Mentiras

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Veo la puerta de abrirse y sonrío al ver al joven de ojos esmeralda que me mira con cierto recelo. Me acerco a él viendo que, extrañamente hoy ha venido solo.

-Buenas noches, Ulqui chan.

-¿Nadie te ha enseñado a tratar como Dios manda a los clientes?

-Claro pero es que eres tan bonito que me nace llamarte de esa forma, aunque si quieres puedo llamarte otras cosas más... intimas...

En cuanto le hago mi insinuación siento como se inquieta un poco y sonrío ampliamente. Aun es lo suficientemente joven como para que le afecten mis comentarios y creo que, el hecho de que me lo haya follado un par de veces, también ayuda.

-Esta noche es la noche de intercambio de parejas aunque... has venido solo.

-Mura se ha quedado hablando con tu portero.- dice haciendo que mire hacia la puerta y alce una ceja.

Kouga con ese otro muchachito oscuro... curiosa pareja...

***Muramasa***

El golpe contra la pared es duro pero más dura está la polla que se aprieta entre mis nalgas. Kouga me está sosteniendo por los cabellos mientras muerde mi cuello y eso solo me hace jadear deseoso por que se hunda en mi arrancándome ese placentero grito de dolor que ya echaba de menos.

Hace más de un mes que follé con él la última vez y no por que yo no haya querido hacerlo más veces sino porque Kouga siempre está algo reticente a tener nada que ver con los clientes. Además, no sería la primera vez que me dice que solo soy un crio en busca de experiencias duras y eso, aunque por un lado es cierto, no es toda la verdad.

Desde el primer día que vinimos y vi esos ojos verdes mirarme con esa frialdad y agresividad, me sentí irremediablemente atraido por él. Es mayor que yo, pero no me importa. Su cuerpo es el de un hombre maduro y su forma de follar... Dios, cada vez que lo hemos hecho me ha dejado tan dolorido que he necesitado una semana para recuperarme del todo pero eso es lo que más me gusta del sexo con él, que me marca lo suficiente como para recordarlo a cada momento del día.

-Ah...- Gimo cuando siento como tira de mis pantalones y me vuelve la cara para poseer mi boca de forma posesiva y demandante.- No entiendo qué buscas de mi.

-Quiero que me folles.- Le digo mirando como entrecierra sus ojos mirandome fijamente.

-Debes tener un problema, chico.

-Muramasa...-Le digo pasando mi lengua por sus labios.

Él me la muerde y siento como se mueve a mi espalda para abrirme las nalgas y colocar su polla en mi entrada.

-Ah... espera... ah...

-¿Que me espere?- Dice sonriendo maliciosamente.- ¿No era esto lo que querías?- Dice comenzando a apretar.

-Si... ah... pero no te lo has puesto... ah... espe... ra...

Con un rapido movimiento siento como esa enorme polla me penetra hasta el fondo y yo ahogo un grito en su boca que me besa casi haciendome daño. El escozor en mi entrada aumenta en cuanto comienza a moverse en mi interior y cuando me libera la boca puedo escuchar sus gruñidos junto a mi cara mientras mi cuerpo es empotrado una y otra vez contra la fría pared.

-Joder... ah... esto es... tienes un culo... ah... estas tan apretado como la... ah... ultima vez...

Yo no puedo ni contestar sin atraganatarme con la saliva que se me acumula en la boca. Cuando siento su polla hincharse en mi interior sé que se va a correr. Se correrá en mi interior y me llenará de su semen.

PK2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora