Keity Martínez F.Necesito empezar a buscar las piezas del rompecabezas.
De algún modo creo que la carta que recibió mamá de parte de papá; es una gran ficha.
Yo conserve mi carta, así que por naturaleza sé que mi madre también la conservó.
Solo necesito escabullirme en su habitación, encontrarla y leerla. Quizá ahí estén ciertas respuestas.
Mamá y vannia fueron al supermercado a mercar y es mi oportunidad.
Abrí la puerta de la casa y la dejé entreabierta; para que cuando ellas vayan llegando a casa yo pueda escuchar sus voces y terminar la misión antes de que me vean.
Entré a la habitación con cuidado, visualice su nochero y abrí el primer cajón.
Nada, solo habían pastillas para dormir y accesorios.
Segundo cajón.
Nada, solo exámenes de sus estudiantes.
¿Quién guarda exámenes de sus estudiantes en su nochero?
Que rara es mamá.
Tercer cajón.
Nada, solo tenía una llave suelta y las cartas que le había dado de niña en cada cumpleaños y día de la madre.
Las conserva, que linda.
Esto confirma aún más que conservó la de papá.
Me dirigí a revisar su armario: debajo de las sábanas que tenía guardas, en su ropa.
Nada.
Quizá en sus zapatos.
Me puse en cuclillas y revisé cada uno de sus zapatos.
- ¿qué estás haciendo? - preguntó una voz detrás de mí.
Por un instante el susto me invadió y sentí erizarme.
Me levanté rapidamente y voltee a enfrentar lo que fuera. El miedo se me convirtió en sorpresa.
- ¿qué haces tú aquí? - le pregunté al idiota que estaba de pie en el marco de la puerta de la habitación.
- iba a golpear, pero ví la puerta entreabierta y pensé que quizá alguien se les había metido - se excusó cruzado de brazos juzgandome con la mirada.
Le dí la espalda, me puse en cuclillas de nuevo y seguí buscando.
- sí se nos metió alguien - respondí al tiempo que sacudí un botín color vino tinto.
- ¿en serio? ¿quién? - preguntó apresurado Alexis.
Giré en cuclillas para verlo
- tú - respondí y sacudí una sandalia.
Nada aún.
- hablo de algún ladrón o loquito - aclaró frunciendo el ceño.
- no le veo la diferencia - comenté y giré de nuevo para colocar en su puesto la sandalia.
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No es la distancia, es el destino.
Roman pour AdolescentsKeity, esta en el ultimo año del instituto, y entre su vida cotidiana, existe su vida virtual, aquella que la lleva a conocer cosas que jamas pensó. Pero hay más... Secretos que se van destapando a medida que ella va profundizando a su alrededor.