Capitulo 6 "Cita obligatoria"

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Domingo.
Cristian me invitó a cine, acepté con pocas ganas. Me vestí con lo primero que agarré del armario, me peiné con mis dedos y salí sin una gota de maquillaje, no tengo ganas de una cita con él.
—Hola mi amor (dice Cristian después de darle un beso a Poché).
—Hola Cristian (responde Poché fingiendo una sonrisa).
—¿Dónde estuviste ayer?
—¿Cómo que dónde?
—Llamé a tu casa y no estabas, te llamé al móvil y lo tenías apagado (reclama Cristian).
—Ah... ¿Hasta ahora te preocupas por mí?
—(Cristian suspira) Poché, ¿vas a empezar de nuevo?
—Bien (Poché tuerce los ojos). Estaba saliendo con una chica, de ese modo, ya sabes.
—¿Ya tienes novia? (pregunta Cristian en un tono un poco alto).
—¡Oye! Creo que en China no te han escuchado, ¿Podrías gritarlo un poco más alto? (dice en tono sarcástico).
—(Cristian ríe). Lo siento.
—No es nada, pero sé más discreto, ¿quieres? Y sí, ya tengo novia, por el reto.
—Vaya que eres rápida, pero bueno, ¿quién es?
—Una chica de mi colegio, un grado menos que yo, tiene 17 años.
—¿Y debería sentirme celoso de una nena de 17? (dice en tono de burla y se ríe).
—Como sea. Desde ayer comienza la cuenta.
—Vale. ¿Y es linda?
«No te imaginarías cuánto.»
—Sí (Poché sonríe). Tiene los ojos avellana, son realmente hermosos. Su cabello es color marrón claro y es inteligente y muy linda.
—Wow, ahora si empiezo a ponerme celoso.
—(Poché ríe). Entenderás que ahora no puedo salir en público contigo.
—Lo sé, pero podemos ir a cine, como ahora (hace una pausa) o a esos hoteles a los que te llevaba, ¿recuerdas? (Cristian baja su mano por la espalda de Poché, pero ella se la quita de inmediato).
—Ajá, entremos a la función (dice Poché cambiando de tema).
—Vale.
Cristian compra boletas para entrar a ver una película sobre exorcismos. ¡Genial! Los dos amamos esa clase de películas. Claro que Cristian siempre se aprovecha para sobrepasarse conmigo, yo usualmente lo dejaba. De hecho nuestra vida sexual como pareja había empezado prácticamente a los 8 meses de estar juntos. No mentiré, me lograba excitar, pero nunca llegaba al orgasmo con la penetración y muchas veces lo fingí para no hacerlo sentir mal.
—¿Sabor de gaseosa? (pregunta Cristian).
—Coca cola.
—Bien.
Cristian compra dos gaseosas grandes y palomitas extra-grandes sabor mantequilla. Me toma del brazo y entramos a la sala correspondiente. Empieza la película. Realmente es una porquería, está grabada tipo documental, la cámara no tiene un foco claro y se mueve mucho. Parece ser una de esas películas con bajo presupuesto. A la mitad de la película, Cristian y yo terminamos de comer. Él quita el antebrazo de la silla y se acerca más a mí. Empieza a besarme, yo lo dejo puesto que es mi novio. Entonces pone su mano izquierda en mi pierna derecha y empieza a subirla, yo continúo actuando como si nada. Él toma mi mano y la pone sobre su pantalón, tiene una erección.
—Esto es algo jamás te podrá dar una mujer (dice presionando su mano, Poché se enfurece al escuchar ese comentario).
«JÁ.»
—Suéltame idiota (Cristian suelta la mano de Poché y ella se aleja un poco de él).
—Con esto me refiero con que las mujeres son complicadas, en especial tú. Antes te gustaba que hiciera eso (dice Cristian confundido).
—Sigo enojada contigo, Cristian

                        
—Pero amor, estoy dejando que me seas infiel.
—Sabes que no es lo mismo, los dos acordamos esto. Por favor, déjame ver la película (dice Poché).
Al acabarse la película, Cristian me invita a comer sushi en uno de los mejores restaurantes. Me platica sobre su universidad y sobre sus tontos amigos. Realmente no estoy interesada en la conversación y él tiene que haberse dado cuenta, cualquiera con dos dedos de frente o más lo haría. Respondo todo con un "sí", "no", "aja", "mmm" o "ok". Él cada vez sigue hablando más. Yo en mi mente me pregunto "¿cómo me enamoré de él?". Quizá antes no me daba cuenta de esas pequeñas cosas. Jugueteo con los rollos de sushi en mi plato y con mis palillos, cuando de pronto mi celular suena.
—¿Me disculpas? (dice Poché poniéndose de pie) vuelvo en un rato.
Salgo del restaurante. Respiro aire puro y tranquilidad. Me siento en un pequeño muro cercano y contesto mi celular.
—¿Hola?
—Hola Poché, ¿qué haces? (dice Calle).
—¡Calle! (dice Poché emocionada al escuchar su voz) nada interesante, estoy aburrida, ¿tú qué haces?
—Igual, escuchaba música y lo confieso, no dejaba de pensarte, moría por oír tu voz.
—Aww, que linda (dice Poché con una sonrisa) yo también he estado pensando mucho en ti.
—¿Y dónde estás ahora?
—Estoy en una aburrida cena, comiendo sushi (Poché mira a ambos lados).
—¿Está mal el sushi?
—No, el sushi está bien, lo que está mal es la compañía (las dos se ríen).
—Te rescataría, pero odio el sushi (dice Calle, Poché se ríe).
—Eso no importa, iríamos a comer pizza.
—Yumi, eso suena mucho mejor (ambas ríen).
—Lo sé. Me debo ir, tengo que volver al restaurante pero te llamaré cuando llegue a casa, ¿va?
—Vale, cuídate mucho, te quiero.
—Y yo a ti Calle. Te mando un beso (dice Poché dándole un beso al celular y cuelga).
—Así que se llama Calle, que nombre tan peculiar (dice Cristian sorprendiendo a Poché, quien se asusta un poco).
—¡ Cristian! ¿Me estabas espiando?
—Te estabas tardando mucho, pero puedes estar tranquila, sólo escuché su despedida (dice Cristian cruzado de brazos).
—Vale, volvamos a la mesa (Poché se pone de pie y toma la mano de Cristian y vuelven a su mesa).
Después de la cena. Cristian maneja hasta su casa. Al llegar, me abre la puerta. Al parecer sus padres han salido. Estamos sentados en el gran sofá de su sala.
—¿Quieres algo de tomar? (pregunta Cristian).
—Un vaso de agua estaría bien (dice Poché sonriendo).
Me pongo de pie para acompañar a Cristian hasta la cocina. En el camino nos tropezamos con su hermana quien llevaba puesto los audífonos, los tres nos llevamos un buen susto.
—¡Milena! Casi nos matas del susto (dice Cristian).
—¿A ustedes? Casi me da un infarto a mí (responde Milena quitándose los audífonos).
—Te he dicho que no escuches la música tan alta, ni sentiste cuando llegamos.
—(Milena le saca la lengua a Cristian) hola Poché, ¿qué tal? (las dos se abrazan).
—Todo bien, ¿qué tal la universidad? (pregunta Poché).
—Grandiosa, gracias por preguntar (Milena sonríe). Los dejaré solos, hasta luego.
En mi mente pienso "no, no te vayas" pero de mi boca no sale ni una simple palabra. Milena se va. Las cosas empiezan a ponerse incómodas. Cristian me besa, yo lo interrumpo.
—Debo irme ya.
—¿Por qué amor? (pregunta Cristian).
—Papá quiere que lo acompañé a la casa de uno de sus amigos dentro de media hora (Poché miente).
—( Cristian suspira). Bueno, ven, te llevaré.
Cristian me lleva a casa. Me despido de él con un beso. Ahora estoy en mi cama, acostada pensando de nuevo. No logro entender porque hoy sentí cierta repulsión a Cristian y sus caricias. De repente mi mente me juega sucio, imagino a Calle tocándome. Me sonrojo inmediatamente y empiezo a imaginarnos. ¿Estoy excitada? No, no puede ser. Sacudo mi cabeza rechazando esos pensamientos. Quizá todo se deba a que estoy aún enojada con Cristian. Sí, es eso, aún no he superado el hecho de que me haya engañado. Algún día todo volverá a la normalidad. ¿Pero y si no? Me aburro de hablar a Cristian, en cambio podría escuchar a Calle todo un día entero. Amo su voz. Todo esto es extraño. Es decir, antes estaba tan enamorada de Cristian pero ya me da igual lo que haga. No puedo creer que me haya enganchado tan rápido con Calle, no, no puedo permitirlo. Cristian es mi novio y una vez pasados los seis meses debo terminar con ella.

Jugando a Amar (Adaptación Caché)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora