Capitulo 27 "Despecho"

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No recuerdo como llegué a casa, sólo sé que fue entre las 7 y 8 de la mañana.
Papá debió haberme regañado, supongo, puesto que es algo que tampoco recuerdo. Hay una laguna de la noche anterior, lo último que recuerdo perfectamente fue el frío y seco: "Mejor dejemos las cosas hasta aquí, que seas feliz" seguido de un sarcástico "Felicitaciones".
Nunca antes me había sentido tan mal, nunca antes me habían roto el corazón tanto como lo tengo ahora.
Son las 3:23 PM, estoy acostada en mi cama de medio lado. Las lágrimas que resbalan desde mis ojos han empapado la almohada.
No dejo de preguntarme por qué. Este hubiera sido un feliz día a su lado, sin embargo estoy aquí, sola y devastada.
Me pongo de pie con una inmensa migraña y recojo mi celular a unos metros de mi cama. 69 llamadas perdidas, busco con la pequeña esperanza de encontrar el número de Calle, me decepciono. 35 llamadas de papá, 10 de Valentina, 24 llamadas de Paula. Dejo mi celular sobre una mesa.
Percibo un olor fuerte de mis manos, acerco mis dedos a mi nariz, es olor a cigarrillo. Un pequeño recuerdo me viene a la mente, yo pidiendo 2 cajas de cigarrillos y fumando en plena calle.
Me dispongo a levantarme para lavarme las manos pero en ese momento mi padre entra al cuarto sin tocar, tiene esa mirada intimidante.
—Maria José Garzón, tenemos que hablar (dice el Sr.Garzón).
Oh no, me ha llamado por mi nombre completo, es oficial, está enojado.
Me siento en la cama, él cierra la puerta y se acerca a mi.
—(el Sr.Garzón continua) ¿Tienes idea de a qué hora llegaste a casa?
—Realmente no.
—7:30 AM, ¿dónde coño estabas? ¿Por qué no respondías tu celular?
—Estaba en casa de una amiga y mi celular estaba sin carga.
—¿Qué amiga?
—Paula.
—Que curioso, ella llamó a preguntar por ti a las 6 (dice el Sr.Garzon en tono sarcástico).
«Joder.»
—(el Sr.Garzón continua) ¿No dirás nada?
—No.
—Bien. Estás castigada de aquí a la graduación. Nada de mesada y reduciré tu dinero para la merienda en un 60%. No salgas de tu habitación, ni uses el teléfono hasta que cambie de parecer.
—(Poché suspira) vale.
Papá se va del cuarto y cierra la puerta fuertemente. Nunca lo había visto tan enojado, ni siquiera recuerdo cuando fue la última vez que me castigó.
Un punto bueno: no mencionó nada sobre Calle o mi sexualidad, eso quiere decir que Valentina no le contó nada. Un punto malo: no sé qué será capaz de hacer con mi "secretito".
Whatever, ya no me importa, no me importa nada más que Calle. Quiero llamarla, ansío con todas mis fuerzas escuchar su voz. No me imagino cómo la está pasando ahora, pero muy dentro de mí deseo que este mejor que yo.
Yo estoy destrozada en pedazos. Ahora escucho música en mi iPod. Me torturo yo misma con la canción "Last kiss" de Taylor Swift, supongo que eso es lo que me espera, escuchar canciones corta-venas y ver películas románticas, que es donde sólo existen los finales felices.
Miro hacia atrás y no puedo evitar pensar que la culpa es mía, pero culparme no hará que ella vuelva a mis brazos, aunque a ese sea el lugar al que pertenezca.
¿Debo intentar recuperarla? ¿Hablo con ella de nuevo? ¿Respeto su decisión y me quedo así? No sé que hacer.
Mi celular suena e interrumpe el debate en mi cabeza, es Paula, le agradezco.
—¿Alo?
—Hola Poché, ¿estás bien?
Silencio.
—No, realmente no (responde Poché con un nudo en la garganta).
—Lo siento mucho, debí haber inventado algo para arreglar la situación pero no supe cómo reaccionar.
—DJ, no fue tu culpa. Tarde o temprano tenía que enterarse, aunque hubiese preferido que ella lo supiera por mí y no de esa forma.
—¿Y cómo terminó todo?
—La seguí varias calles, hablamos y básicamente me mandó al infierno, me terminó. Dijo "Lo siento, no puedo confiar más en ti, mejor dejemos las cosas hasta aquí, que seas feliz." y entonces se fue.
—Auch...
—Además, Valentina oyó nuestra conversación, pasé toda la noche en un bar bebiendo y fumando como loca, ah y papá me acaba de castigar por haber llegado a las 8 de la mañana.
—(Paula suspira) Poché, por favor, no vuelvas a perderte así. No vuelvas a fumar ni beber en exceso, podría haberte pasado algo malo.
—Realmente lo único que me importa ahora es ella pero, gracias por preocuparte.
—No me vengas con "gracias por preocuparte", prométeme que no lo volverás a hacer (dice Paula enojada).
—Bueno, lo prometo. ¿Qué tal estás tú? ¿cómo terminó la noche para ti?
—Mal, estuve con los pelos de punta por usted señorita, pero ahora que hablamos estoy mejor.
—Gracias DJ, de verdad, gracias.
—No tienes nada que agradecer. Siempre estaré pendiente de ti ¿escuchaste, Maria José Garzón? Siempre.
—Lo sé, y por eso te quiero tanto.
—Yo también te quiero. Iré a tu casa con 2 litros de helado de Brownie, ¿vale?
—Sería estupendo, pero ya sabes, estoy castigada. Papá no te dejaría entrar.
—¿Quién dijo que entraré por la puerta?
—( Poché sonríe brevemente) está bien, márcame antes de llegar.
—Vale, adiós.
—Adiós.
(Poché cuelga).
Paula es una maravillosa amiga, siempre se preocupa por mí y está ahí para sacarme una sonrisa cuando más la necesito. Por eso es mi mejor amiga y espero que siempre lo sea.
***
Paula me llama al celular avisandome que ya está aquí.
Abro la ventana del cuarto y ella entra. Mira fijamente mis ojos, irritados por tanto haber llorado. No dice nada, simplemente me abraza fuerte. Necesitaba uno de esos abrazos.
—Aquí está el helado (dice sacando una bolsa de su cartera, abre la bolsa y saca el envase del helado).
—Gracias DJ
—Por cierto, creo que tu papá salió, su carro no está en el garaje.
—¿Ah sí?
—Sí.
—Espera aquí.
Salgo de mi cuarto y me dirijo al de Valentina, abro la puerta sin tocar y la sorprendo viendo un vídeo erótico. Ella apenas me ve apaga su portátil.
—Oye, es de mala educación entrar sin tocar (dice Valentina nerviosa).
—Al igual que escuchar conversaciones privadas (Poché replica y hace una pausa). Esto es asqueroso.
—¿Por eso te volviste lesbiana? (dice Valentina en tono retórico).
—Ja-ja en realidad no, con una chica como Calle es imposible no sentirse atraída, ¿verdad?
—(Valentina frunce el ceño) ¿para qué viniste?
—¿A dónde fue papá?
—Al cumpleaños de un compañero de trabajo, no vuelve hasta la noche.
—Vale, gracias.
—Pero no salgas, papá me pidió que te vigilara.
—Está bien. Algo más... ¿Le dirás sobre anoche?
—No, esa es una jugada muy baja incluso para mí (Valentina guiña el ojo).
—Ok, adiós.
De vuelta a mi cuarto.
—Buenas noticias, mi papá no volverá hasta la noche (dice Poché).
—Eso es genial, entonces me quedaré contigo (DJ sonríe).
—DJ, no te lo tomes a mal, pero creo que quiero un tiempo sola. No soy capaz de llorar frente a ti y quizás eso es lo que más necesito ahora.
—No, lo que tú necesitas es mantener tu mente ocupada, divertirte, salir. Y así me estés corriendo no me iré hasta por lo menos ver una sonrisa tuya (dice Paula mirando fijamente a Poché).
—Eres la mejor amiga de todas (a Poché se le salen unas lágrimas y Paula la abraza).
—Lo sé (dice Paula en broma, Poché sonríe y le pega en juego).
—Iré por dos cucharas.
***
Oh por Dios. Comí helado como nunca.
Realmente adoro el helado de brownie, es mi favorito, pero probablemente aumentaré 2 o 3 kilos.
Ya es de noche, Paula se ha ido.
Papá llegó a casa hace más de media hora, en la cena no cruzamos palabras, él sigue enojado conmigo.
Tiendo mi cama, es hora de apagar las luces. No tengo nada de sueño, simplemente pienso entre la oscuridad de mi cuarto.
La primera cosa que cruza mi cabeza: Calle
Estoy acostada en la cama donde hicimos el amor por primera vez y donde lo repetimos seguidamente. Abrazo la almohada donde ella se quedó dormida muchas veces, la misma que también uso para ahogar sus gemidos. Todo esto me está torturando.
Mañana debo ir al colegio. Lo más probable es que la vea, no sé cómo reaccionaré sólo espero poder seguir adelante.

Jugando a Amar (Adaptación Caché)-TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora