Capítulo 26

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Si os digo que soy la persona más feliz del mundo, tenéis que creerme. Mi hermano cada vez está mejor, los médicos dentro de un par de días le darán el alta y tendrá que estar mes y medio haciendo reposo, es lo que más le jode, pero eso es mejor que hubiera pasado algo peor. Y también porque mi relación con Josh, cada día va mejor, estoy viviendo un puto sueño y no quiero despertarme. Aun que tengo la sensación de que algo malo va a pasar, (más de lo que ya me ha pasado) es como una alarma en mi interior que me quiere avisar de que todo está yendo muy bien, que quiere evitar que me de una hostia, que esté en sobre aviso para que no me duela. Pero de momento quiero vivir un poco la vida, sentirme feliz por estar con la persona que quiero, por tener al hermano más fuerte de mundo y porque ya me tocaba, ¿no? Quedan dos días de vacaciones, no las voy a terminar como las imaginaba, pero bueno, tampoco están tan mal. Llevo durmiendo con Josh prácticamente toda la semana, estamos muy cómodos los dos juntos, nos divertimos muchísimo como aquella noche en la terraza tumbados en el césped, mirando el cielo y hablando de cosas sin cansarnos, disfrutando de la compañía. Conociéndonos mejor, contando anécdotas y sobretodo riendo. ¿Quién me diría que me pasaría esto a mí? Ahora mismo estamos en su sofá viendo una peli romántica, una de mis favoritas pero apenas le presto atención. Hay una cosa que se niega a abandonar mi mente.

-¿Qué piensas? -Pregunta Josh, apagando la tele a la cual no le estoy haciendo el menor caso.

-¿Qué va a pasar cuando volvamos al instituto? -Pregunto mirándolo y acariciando mi viente.

Estamos sentados en el sofá de tal manera que yo tengo mis piernas encima suya y él sentado normal, con los pies en el suelo. Se mueve, subiendo una pierna encima del sofá y girándose para quedar enfrente mía.

-Yo también lo he estado pensando... no estamos haciendo nada malo, pero los dos sabemos que Amelia estará un poco enfadada y será complicado gestionarlo. Pero podremos con ello. -Dice estirándose para agarrar mi mano y darle un tierno beso.

-Me da un poco de miedo... pero supongo que tendremos que hacerle frente.

Después de la conversación, nos salimos al jardín para cenar. Y terminamos como siempre, en el agua comiéndonos a besos y caricias. Y cuando las ganas de ser uno, nos superan, salimos como podemos del agua y terminamos haciéndolo en el césped. Lo que he aprendido con él en estos días es que en cualquier sitio le viene bien al niño para hacerlo. Si os digo que lo he hecho más veces con él que en toda mi vida y no llevamos ni una semana saliendo. Siento que estoy en un sueño del que no quiero despertar... Soy un desastre y un caos de persona, sinceramente no sé cómo alguien puede estar loco por mí. Todos acaban desapareciendo y haciendo como que no me han conocido, hasta ahora solo pensaba que se aprovechaban de mí, mira con Thiago... pero Josh es diferente y no quiero despertar de este sueño. No quiero que Josh me deje, porque por fin sé lo que es que alguien te quiera, y no sentir que estas siendo usada por un polvo sin más.
Nos quedamos los dos, abrazados mientras miramos las estrellas (un poco cursi) pero es la mejor sensación del mundo, estar rodeada por los brazos de la persona que quieres es simplemente mágico.

-¿En qué piensas? -Le pregunto alzando un poco la cabeza para mirarlo.

-En lo increíblemente feliz que soy ahora mismo. -Contesta dándome un tierno beso en el cuero cabelludo y volviendo a mirar al cielo.

-¿Y no te da miedo ser tan feliz? -Vuelvo a preguntar sin apartar mis ojos de su rostro.

-La verdad es que sí, no estoy acostumbrado a que me pasen cosas buenas... y estoy aterrado de que algo malo pase, pero no me va a impedir de que disfrute de mi felicidad. -Me besa esta vez en los labios. -Y mi felicidad eres tú, Ash. ¿Tú también tienes miedo? -Es él quien pregunta.

No Siempre Es Lo Que Parece Donde viven las historias. Descúbrelo ahora