capítulo 20

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Keity Martinez F.

Mi madre presionó el timbre de la casa de los Harrison.

Y abrió la puerta una mujer alta y delgada de cabello rubio y de unos grandes ojos azules. Ella nos recibió con una gran sonrisa.

- buenas noches. Sigan - saludo y nosotras pasamos a la casa. Mi madre y la señora se pusieron a hablar entre ellas. mi hermana las escuchaba en silencio y yo me quedé de pie en un lugar.

Modo tiesa.

Para ser sincera tenía un poco de pena, pero traté de no darle demasiada importancia a este encuentro.

Hace 3 años la familia Harrison se mudó a nuestro lado. A mí no me importó tanto, pero siempre veía que dos chicos se asomaban por la ventana, uno se veía más grande que el otro. En algún momento quise salir a socializar con ellos, pero nunca me atreví.

Cuando los ví tenía 14 años.

Y ahora no sé nada de ellos.

En realidad nunca supe si el color de sus ojos eran verdes o azules, a la distancia no se les podía diferenciar bien.

- pasen al comedor - nos invita guiándonos la señora Harrison con amabilidad - allí esta mi esposo y mis hijos - añadió.

pasamos por una sala muy grande la cual estaba decorada con porcelana y cerámica de antigüedades, además de tener unas extravagantes cortinas de terciopelo.

Cuando llegamos a la gran mesa; espere ver a su esposo y a sus hijos como ella dijo, pero en realidad sólo estaba sentado en el comedor el señor.

Creo que a sus hijos no les interesa esta cena al igual que a mí.

- walther - llama la señora Harrison a su esposo - ¿dónde están nuestros hijos? - pregunta confundida.

- buenas noches - saluda el señor con amabilidad y se levanta de su asiento - cariño, los chicos se dirigieron a sus habitaciones porque la visita no llegaba. Dijeron que los llamará apenas llegarán - argumento él y se acercó a saludar a mamá.

El señor era alto y de porte firme y elegante. Las gafas que tenía lo hacían ver un poco serio.

Tengo que salir de está, no quiero estar aquí.

- lo sentimos mucho, tal vez tardamos un poco más de lo esperado - se disculpa mamá nerviosamente.

- no te preocupes - la tranquiliza la señora Harrison. - los llamaré - avisa.

Necesitó escribirle a Eduardo o al idiota de Alexis para que me saquen de esto.

Necesito que me llamen y pidan mi ayuda dramáticamente, lo pondré en altavoz para que los Harrison entiendan porqué me tengo que ir y me toca dejar la cena de inmediato.

Creo que ese plan lo ví en un meme.

- disculpe - llamé la atención de ellos - ¿me prestaría el baño un momento? - pedí con la mejor sonrisa que podía poner.

- oh, tú eres la pequeña keity - dice la señora Harrison como si apenas hubiera notado mi presencia - pero que grande estás, te has puesto muy linda - añadió sonriendo y yo le sonrió en respuesta - el baño está arriba, en el último pasillo - me informa.

No es la distancia, es el destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora