Capítulo 24

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De los minutos siguientes a la llamada de mi madre no soy consciente de lo que sucedió, actúe de manera mecánica, cómo si otra persona estuviera moviéndome y yo estuviera en automático. Creo que subí a mi habitación, con mis abuelos siguiéndome de cerca, mis amigos se marcharon a casa para dejarnos un poco de tranquilidad, supongo que sabían lo que estaba pasando y prefirieron no molestar. Hice las maletas y no podía marcharme sin que mis abuelos me llevaran al aeropuerto, ellos no tenían ni idea de lo que estaba ocurriendo, pero supieron que algo malo había pasado al entrar en casa rápidamente por el ruido que hizo mi teléfono al caer al suelo y al verme a mí de rodillas llorando.

-Cariño, dinos qué ha pasado. Nos tienes muy preocupados. -Dice mi abuela con la cara descompuesta imaginándose lo peor.

Me siento en el borde de la cama, he llegado a un punto en el que estoy un poco más serena y tengo que contarles lo que ha pasado, aunque yo no sepa exactamente lo que ha pasado.

-Ha llamado mamá, Cole ha tenido un accidente y lo tienen que operar. -Digo lo más tranquila que puedo, evitando que las lágrimas vuelvan a caer.

Al recibir la llamada de mi madre y darme la noticia, un montón de pensamientos de perder a mi hermano no han abandonado mi mente. Si le pasa algo a mi hermano sería como perder una gran parte de mí. Muchas veces, más de las que me gustaría. Ideas de perderlo se han cruzado por mi mente, pero siempre las despachaba rápido, me daba miedo pensarlo mucho. Es la única persona por la que daría mi vida con tal de que no le pasara nada. Y pensar que ahora mismo tiene que entrar en un quirófano... el miedo se vuelve real, más intenso que cualquier otra cosa. No puedo perderlo, no puedo. ¿Cómo seria capaz de vivir sin él? Al final, no puedo detener más las lágrimas al ver a mis abuelos con la boca abierta y llorando, mi abuelo tiene entre sus brazos a mi abuela mientras ella llora desconsolada en su hombro.

-¿Podéis llevarme al aeropuerto? -Pregunto con la voz encogida.

-Nos vamos contigo, Emma, prepara algo de ropa. -Le ordena a mi abuela para que deje de llorar y lo haga rápido. -¿Qué pasa con el billete? Lo tenías para dentro de unos días. -Dice haciéndome reaccionar.

Me meto en la pagina web de la compañía y veo que puedo cambiar el billete sin ningún problema. Compro rápidamente dos para mis abuelos.

-Lo he cambiado y os he comprado los billetes a vosotros...

Mi abuelo asiente con la cabeza y sale del cuarto para buscar a mi abuela. Yo imito su acción para bajar al salón y terminar de recoger las pocas cosas que tengo por allí, aunque me dan igual, solo quiero que mi hermano esté bien...
Os juro que es el viaje más largo de mi vida, después de pedirle al padre de Andy que nos llevara al aeropuerto y nos subiéramos al avión, no he podido parar de pensar en mi hermano. En las veces que hemos discutido, peleado, llorado... en las veces que no le he dicho te quiero... Me arrepiento tanto. En estos momentos, cuando crees que vas a perder a alguien te das cuenta de las cosas que no has hecho o dicho y lo mucho que te habría encantado hacerlo. Nunca perdáis la oportunidad de hacer lo que queréis o decirle lo que sentís a alguien, porque de un momento a otro, la gente se va, aunque pienses que no se marchará nunca, siempre lo hacen. Antes de subir al avión, le mandé un mensaje a mi padre para que viniera a recogernos al aeropuerto. Así que una vez estamos en Santa Mónica, puedo respirar. Y al ver a mi padre, aun más.

-¡Papá! -Me lanzo a abrazarlo fuertemente. -¿Cómo está el tete? -Pregunto con una nudo en la voz.

-Cariño, está bien. No sé que te ha contado tu madre, pero está bien. Solo le tienen que operar de la rodilla. -Dice con calma, acariciándome el pelo y dándome un beso en la frente.

Puede que hayamos corrido por nada, pero me da igual. Mi hermano está bien y por fin puedo respirar. Mi padre saluda a mis abuelos y nos encaminamos hacia el coche, yo con los ojos anegados en lágrimas, pero no me importa, la congoja que tenía en el pecho ha desaparecido y ha sido reemplazada por un alivio infinito.

No Siempre Es Lo Que Parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora