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Me senté en la mesa del comedor, con la espalda recta y la mirada pegada en el plato de comida que tenía frente a mi. Tomé el tenedor y lo enterré en la pequeña montaña de puré de papa. Estaba caliente, y mi estómago gruñía del hambre, pero no me apetecía comer absolutamente nada. Changbin se había ido hace media hora, tenía que arreglarse para su presentación y terminar de practicar con Hongjoong. No quería que se fuera, pero al final tuvo que hacerlo y me sentía feliz hasta que ellos llegaron.

-¿No vas a decir nada?- Preguntó mi madre en frente de mi. Subí la mirada y la vi. Lucía nerviosa y mordía la parte interior de su mejilla.

-¿Que quieres que diga?- Ella giró hacia su izquierda y le dió una mirada de pena al hombre que estaba sentado a su lado. El no la miró, solo mantuvo su vista en mi.

Bajé la vista al plato de comida, nuevamente, y esta vez si le di un bocado. Mastiqué tranquilamente e intenté ignorar la tensión que se sentía en toda la habitación.

Sentí la mano de mi madre temblar, no quise subir la mirada, pero podía jurar que estaba conteniendo las ganas de llorar.

-Linna- Habló el hombre. Mi madre y yo lo miramos, sin saber a quien llamaba, pero el no nos miraba a ninguna. Suspiró fuertemente y luego posó su mirada en mi. -Voy a morir- Articuló esas tres palabras, lentamente, tratando de que causaran un gran impacto en mi.

Pero, la verdad, no sentí absolutamente nada.

Bajé la mirada al plato de comida y volví a darle un bocado, luego otro, y luego otro.

Comí la mitad de mi comida y luego posé el tenedor sobre la mesa, tomé mi café y bebí un gran sorbo.

-Hija, di algo- Suplicó mi madre.

Suspiré -Que lástima.

Tenía mil cosas para decir, mil cosas que podían hacer que el corazón de ese hombre se rompiera en mil pedacitos si es que era verdad lo que decía sobre quererme. Pero, mi madre, por alguna razón, se encontraba llorando, mucho, y no quería que sufriera lo que solo le debería de pasar a él.

-¿Por qué lloras?- Le pregunté- ¿Lo amas?- Ella no respondió -Está bien si lo haces, no puedes controlar a quien amar y a quien no, así que no me pidas que sienta lastima por alguien que nunca ha significado nada en mi vida y que de seguro quiere verme antes de morir para no sentirse tan culpable por hacerme pasar una infancia de mierda- Me levanté de la mesa y subí corriendo a mi habitación.

No sentía tristeza, sentía impotencia y ganas de arrancarle a mi madre todos los recuerdos sobre esa persona y tirarlos en la basura para luego prenderles fuego.

Era muy injusto que, a pesar de todo lo que él hizo, o lo que no hizo, ¿mi madre aún seguía queriéndolo?

Tomé una almohada y la presioné sobre mi cabeza ahogando un grito, luego suspiré unos segundos para calmarme. No se escuchaba ningún ruido abajo, ni en mi habitación, así que me asusté cuando mi teléfono sonó anunciando una llamada.

-¿Hola?- Contesté y cerré los ojos. Creo que debería empezar a alistar todo para la presentación de Changbin.

-Hola, mi amor- Habló Jisung del otro lado de la línea. Sonreí al oír la voz de ami amigo. -¿Como estás?

-No muy bien.

Escuché como chasqueaba la lengua y luego suspiraba.

-Pasaré por ti. Necesito tu ayuda para algo.

-Tengo que arreglarme.

-No nos demoraremos, tengo que buscar algo urgente.

-¿Que es?

Egocentric  -; ChangbinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora