Capítulo 15

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Ha pasado una semana sin saber nada de Josh, una semana en la que no ha contestado a ninguna de mis llamadas y a ninguno de mis mensajes... Cuando me dijo que igual no eramos tan amigos, mi mundo se vino abajo, las lágrimas me salían sin descanso, me pasé toda la tarde y prácticamente la noche llorando hasta que el cansancio me venció y acabe dormida, pero las pesadillas eran continuas y hasta ahora también lo son. Amelia en cambio, me habla todos los días y me va retransmitiendo como le va su relación, porque están juntos y yo me he enterado por ella. Mi mayor miedo se ha hecho realidad y encima cuando Josh me prometió que siempre estaría ahí. ¡Todo mentira! Ahora mismo lo odio, estoy demasiado cabreada con él. A los días de no parar de llorar dije hasta aquí, y desde ese momento lo intento odiar con todas mis fuerzas. De Thiago ya ni hablamos... no me contesta a los mensajes o si lo hace es a los días, y cuando le decía de quedar, tampoco podía, así que yo ya me cansé y desde entonces no sé nada de ninguno de los dos. Le conté todo a Ali y estuvo ahí apoyándome en todo, pero creo que necesito distanciarme lo que queda de vacaciones, me iré con mis abuelos a San Francisco. Así por lo menos me alejo de este sitio durante unos días. A mis padres les parece bien la idea así que por la tarde ya tengo el billete de avión comprado y la maleta lista. El avión sale a las nueve de la mañana del día siguiente, con lo cual cuando el despertador suena, yo ya llevo por lo menos hora y media despierta, no consigo dormir así que me levanto, me pongo unos vaqueros ajustados azul claro, una sudadera de adidas rosa y las converse blancas y bajo las escaleras con mi maleta y mochila en la mano, para darme cuenta de que mis padres están esperando en la cocina con un desayuno en familia. Algo totalmente nuevo pero que últimamente se repite.
-Buenos días, cielo. ¿Lo tienes todo listo? -Saluda mi padre mirándome por encima de sus gafas negras de pasta y apartando el periódico de la mesa.
Me acerco a ellos dejando la maleta y la mochila en la esquina de la puerta y cojo un vaso  lo lleno de zumo de piña y me siento en la silla de siempre.
-Si, ¿me llevas al aeropuerto? -Pregunto dándole un trago al zumo.
-Te vamos a llevar los dos. -Dice mi madre mirándome dejando su café en la mesa y cogiéndome la mano. -Cole esta con sus amigos en otra excursión, pero nada más volver ira a ver también a tus abuelos. Y así os volvéis juntos los dos.
-Me parece perfecto. -Digo terminándome el zumo de un solo trago y levantándome de la silla. - ¿Nos vamos ya?
Mis padres asienten y se preparan para poder salir por la puerta cuanto antes. Así que en menos de diez minutos, estamos los tres montados en el Range Rover negro de mi padre de camino al aeropuerto.
-Es la primera vez que coges un avión sola. ¿Seguro que no quieres que me vaya contigo? Así veo a los abuelos... -Pregunta mi madre y no me acostumbro a que sea así de cariñosa conmigo...
-Mamá, tienes trabajo y de verdad que no me preocupa viajar sola, los abuelos me estarán esperando en cuanto baje del avión.
En verdad lo que le digo de que no me preocupa viajar sola es mentira, estoy aterrada, no he viajado sola en mis 17 años de vida y aparte de tenerle un miedo terrible al avión, me aterroriza estar sola, pero bueno. Necesito irme y en algún momento de mi vida tengo que enfrentarme a mis miedo. ¿No? Vaya tontería más grande, si soy una cagada para todo y subirme al avión no lo va a cambiar.
-Por cierto, ¿por qué Josh no ha pasado por casa estos días? Podrías haberlo invitado a ir contigo a San Francisco, ya sabes que a tus abuelos no les importaría. -Suelta mi madre mirándome de reojo desde su asiento.
-Es cierto, no hemos visto a Josh en todo este tiempo. ¿Habéis roto? -Ahora es mi padre el que me mira por el espejo.
A ver ahora yo qué digo, es normal que pregunten por él, cuando antes siempre estaba en casa a todas horas y ahora ni siquiera lo menciono. Mi hermano si no hubiera estado de aquí para allá también habría hurgado en el tema hasta sacar la verdad. Pero como mis padres se creerán lo que sea, intento pensar una excusa que suene más o menos creíble.
-Se ha ido con su madre estas vacaciones. Y por Dios, ¡que no somos novios! -Suelto y me pongo a mirar el móvil.
Al cabo de una media hora ya hemos llegado al aeropuerto y como era de esperar mis padres me acompañan a la terminal, en una hora estaré en el avión de camino a poner un poco de distancia de todo un poco.

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