▪︎𝟏𝟑▪︎

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 ►𝐌𝐚𝐧𝐜𝐡𝐞𝐬𝐭𝐞𝐫, 𝐈𝐧𝐠𝐥𝐚𝐭𝐞𝐫𝐫𝐚. 𝟐𝟒 𝐝𝐞 𝐎𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞 𝟐𝟎𝟐𝟐.

—¿Era estrictamente necesario venir en pijama? ¿Sabes acaso la vergüenza que he pasado al bajarme del coche, Grealish?

—Tampoco creo que te haya visto mucha gente, sinceramente. Los colchones están en el salón, y los sobres están preparados. Falta elegir la película, y preparar la cena —respondió Jack.

—Así que, necesitamos una mano inocente —mencionó Sasha poniéndose al lado de su chico—. ¿Ava?

—¿Mano inocente yo? Tú te has fumado un porro, ¿verdad? —los allí presentes rieron—. ¿Vosotros estáis seguros de esa idea?

—Que sí, ¡no te enrolles! —la rubia le agarró de la mano, y la dirigió al salón.

—¿Te ha mencionado algo sobre lo de la fiesta? —preguntó Foden casi en un susurro.

—No —respondió Bellingham—. Cuando le curé la herida, no se volvió a mencionar el tema. Durmió esa noche en mi casa.

—Vaya cruz tiene la pobre —Jack chasqueó su lengua—. Ha empezado a ir al psicólogo, ¿no?

—Sí, sí. A veces la llevo yo, y otras veces Jason. Pero entiendo que no quiera hablar del tema, es que yo no entiendo cómo sigue en pie. La admiro muchísimo.

—Será mejor que vayamos con ellas, antes de que se pregunten qué estamos haciendo —propuso Phil, a lo que sus amigos accedieron,

—¿Ya estamos todos? —preguntó Lilith.

—Depende, ¿esperas a alguien más, Sulley?

—Ni se te ocurra meterte con mi pijama, Foden —amenazó la muchacha, a lo que el chico rió—. Pues, Ava, adelante —Sasha le puso seis sobres por delante. Cada uno con una película Disney diferente, y con su comida acorde.

—No quiero un sólo reproche, eh —dijo la morena.

—Que no, ¡vamos! —tras pensarlo unos segundos, agarró uno de los sobres— Veamos qué nos ofrece esta noche —Sasha lo agarró, y lo abrió—. ¡Uh, La Dama y el Vagabundo! Sospecho que es la película favorita de una que yo conozco —la chica rió al ver la sonrisa inocente de Ava. Su pijama era de aquella película.

—¡Es que es mi infancia! Bien, veamos qué hay que cocinar —se acercó a la rubia, y comenzó a leer el menú.

—¿Qué coño son los cannolis?

—Es una especie de masa en forma de tubo rellena de queso ricotta con azúcar por encima —explicó la más joven, percatándose de que cinco pares de ojos se habían clavado en ella—. ¿Qué?

—¿Cómo sabes tú eso?

—Me gusta la cocina —se encogió de hombros—. A ver, espaguetis con albóndigas, palitos de pan, cannolis y... Tiramisú. No parece muy difícil el menú, ¿me ayudáis? No pienso hacerlo yo todo.

—Por supuesto, chef. ¿Quieres un gorrito de esos o...? —Ava le enseñó su dedo del medio a Jack, que soltó una carcajada.

—Con un delantal me sirve. Por cierto, tengo que contaros una cosa.

—Si estás embarazada de Mike, te pago el aborto.

—¿Qué? No, no. Gracias a Dios eso no ha pasado, ni va a pasar. El otro día estuve en la casa de mis padres, y hablé con ellos.

—¿Y qué tal? —quiso saber Lilith. Sabía que hablar con Richard y Josephine era uno de los momentos que su mejor amiga quería evitar a toda costa.

—Hay... Algo que vosotros no sabéis.

—¿A qué te refieres? —ante la pregunta de Jude, la chica cogió aire e hizo lo mismo que con sus padres días atrás. Se levantó un poco la camiseta, se bajó un poco el elástico del pantalón, y les mostró aquella cicatriz. Esa que incluso logró que Lilith perdiese ligeramente el equilibrio.

—Dime que no es lo que estoy pensando. Dime por lo que más quieras que no te apuñaló, Ava, por favor —pidió la pelinegra.

—No, no lo hizo. Pero la herida si fue adrede —explicó antes de suspirar—. Mis padres ya lo saben todo, y mi familia vio esto por primera vez el otro día, y... Ahora os tocaba a vosotros. ¡Pero no quiero sentimentalismos! Ya estoy servida esta semana, así que todo el mundo a la cocina, que nos queda un buen rato preparando la cena. ¡Vamos, que se nos va a echar la hora encima! —fue hacia la cocina, y los demás se miraron entre ellos.

—No sabéis las ganas que tengo de cometer un asesinato ahora mismo —murmuró Phil—. Pero mi carrera profesional pendería de un hilo.

—Ha dicho que no quiere sentimentalismos, ¿no? Pues eso haremos. ¡Me pido hacer el tiramisú! —exclamó Lily antes de ir corriendo a la cocina.

—¡Yo también! —añadió Sasha repitiendo aquella acción.

—Si hombre, ¿nos vais a dejar a nosotros la cosa esa rellena? —en ese momento, las tres chicas estallaron en carcajadas.

—¡Yo haré los cannelis! —dijo Ava sin parar de reír—. No es necesario entrar en crisis. Pero necesito ayuda.

—Que te ayude Jude, que parece que tiene más mano en la cocina.

—Más que vosotros dos seguro —añadió la morena.

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—¿Sabes? No te puedo tomar en serio con estas pintas —comentó Ava acercándose a su pinche.

—¿Con qué pintas, exactamente?

—Con un pijama de spiderman y un delantal —Jude sonrió sin mostrar sus dientes. Aquel estaba siendo un momento muy agradable y cálido. Jack y Phil estaban haciendo las albóndigas, mientras que las chicas estaban montando el postre.

—¿Te puedo preguntar algo?

—Claro, dime.

—¿Por qué no lo contaste aquella noche? —Ava se relamió los labios.

—Porque bastante estaba pasando en ese momento. Sabía que si mis hermanos lo veían, iban a ir directamente al apartamento —respondió casi en un susurro—, también que los chicos irían con él, y no quería que la cosa empeorase.

—Mira, se lo he dicho antes a los otros dos, pero... Te admiro, Ava.

—¿A mí? ¿Por qué?

—Por tu valentía y tu fuerza. Otra quizá se hubiese quedado callada en tu lugar, pero tu... Pudiste contarlo. Y te enfrentaste a él la otra noche, no todas pueden hacer eso.

—No sé ni cómo lo hice, si te soy sincera.

—Porque tu carácter real está volviendo. Poco a poco estás brillando de nuevo, Ava, y eso es lo que todos queremos recuperar.

—¿Queremos? —la chica alzó una ceja— Ni siquiera me conocías antes de que yo conociese a Mike.

—Lo sé, pero por lo que me ha contado esta gente... Eras increíble. Y yo quiero ver eso.

—¿A qué te refieres?

—A que quiero conocer a la antigua Ava, a la alocada que hacía las cosas sin pensar en las consecuencias que eso traería después —la muchacha dejó ver media sonrisa.

—Lo único que puedo asegurarte ahora mismo es que nunca volveré a permitir que me haga sentir menos.

—Y yo que quiero verte volar y crear tu propio camino, morena.

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Ava ||Jude Bellingham||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora