-2: Joder.

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-Quemar la ropa de tu compañera y tú dejar todas las cosas de tu compañero en medio del bosque ¿Eso les parece bien?- pregunto la directora.

Habían sido dos semanas llena de bromas entre ellos. Nadie los paraba y ellos tampoco querían detenerse.

-Tu comenzaste- dijeron al mismo tiempo.

-Directora le juro que mi intención siempre fue defenderme- dijo Emilia- Este inepto es el que me molesta, por favor no llame a mis papás.

-Lo siento mucho, pero ya me comunique con sus padres ahora están viniendo para aca- dijo la directora.

¿Y que sentido tenía para Claudio? Tal vez su padre ni se presente, estaba solo. Ernesto cuando lo trajo al campamento se lo había aclarado no iba a venir su padre.

El argentino salió corriendo de esa oficina y corrió hasta llegar a dónde solo lo rodeaban árboles muchísimo más grandes que el. Se sentó y quizo con todas sus fuerzas evitar llorar, pero era imposible.

-¿Estás llorando?- Pregunto una voz dulce muy cerca de el- ¿Estás bien?.

-No- dijo el y se cubrió el rostro con sus manos- Extraño mucho a mi mamá.

-Ahora la vas a ver- sonrió Emilia- Y le puedes pedir que te lleve con ella, problema solucionado- dijo y se sentó al lado de el- Al menos tu quieres ir a casa.

-No, no quiero ir a casa- dijo Claudio- Mi mamá se murió el día que yo nací.

Emilia lo miro y su corazón se rompió en dos. Verlo ahí llorando y que le diga eso la ponía muy triste. La mexicana lo único que hizo fue abrazarlo, sus delgados y largos brazos se envolvieron en el cuello de el mientras que el solo miraba todo eso con mucha confución.

-Tranquilo- dijo ella- Tu mamá te cuida desde el cielo.

Ambos se sintieron algo incómodos por lo que decidieron tomar distancia.

-¿Y tú familia?- pregunto el.

-Ellos están separados- dijo con una sonrisa triste- No quiero hablar de ellos. Sabes creí que eras un niño sin sentimientos, pero según mi mamá cuando alguien está llorando...

-Lo hace débil- dijo Claudio y se levantó del suelo- ¿Me estás diciendo débil? Yo no soy ningún perdedor como vos.

-¿Disculpa? No me hables así, inepto- contesto Emilia- No se puede hablar contigo, te odio.

-Yo igual.

(...)

-¿Em, esa no es tu mamá?- pregunto Machu señalando a Rosario una señora que venía caminando hacia ellas. Vestía un hermoso vestido pegado a su diminuta cintura y cuerpo, y unas gafas negras por el sol y los zapatos más lindos que estaban próximos a publicarse en su revista- Hola, Rosario.

-Hola Machu- sonrió la señora y se colocó a la altura de las dos pequeñas- Mi amor estás muy grande- y beso la mejilla de su hija- Sabes que está mal que me llamen por tu comportamiento, pero si tú dices que todo lo hiciste por defender pues está bien.

-¿Entonces no me vas a castigar?- pregunto Emilia haciendo un pequeño puchero- Yo solo me defendí. De ese inepto.

-¿Inepto? ¿Cómo se atreve a llamar así a mi hijo?- Pregunto una cuarta voz- Usted es...

-Soy su mamá- dijo Rosario y se dió la vuelta

Amor a primera vista.

-Esa es la niña que me molesta- dijo Claudio y señaló a Emilia- Papá... Papá.

"¿Por qué?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora