That Thing Called Love (Harry Styles)

Capítulo 1

Hola muchachas. Bievenidas a mi nueva historia: "That Thing Called Love". Esta es una historia que yo ya tenía escrita hace un tiempo, pero que la vuelvo a publicar con algunos cambios en la historia. Además, modifiqué los personajes originales para que sea una fan-fiction de Harry Styles & Zayn Malik (mas especialemente de Harry) de One Direction.

Esta novela está dedicada a mis amigas Victoria, Gabriela, Munay y Leslie. Todas ellas aparecen en la novela, con un personaje diferente.

Espero que la disfruten.

Todos los MARTES habrá nuevo capítulo.

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Me encontraba sentada en el muelle, disfrutando del poco sol que dejaba la tarde fría de otoño. Mis piernas colgaban, pero mis zapatillas no llegaban a tocar el agua. Me mantenía sostenida de las cuerdas que hacía poco habían puesto las autoridades para que los niños no se cayeran al mar.

Tantas cosas pasaban por mi cabeza en esos momentos, pero solo a una le prestaba atención: a Harry. ¿Por qué mierda había empezado a sentir cosas por él? ¿O era que simplemente ahora me daba cuenta de que siempre lo había hecho? Dios, era irritante estar enamorada de la persona más egocéntrica del universo. Pero no podía evitar caer en sus encantos cada vez que se encontraba cerca.

Una brisa de viento hizo que tiritara. El invierno iba a venir muy frío este año. Me aferré más a la soga y suspiré. Me sentía tan sola. Nadie llegaba a comprenderme totalmente. Ni mi madre, ni mi hermano, ni siquiera mi mejor amiga. Ellos tan sólo entendían una parte. Pero también era porque tampoco sabía expresarme bien yo misma. ¿Realmente estaba segura de lo que sentía? Desgraciadamente, sí.

—Mamá quiere saber si te vas a quedar toda la noche sentada acá —la voz de mi hermano Thomas sonaba a mis espaldas.

—Al menos un rato más voy a estar —dije y volví a concentrar mi vista en las pequeñas olas que se formaban en la orilla.

Oí sus pasos alejarse, pero quería que se quedara. Un poco de compañía no me iba a venir mal. No hacía falta que hablara, sólo debía estar ahí a mi lado. Pero, más que nada, necesitaba que alguien me abrazase fuertemente.

Me levanté resignada y revisé mis bolsillos. Me quedaban 15 libras de las 30 que me había dado mi madre a la mañana por lo que me acerqué hasta la panadería que quedaba a una cuadra de casa para comprar algo para comer en el postre.

—Niña, hace tiempo que no te veo por acá —dijo Delia, la dueña, apenas me vio entrar.

—Lo sé, Delia, pero entre el colegio y las actividades extracurriculares no me queda mucho tiempo para venir a visitarte… —comenté apenada.

—Podrías haber venido a tomar algo hoy, y podríamos habernos puesto al día, en vez de haberte pasado todo el día sentada en el muelle — me recriminó, pero sabía que me lo estaba haciendo en broma.

Sonreí y la miré. Su mirada era profunda y, cuando realizó ese comentario, por un instante sentí que por fin había encontrado a alguien que me comprendía completamente. Un sentimiento extraño, aunque no tanto, ya que consideraba a Delia como una especie de abuela.

—Necesitaba poner algunos pensamientos en orden —hablé por fin—. Mi cabeza va a explotar en cualquier momento si continúo dejando todo pasar. Cambiando de tema, ¿te queda alguna tarta de frambuesa? Quiero llevar algo para el postre, así justifico no haber estado en casa en todo el día…

—Claro niña, siempre guardo una en la heladera para que la lleves —contestó y luego se dirigió hacia la cocina, para regresar al poco tiempo con el paquete ya envuelto.