Quiero ir a clases pero no puedo, tengo fiebre.
Estoy sola en mi habitación, mi padre salió a hacer unas llamadas y Valentina ya se fue a su escuela.
Que noche tan mala tuve. Desperté a eso de las 3 de la madrugada para vomitar y no logré conciliar el sueño. En la mañana me bañé y me cambié, me preparaba para ir al colegio, pero al despedirme de mi padre él se dio cuenta de que estaba caliente y no me ha dejado ir. Bueno, al menos pude convencerlo de que no necesito ir un hospital, fue difícil pero lo logré. Supongo que todos tenemos un padre (o madre) paranoico.
En mi cabeza no dejo de reprocharme lo tonta que fui al no haber recargado mi celular ayer. Si tuviera saldo ahora podría avisarle a Calle que no iré, o mensajear con ella, pero ahora ni nos veremos ni hablaremos.
(Abren la puerta, es el papá de Poché).
—¿Cómo te sientes? (pregunta el Sr. Garzón).
—Bien, sólo es un poco de fiebre. No he vuelto a vomitar desde la madrugada, estaré bien (dice Poché en tono optimista).
—Eso espero. ¿Segura que no quieres ir al hospital? (toca la frente de Poché).
—No es necesario.
—Bueno, bueno. Debo ir al trabajo, si necesitas algo sólo llámame.
—No puedo, no tengo saldo en el móvil.
—(El Sr. Garzón saca un celular de su bolsillo) ten este, tiene minutos y aparte saldo. Llámame a mi otro celular, el número está grabado en los contactos.
—Vale, gracias papá (Poché sonríe).
—Adiós, cuídate (dice el Sr.Garzón cerrando la puerta del cuarto de Poché ).
—Adiós.
A penas mi papá se va, lo primero que hago es marcarle a Calle, pero la llamada se va a buzón de mensajes. Lo tiene apagado. ¿Cómo no pensé en eso antes? Ella casi siempre lo apaga durante las clases o si no lo mantiene en silencio.
Decido llamar a Paula, ella es una experta usando el celular sin que la descubran los maestros. Tiene muchas técnicas; cuando mensajea lo tapa con el mismo cuaderno o con el maletín, cuando habla se acuesta sobre el celular en el pupitre y cuando escucha música simplemente se pone los audífonos y se suelta el cabello. Muchas veces intenté usar alguna de las anteriores pero siempre los profesores se daban cuenta y me regañaban. Creo que eso es algo únicamente de ella, como un don.
—¿Alo? (pregunta Paula).
—Hola DJ, soy yo, Poché .
—(Paula susurra) ah, hola Poché , ¿por qué faltaste hoy a clases?
—Tengo algo de fiebre, debo quedarme en casa todo el día.
—¿Estás bien? ¿Te sientes bien? (pregunta preocupada).
—Sí, ya estoy mejor.
—Vale, ¿quieres que le avise a Daniela?
—Sí por favor.
—Bien, en el receso le digo.
—Gracias DJ, bueno te dejo, si Miss Bouvier te encuentra hablando por celular te bajará 10 puntos (risas).
—No lo hará, sabes que esa es mi especialidad (risas). Recupérate pronto, besos.
(Paula cuelga).
***
He pasado largas horas aburrida viendo televisión. En la mañana lo único que se encuentra son propagandas para comprar en linea o programas para niños.
Me toco la frente, al parecer mi fiebre no disminuye.
Alguien toca la puerta principal, me envuelvo una sabana en el cuerpo para cubrir mi pijama y me dirijo para ver quien es.
—¡Ca-Calle! (exclama Poché sorprendida).
—Amor, ¿cómo estás? Paula me contó todo (dice Calle preocupada).
—Estoy bien, mejorando (Poché miente).
Le abro la puerta, ella entra y me da un fuerte abrazo, yo aún sorprendida la cierro.
—(Poché continua) ¿qué haces aquí? Deberías estar en clases, ¿no?
—Debería (Calle guiña el ojo)
—No me digas que te escapaste (Poché onríe).
—Así es, es la primera vez que hago algo así pero moría por saber de ti y verte.
—Gracias mi amor (Poché onríe con más fuerza y abraza a Calle).
—No tienes que agradecerme. Ahora dime que tienes exactamente.
—Bueno, ayer en la madrugada vomité una vez y está mañana cuando desperté tenía fiebre.
Laur pone su mano en mi frente y la retira rápidamente sorprendida.
—Está muy caliente. Poché , eso te pasa por haberte mojado el sábado cuando me llevaste a mi casa. ¡Te dije que te enfermarías!
—Pero eso fue hace 3 días.
—El periodo de incubación de la gripa es de 1 a 4 días.
—Vale ya, tienes razón. Bebé, estoy enferma, no necesito regaños o clases de biología, necesito que me cuides (Poché hace un puchero).
—(Calle ríe) para eso estoy aquí.
Calle toma mi mano y me lleva hasta mi cuarto. Yo me siento en la cama y la veo caminar de un lado a otro.
—Lo primero que debemos hacer es darte un baño (dice Calle).
—(Poché se sonroja) ¿me bañarás?
—(Calle ríe) pensándolo bien no, mejor no. Pero ven.
Me lleva al baño.
Bajo la tapa del inodoro y me siento sobre ella, Calle agarra la toalla y la moja un poco con el agua de la regadera. Se arrodilla frente mío y empieza a pasar la toalla cuidadosamente sobre mi frente.
Me limito a observarla y sonreír.
¿Así que Daniela Calle se escapó del colegio sólo para cuidarme? Estoy muy feliz, tanto así que la fiebre y el dolor de cabeza pasan a segundo plano. Muero por abrazarla y besarla.
—¿Tienes termómetro? (pregunta Calle)
—Creo. Busca en mi mesa de noche (dice Poché ).
Calle se va durante unos segundos y vuelve con el termómetro, me lo pone en la axila.
—(Poché continua) ¿y cómo hiciste para escaparte del colegio?
—Llamé a un amigo y le pedí el favor de que fuera a buscarme diciendo ser mi primo. Lo bueno de ser "la nota perfecta" es que no pusieron problemas para dejarme ir (las dos ríen).
—Estoy muy feliz de que hayas venido y que te preocupes por mí, pero no lo hagas de nuevo. No quisiera que tus calificaciones empezaran a bajar por mí culpa (Poché baja la mirada).
—Amor, tengo eso bajo control. Sólo tenía una tarea y le dejé mi cuaderno a la profesora.
—En ese caso gracias.
—No es nada (Poché sonríe). Me quedaré todo el día contigo.
Nos acercamos, quedamos a punto de besarnos cuando el termómetro suena.
—(Calle mira el termómetro) veamos...Poché , tienes 38,5 grados.
—¿Eso es malo?
—¡Demasiado! Quítate la camisa.
Obedezco.
Me quito mi camisa, no llevo brasier abajo, ella se sonroja al ver mis senos pero continua.
—Inclínate hacia adelante un poco (ordena Calle).
Calle pasa la toalla lentamente por mi
espalda, cuidando de no dejar ningún lugar sin mojar.
—Oh, el agua esta muy helada (dice Poché entre suspiros).
—Lo sé, eso ayudará mucho.
Se detiene para mojarla de nuevo y vuelve a pasarla, esta vez por mis hombros. Yo tiemblo y suspiro.
Una vez más la moja y la pasa por mis mejillas, mi cuello y mi pecho.
Por última vez, la moja y la pasa por mi abdomen hasta mis senos, al llegar a ellos suelto un gemido involuntariamente.
Calle se detiene y exprime la toalla en el lavamanos.
—Estoy caliente.
—Un poco, estarás mejor pronto.
—No me refiero a la fiebre (Poché se pone de pie y besa a Calle).
—Amor, quiero pero estás enferma.
—Sí, tienes razón. No querrás contagiarte.
—No quise decir eso, tontita. Es que no puedes exponer tu cuerpo al desnudo total, te puede hacer más daño.
—Ah...
—Pero creo que sé cómo podríamos solucionar eso.
Nos tomamos de la mano y vamos a mi cuarto.Calle me acuesta y me arropa, entonces se pone junto a mí.
Ella me besa, yo bajo mi mano hasta su falda y empiezo a tocarla pero ella me interrumpe tomando mi mano.
—No amor, hoy yo me dedicaré completamente a ti (dice Calle sonriendo).
Empieza a tocarme encima de la ropa, yo me estoy derritiendo.
Minutos después yo misma retiro mis bragas; creo que era lo que ella esperaba, ver cuanto aguantaba. Pero con ella soy débil y lo sabe.
Mientras juega con sus dedos en mí, me besa y muerde mis labios, o si no besa mi cuello y mis senos. Más que todo se concentra en mi boca y en mi cara.
Me mira y sonríe mientras hace lo suyo. Yo estoy en el paraíso, una vez más me lleva hasta ahí, todo termina con un gran gemido. Las dos sonreímos.
—¿Te sientes mejor amor? (pregunta Calle en tono pícaro).
—Oh, mucho mejor (las dos se echan a reír).
—Me alegra escuchar eso (Calle ayuda a Poché a vestirse y la arropa de nuevo).
—Quiero tocarte, amor.
—(Risas) cuando estés bien dejaré que me hagas todo lo que quieras. Así que procura mejorar pronto.
—¿Todo?
—Todo.
—Trato hecho (Poché sonríe).
—(Calle guiña el ojo) iré a la tienda a comprar un par de cosas, vuelvo en un segundo.
—Está bien.
Calle se va.
Yo empiezo a recordar cuando nos conocimos, nuestro primer beso. Todo.
Es increíble como tan rápido se ha convertido en mi todo.
***
—(Calle abre la puerta del cuarto de Poché y entra con una bolsa) Listo, traje algo para comer.
—¿En serio? Gracias amor.
—Primero las pastillas.
Saca de la bolsa una tableta de pastillas, me explica que son para la fiebre y la gripa. Me sirve un baso de jugo de naranja y me la tomo.
—Listo. Ahora toma tú (Poché ordena).
Calle saca una pastilla para ella, yo tomo un sorbo de jugo y la beso pasándole el jugo, ella traga todo.
—Gracias (Poché sonríe).
—¿Y qué trajiste de comer?
—Pastelillos de pollo, te encantarán.
Calle y yo empezamos a comerlos.
—Mmm están ricos... como tú (dice Poché ).
—¡Oye! (Calle exclama apenada).
—(Risas) eres muy guapa amor, no puedes reclamarme por decirlo.
(Calle besa a Poché).
—¿Hay algo más que pueda hacer por ti?
—Sí, pásame el cargador de mi celular, por favor.
Señalo a una repisa, ella busca en puntillas. Cuando lo intenta bajar accidentalmente tumba una caja de cigarrillos marlboro ice, al caer al piso varios se salen. Ella se agacha para recogerlos.
—¿Son cigarrillos?
—Eh, sí.
—¿Fumas?
—Así es, creí que lo sabías (Poché se encoge de hombros).
—¿Cómo iba a saberlo? (Calle responde enojada).
Silencio incómodo.
—El olor en las manos, en la ropa, no sé.
—No me había fijado en eso. ¿Desde hace cuanto lo haces?
—Como desde hace un año, pero no te preocupes, no es la gran cosa (Poché sonríe).
—¿No es la gran cosa? ¡María José!
—¿Qué?
—Fumar es malo, en un par de años empezarás a sentir las consecuencias de tu pequeña "afición" (Calle hace énfasis en afición).
—No exageres.
—No exagero.
—Pero no lo hago a menudo, quizá 1 caja al mes.
—Aún así está mal.
—¿Por qué?
—¿Cómo que "por qué"? Adición, cáncer, problemas en la piel, entre otras cosas (Calle responde enojada).
—¿Tú has fumado?
—No y no quiero hacerlo.
—Vale, paremos con este debate, deja esa caja donde estaba y ven aquí.
Calle no dice nada, está enojada, lo sé.
—(Poché suspira) ven, sígueme.
Me pongo de pie, tomo la caja y me dirijo hacia el baño. En frente de ella boto todos los cigarrillos en el inodoro y jalo la palanca. A Calle se le escapa una sonrisa triunfante.
Volvemos al cuarto.
Nos acostamos en la cama, pasando canales encuentro "el cisne negro", decidimos verla. Ella se acuesta junto a mí y me abraza.
Su presencia me hace demasiado bien, mejoré rápido. Creo que mañana estaré bien para ir al colegio.
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Jugando a Amar (Adaptación Caché)-Terminada
FanfictionMaría José Garzón, 17 años, una estudiante de sexto año, llena de lujos vive con su hermana y su padre ha teniado una infancia dificil despues de la muerte de su madre, tiene una relacion con Cristian un chico mayor que ella y llevan varios meses ju...