Capítulo 1 "El reto"

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Colegio Femenino Jillian, uno de los colegios más prestigiosos y exigentes del país. Conocido tanto a nivel nacional como internacional, de "educación superior" y muchas etiquetas más. Todas las estudiantes viven en constante presión por sus calificaciones, muchas quieren destacar para obtener becas para las mejores universidades del mundo, pero yo... Yo a diferencia del resto, no me preocupo por eso.
*Maria José Garzón o Poché (como le gusta que le digan) tiene 17 años.Mide aproximadamente 1,60 cm. Tiene un cuerpo atlético debido a sus prácticas de tenis y voleibol.
Morena, cabello largo, ojos color verde aceituna, bastante expresivos para decir verdad.
Es rebelde y de carácter fuerte pero con un buen sentido del humor y una sólida opinión de sí misma.
En cuanto al colegio, mantiene buenas notas y promedio normal de 6 o 7 en la escala del 1 al 10, es popular entre las estudiantes. Asiste al coro y a las clases de periodismo.
Su familia está catalogada entre las diez familias más adineradas de la ciudad, cosa que ella detesta. Es "la oveja negra" de la familia, no gusta de codearse con los ostentosos amigos de su padre y sus engreídos hijos.
Poché ha atravesado por difíciles situaciones, entre ellas la muerte de su madre, pero se caracteriza por su coraje y valentía.
Estoy en clase de Historia y no logro concentrarme. Desde mi asiento, al lado de la ventana, veo un paisaje no muy agradable.
El cielo está nublado y oscuro, a pesar del pronóstico de los meteorólogos, quienes prometieron un día soleado. Siempre dan el pronóstico equivocado, quizás no se puede predecir algo tan simple sobre el futuro, ni siquiera sobre el hoy. Todo es incierto.
La profesora escribe sobre la Revolución Rusa en la pizarra, todas mis compañeras prestan atención y toman apuntes, ya que están algo nerviosas por los exámenes de cierre de periodo, es obvio que no me incluyo en eso.
Tengo otras cosas más importantes que solucionar, como mi situación con Cristian, mi novio. Llevamos 1 año y 6 meses de estar juntos, pero desde hace varios meses nada es igual. Antes había una especie de magia entre los dos, sentía mariposas en mi estómago cada vez que lo veía, todo era hermoso, pero ahora... Ahora empiezo a detestar cosas que antes me gustaban de él.
*Cristian, 20 años.
Novio de Poché.
Cristian es un poco más alto que Poché, es musculoso y atractivo. Tiene el cabello color castaño claro y los ojos marrones.
Es sarcástico y algunas veces odioso, pero generalmente todo un seductor.
Está en la mejor universidad de la ciudad estudiando la prometedora carrera de médico con especialización en cirugía plástica.
Su padre es amigo del papá de poché y en una reunión de ambas familias, se conocieron. Él se enamoró inmediatamente de María José e hizo todo lo posible para conquistarla, al principio no resultó nada fácil, pero en secreto, a ella le atraía él. Iniciaron una relación seria, ambas familias estaban dichosas por ello.
Después de minutos, que para mí fueron eternos, suena el timbre. Recojo mis libros y salgo lo más rápido que puedo del salón. En el camino, por las escaleras, choco con una chica, su maletín cae al suelo, yo sin mirar su rostro me disculpo y sigo de largo.
Camino hacia un parque que queda a unas cuadras del colegio, me siento en una banca a esperar paciente.
Veo chicas con el uniforme del colegio pasar por el lugar una y otra vez, algunas se sientan y a los minutos se van. Pasan los minutos y dejo de ver a las chicas, ni siquiera veo personas, debe ser tarde. Miro mi reloj, son las 4:35pm, dirijo mi vista al cielo y compruebo que sigue igual de nublado. Suspiro y me pongo de pie para irme, entonces veo a Cristian a lo lejos, él me saluda con su brazo y aumenta la velocidad de su paso hasta llegar a donde estoy.
—Hola mi amor, ¿Ibas a alguna parte? (dice Cristian intentando abrazar a Poché).
—(Poché quita las manos de Cristian de su cintura) te esperé durante 2 horas.
—Tuve un problema en el camino, pero aquí estoy, quiero arreglar las cosas contigo.
—¿Quieres estar conmigo... después de lo que hiciste?
—Lo siento, realmente lo siento (Poché y Cristian se sientan en una banca). No sé en qué estaba pensando.
—Yo sí sé en que estabas pensando, en bajarle la falda a esa zorra (dice Poché enojada).
—Soy un tonto, lo sé y te pido perdón por ello.
—Es fácil decirlo.
—Si fueras hombre me comprenderías (susurra Cristian).
—Disculpa, ¿qué dijiste?
—No importa...
—No, dilo.
—Está bien, pero no te enojes. Si fueras hombre me comprenderías. Llevábamos tiempo sin vernos, me sentía solo y pues, los hombres tenemos necesidades (dice Cristian buscando la mejor forma de excusar su infidelidad).
—¿Y crees que las mujeres no? (Poché replica).
—(Cristian suspira) ustedes, las mujeres, son complicadas. Me pediste un tiempo y te lo di, he intentado complacerte en todo pero aún no logro entenderte. Tú como hombre no aguantarías más de medio año saliendo con una chica.
—Si fuera hombre créeme que sí lo haría y sin necesidad de acostarme con otras (dice Poché en tono retórico).
—Entonces, te reto (responde Cristian en el mismo tono de Poché, ella abre sus ojos sorprendida).
—¿Qué?
—Lo que oíste, te reto.
—¿Pero a qué?
—A que conquistes a una chica, que la hagas tu novia y que duren seis meses, por lo menos.
—No hablarás en serio, ¿verdad?
—Por supuesto que lo hago. Dale regalos, llévala a buenos lugares, acompáñala en sus días-sensibles y aguanta sus bipolaridades. Seis meses. Nada de peleas, ni discusiones, sin terminar y luego volver.
—Eso no se puede.
—¿Por qué no?
—Porque no soy hombre, soy mujer.
—Hay mujeres que salen con mujeres, Poché, ¿lo sabías? (dice Cristian y alza una ceja).
—No soy lesbiana, idiota.
—¿Qué hay con lo que pasó con tu amiga, Normani? (Cristian deja escapar una carcajada).
—Estaba borracha (Poché empieza a ponerse nerviosa) y pensé que eras tú, sólo fue un beso, además fue hace 7 meses.
—Mmm puede que seas bisexual.
—Se supone que eres tú quien me debe rendir cuentas a mí, no yo a ti.
—Sólo piénsalo, amor. Suena justo (Cristian insiste).
—Esto no tiene caso Cristian, tengo que estudiar para mis exámenes, debo irme (Poché se levanta y se despide de él con la mano).
—Está bien, pero prométeme que lo pensarás, al igual que mi disculpa.
Me alejo caminando sin decir ni una sola palabra, por dentro pienso en las palabras de Cristian. ¿Tener novia? Debe estar loco, pero debo admitirlo, sería... Interesante.
Camino de regreso al parqueadero del colegio por mi moto, corro con suerte, ya casi iban a cerrarlo. Tomo un nuevo atajo hacia mi casa, en una calle veo a una chica de mi colegio caminando sola.
—Hey (Poché detiene la moto justo al lado de la chica) hey tú.
—¿Quieres algo? (La chica se da la vuelta en dirección a quien la llama) Ah, ya me acuerdo de ti, eres la chica que tumbó mis libros.
«Wow, es... Hermosa.»
—Oh ¿Eras tú? Lo siento, no fue mi intención.
—Whatever (la chica continua caminando, Poché sube a la acera y empuja su moto para seguirle el ritmo).
—¿Qué haces aquí? Digo, ya deberías estar en tu casa.
—¿Qué te importa? (dice la chica en tono agresivo).
—Vale, ya, entiendo que estás de malhumor pero no seas grosera.
—Está bien (la chica suspira) tenía cosas que hacer y se me fue la noción el tiempo ¿y tú?
—Igual, ¿te llevó a tu casa?
—No me subo en motos de extrañas (responde la chica sin mirar a Poché).
—No soy una extraña, estudiamos en el mismo colegio (La chica mira a Poché, quien aún lleva el uniforme puesto, pero no responde nada, Poché le señala al cielo) Pronto lloverá, ¿estás segura de querer irte caminando?
Silencio.
—Está bien, acepto.
Sonrío. Me subo a mi motocicleta y le doy mi mano a la chica para ayudarla, ella se sube. Parece estar nerviosa.
—¿Estás bien?
—Es la primera vez que me subo a una moto.
—¿En serio? (Poché se sorprende).
—Sí, no estoy acostumbrada a esto.
—Increíble. Oye, ¿en qué curso estás? No te había visto antes.
«Sé que de ser así, no lo habría olvidado.»
—En quinto de bachillerato, tú haces sexto, ¿verdad?
—Exacto, ¿cómo supiste?
—Simplemente lo supuse.
Silencio incómodo.
—Oye guapa, ¿qué tal si me dices a dónde te llevo? (a la chica se le escapa una pequeña risa y le da una dirección a Poché).
Empiezo a manejar. La chica está empezando a ponerse nerviosa de nuevo, saco provecho de eso y aumento la velocidad, ella me rodea con sus brazos, pega su cuerpo al mío y apoya su cabeza en mi espalda.
Ya llegamos. Me detengo justo frente a la casa, la chica aún sigue abrazándome.
—Eh, bueno, aquí estamos (dice Poché señalando la casa de la dirección).
—(La chica me suelta) vale, gracias por traerme (dice cortésmente con una sonrisa y se baja de la moto).
—A propósito, ¿cuál es tu nombre?
—Me llamo Daniela, Daniela Calle (responde alejándose de Poché, abre la puerta se despide con la mano y la cierra).
En ese momento supe quién era. Por su nombre pude recordarlo, esa hermosa chica es la chica con mejores notas de todo el colegio, con un promedio actual de 9,9. Y por si fuera poco, el año pasado fue la primera alumna, en toda la historia del colegio, en conseguir un 10 en todo un periodo. "La nota perfecta" así es como le dicen desde entonces.
Aunque había oído su nombre un montón de veces, nunca antes había visto su cara, rostros como ese no se olvidan.
*Daniela Calle, 17 años.
Su cabello es color castaño claro y sus ojos son color avellana. Tiene naturalmente un cuerpo atlético, ya que practica tenis y softball. Mide aproximadamente 1,65 cm.
Daniela es muy inocente en comparación a las demás chicas de su edad, puesto que no bebe, no fuma y nunca ha tenido novio. Prefiere tener un buen libro en la mano y en la otra una taza de café a ir a fiestas con los demás chicos de su edad.
Es tranquila, responsable, inteligente y aplicada. Estas cuatro cualidades la llevaron a obtener el primer puesto en las calificaciones de Colegio Femenino
Jilliam. Al contrario de Poché, ella es introvertida y tímida. A veces no es muy segura de sí misma.
Su familia es de clase media, por eso
Daniela busca obtener una beca.

Jugando a Amar (Adaptación Caché)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora