eso es lo importante. Nosotros hemos tenido mala suerte —ambos rieron ligeramente.
—La verdad es que sí. Y mucha además —Ava se acomodó, y apoyó su espalda en el pecho del muchacho—. Gracias por la tarde de hoy —dijo casi en un susurro.
—No me las des —dejó un beso en su cabeza—. Creo que es algo que a los dos nos hacía falta.
—Podríamos repetir otro día —Jude dejó escapar media sonrisa.
—No voy a ser yo el que se oponga. Además, tienes que seguir leyendo, que se está poniendo interesante —Ava soltó una sonora carcajada.
—Sabía que te gustaría.
—Y no te has equivocado.
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Ava ||Jude Bellingham||
De Todo"La salvación llega cuando menos te lo esperas, y llegaste tú"