Capítulo 4

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Al día siguiente me levanto con un cansancio de mil demonios, no he podido dormir mucho, me despertaba cada dos por tres y no paraba de dar vueltas en la cama. Me pasa desde hace bastante tiempo y por mucho que tome pastillas para dormir, no me hacen efecto. Así que sin más remedio me levanto de la cama y mientras me dispongo a pensar que ponerme me lavo los dientes y me maquillo un poco.

Cuando ya estoy lista al bajar a la cocina compruebo que todos se han marchado ya y como no, mi hermano se ha vuelto a llevar mi coche. Cojo un batido para el camino y salgo para ir a la parada del autobús. ¿Estará Josh en él? Pero ¿por qué pienso en él? Si me tiene que dar igual. Menudo cacao que tengo, esto es la falta de sueño que me afecta a la cabeza, si, tiene que ser eso. Aunque ayer me demostró que se puede pasar un rato agradable en su compañía... ¡Para! No pienses en él, leches. Así que para no pensar me pongo mis auriculares y me sumerjo en la mundo de la música, cuando pasa el autobús casi ni me doy ni cuenta y por los pelos que logro pararlo, eso si que seria lo que me faltaba, perder el autobús y llegar a tarde a clase. Al subir, veo que no hay mucha gente dentro y hay muchos asientos libres así que en el primero que pillo me siento. Estoy tan ensimismada con la música que no noto que alguien se sienta a mi lado hasta que de repente me quitan un auricular y del susto pego un bote que mi acompañante se parte de la risa.

-Buenos días, torpe. Empezamos bien el día, ¿eh? -Dice y comienza a reírse de nuevo.

En un acto reflejo le doy un puñetazo en el hombro y deja de reírse de inmediato.

-¡Ayyy! Joder, torpe. Que guerrera te has levantado hoy.

Le hago la peineta y le quito mi auricular de las manos. Aun quedan diez minutos de trayecto así que intento volver a mi música pero mi acompañante no está por la labor de dejarme tranquila por lo que se ve. ¡Que desesperación de chico, por dios!

-¿No tienes nada mejor que hacer que darme por culo a mi? -Digo exasperada ya.

-Es que es más divertido molestarte a ti. -Suelta con inocencia fingida.

-Olvídame, Josh... -Digo mirando por la ventana.

-Eso es imposible, torpe. Nunca podría olvidarte.

Decido ignorarlo, ya se cansará, supongo, porque conociéndole no estoy muy segura de eso.

Al llegar al instituto, como intuía, Josh no ha parado de molestarme en todo el trayecto que ha durado. No llevamos ni una hora juntos y ya me ha sacado de mis casillas. No quiero ni pensar en el día que me espera...

-Entonces... ¿hoy también vas a pasar de mi, torpe? -pregunta un poco cortado. Y eso me resulta raro viniendo de él.

Me lo quedo mirando con curiosidad y veo que le preocupa la respuesta, pienso de verdad que voy hacer, no quería tener mucho contacto con él, pero el poco tiempo que he pasado con Josh, he estado muy a gusto y me cae bastante bien, así que creo que me será imposible mantenerme alejada de él... Y más si sigo siendo su tutora. Con una sonrisa sincera le contesto:

-No, Josh, no voy a volver a pasar de ti. - Y lo digo con toda la sinceridad que soy capaz de reunir.

Sin esperarlo se lanza a sobre mi y me da un abrazo que hace que me levante un palmo del suelo y no puedo evitar soltar una carcajada que me sale desde lo más dentro de mi, hacia mucho que no sonreía de esa manera.

Nada más entrar por la puerta, Josh y yo vamos hablando y haciendo bromas, cuando nos topamos de golpe con Amelia y Sophie, que como siempre no se separan la una de la otra. Instintivamente nos miran con cara rara y nos repasan a ambos con la mirada de arriba abajo.

-¿Los dos juntos? ¿ Y eso, Ash? -Pregunta con prepotencia Amelia que en seguida cruza una mirada con Sophie.

No sé que decir, no me siento cómoda contándoles nada, sobretodo porque no saben que soy su tutora o que lo conocí antes que nadie. Pero no me da tiempo a pensar una escusa ya que Josh es el que me saca de esta hablando él.

No Siempre Es Lo Que Parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora