Ava ||Jude Bellingham||

▪︎𝟎𝟎▪︎

►𝐌𝐚𝐧𝐜𝐡𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚. 𝟏 𝐝𝐞 𝐒𝐞𝐩𝐭𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐.𝟎𝟐𝟐.

Cambio de aires. Bellingham había abandonado el equipo al que pertenecía, el Borussia Dortmund. Había dejado atrás Alemania, y se había mudado a su país de origen, Inglaterra.

Su llegada al Manchester City, ordenada por Pep Guardiola, cambiaría su vida por completo.

—¡Tío! —se giró al escuchar aquella voz, y sonrió al ver a su compañero de selección. Ambos se abrazaron—. Nunca llegué a imaginarme que te tendría por aquí.

—De vez en cuando viene bien probar cosas nuevas, y esto me parecía un reto. Debo reconocerlo.

—Lo será, no te preocupes. Oye, después vamos a ir a comer al bar de aquí al lado, ¿quieres venir con nosotros?

—Claro, me apunto.

—¿Ha venido Annelise contigo?

—Sí, ha ido a mirar un par de cosas al centro comercial para la casa —respondió el más joven.

Annelise era su novia, la conoció el primer año que estuvo en Alemania. Llevaban juntos alrededor de año y medio.

—Dile que venga si quieres. Iremos los de siempre, y dos amigas nuestras se unirán.

—¿Quiénes? —preguntó Bellingham con curiosidad.

—Una es Lilith, a la otra la conocerás allí. A lo mejor viene Sasha también, así que prácticamente vamos todos. Y bienvenido al equipo, hermano.

■   ■   ■

—Buenas tardes, ¿qué van a tomar?

—Odio tus formalidades —la chica alzó su vista al escuchar la voz de su mejor amiga.

—¿Qué haces aquí?

—Venimos a comer. ¿Y a quién mejor para pagarle su parte de sueldo que tú? —la morena sonrió. Al lado de la chica, estaban sus amigos.

—¿Lo mismo de siempre, chicos?

—Claramente, no cambiamos —dijo Mount.

Ava lo apuntó en la pequeña libreta que usaba para los pedidos, y llevó la orden a la cocina. Cogió las bebidas, las puso sobre una bandeja y volvió a la mesa.

—¿Vais a salir esta noche? —preguntó dejando los vasos en la mesa.

—Podría ser. ¿Vendrás? —Sasha apoyó sus brazos en la mesa esperando una respuesta afirmativa.

—He quedado con Mike —respondió con simpleza.

—Puede venir también.

—Ojalá, pero no le gusta salir de fiesta —suspiró. Escuchó aquella campana de la puerta que indicaba la llegada de un nuevo cliente.

—¡Jude, aquí! —una vez que el moreno les localizó, se acercó a la mesa.

Automáticamente, Ava volvió a la barra. Pronto vio como Lilith se acercaba para hablar con ella.

—¿Estás bien?

—Claro. ¿Por qué?

—No te he visto muy entusiasmada al nombrar a Mike.

Mike Thompson. El novio de Ava desde hacía un año.

—Hemos discutido. Otra vez —respondió escueta—. Supongo que es lo normal, ¿no?

—Pues no sé yo que decirte. De siete días que tiene la semana discutís cuatro.

—Ya, pero es una mala racha, no pasa nada.

—Si se pasa me lo dices, y le corto los huevos —ambas rieron.

—Lo sé, tranquila. ¿Quién es el nuevo?

—Se llama Jude. Jude Bellingham, acaba de llegar al City y es compañero de los otros en la selección. Es muy simpático —Ava se encogió de hombros.

—Habrá que darle una bienvenida, ¿no? Pero de momento voy a tomarle nota. Que como Robert vea que dejo a alguien sin comer me despide.

—Eres la encargada, no lo hará —ambas volvieron a la mesa.

—¿Te tomo nota? —esa primera toma de contacto, esa primera mirada.

—Eh... Claro, sí. Bueno, no sé, ¿qué tienes?

—Pues...

—¡Tráele el especial de la casa! —exclamó Jack—. Siempre lo pedimos. Es una puta maravilla de plato.

—Pues te haré caso, entonces.

—¿Y de beber?

—Una Coca-Cola.

—Perfecto —le regaló una sonrisa amable y fue a la cocina de nuevo.

—¿Quién es?

—Es Ava. Una de nuestras mejores amigas —explicó Foden—. Un encanto de chica. Es la que te he dicho antes que conocerías aquí.

—Y es una chica encantadora, a la que hay que pedirle cita para quedar —añadió Rice—. La muy mamona siempre está ocupada.

—¿Y eso?

—El novio la acapara —siguió Lilith—. Pero queremos adelantarnos para que quede con nosotros. Amigos antes que novios, ese es nuestro código.

—Aquí tienes —dejó pequeña botella de cristal y el vaso en la mesa—. A la comida le queda poco, unos cinco minutos más o menos.

—Excelente servicio, Ava, así me gusta —le dijo Phil con burla, a lo que la chica rió y negó con su cabeza.

—¿Tú qué tal con Annelise? —preguntó Mount con curiosidad.

—Bien, bien. Nos va bien, se lo he dicho a Phil, está mirando cosas para nuestra casa.

—Me alegro mucho, de verdad —en ese momento, apareció Ava con algunos de los platos en la bandeja. Concretamente el de Mason, Phil, Lilith y Jack. En la segunda vuelta, traería los demás.

—¡No te vayas! —pidió Mason—. Vente con nosotros esta noche, ¡por favor! Hace mil años que no quedamos todos juntos.

—Pero Mike...

—¡Que le den a Mike! —exclamó Lilith—. ¡Venga ya, Ava, un poco de diversión no te viene mal!

—¡Vale, vale! Hablaré con él y le preguntaré si viene conmigo. Como vaya de fiesta sola se va a liar y gorda.

—Ni que fueses a ponerle los cuernos.

—Eso explícaselo a Mike. A ver si a ti te hace caso, Grealish.

—A mí no me lo digas dos veces.

—Os lo confirmaré después. Si no voy disfrutad por mi.

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