Bad Dreams [KookTae]

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Por más que corría, no conseguía alejarse de aquello que le perseguía. Una vez más, esa horrible sombra, esa horrible pesadilla.

Sus piernas ya no pueden más, sus pulmones comienzan a flaquear y el sudor desciende por su cuerpo como si acabase de salir de una piscina.

Una vez más, vuelve a pararse a los piés del acantilado, ese tan familiar precipicio. Si no fuese porque la sombra le sigue persiguiendo, incluso se pararía a admirar las vistas.

Como siempre, es empujado y comienza a caer. El suelo cada vez se aleja más y todo se va volviendo oscuro y borroso hasta que por fin aterriza sobre una cama. La cama. Esa superficie con ese cómodo y blanco colchón, cubierto con sábanas igual de blancas y brillantes pero rodeado de oscuridad. Una oscuridad y vacío tan inmenso e interminable, que incluso parece que el silencio está gritando.

Ahora venía lo peor. Pero para su mala suerte, definitivamente, él aun no iba a despertar.

De nuevo, comienza a sentir ese peso caer sobre su cuerpo, esas manos subiendo por su torso y pecho, hasta alcanzar su cuello. Allí, la siniestra sombra comienza a hacer presión, cortando su respiración incluso en la realidad.

De nuevo, siente que no puede moverse, que no puede ni siquiera abrir los ojos. Comienza a dejar de respirar, la presión es tan fuerte, que ni tragar es posible.

.       .       .

Taehyung abre los ojos de golpe, agarrando su adolorido cuello. Respira hondo, intentando calmar su pulso, notando como el sudor gotea por su espalda y como cada parte de su cuerpo, parece estar dormida, dificultandole así el movimiento.

No sabe desde cuando tiene esos sueños, ni porqué razón, pero es perfectamente consciente de que cada vez los daños reales son peores.

Nota una extraña humedad, bajar desde su nariz y gotear hasta el pantalón de su pijama. Efectivamente, era sangre.

Se levantó de la cama, con más ganas de llorar que nunca. Sentía que ya no podía más, que por mucho que lo intentase o ignorase, aquellas pesadillas seguían atormentando sus noches y cada vez era más difícil esconder las ojeras, los ojos rojos y el cansancio.

Definitivamente, odiaba la oscuridad, odiaba las sombras, odiaba los sueños y odiaba estar solo.

El agua fría, consiguió despejar el sudor de su cara, al igual que limpió la sangre proveniente de su nariz.

Observó una vez más su rostro en el espejo. Sus ojeras cada vez más profundas y el cansancio notable desde kilómetros. Suspiró totalmente abatido, ¿hasta cuando tendría que seguir así?

Salió del baño, frotando sus ojos para mejorar su vista. A su vez, repasaba con quién podría dormir, porque ni en broma iba a meterse en su cama solo.

Jin y Namjoon fueron descartados directamente. Por lo que sabía, esa noche la habían pasado juntos y no quería dormir en una habitación que oliese a sexo. Además, tampoco quería molestar a la pareja.

Quizá... ¿Yoongi? Aunque no estaba seguro de que fuera buena idea, ayer se encontraba algo enfermo y no iba a contagiarse. Pensándolo mejor, seguro que el mayor preferiría dormir solo para recuperarse.

Hoseok definitivamente no era una opción. Si decidía ir a su habitación, acabaría durmiendo en el pasillo antes de que le abriese la puerta. Es cierto que el mayor tenía el sueño tan profundo que iba a ser imposible despertarlo.

Jimin parecía una buena opción, ¿quién mejor que su mejor amigo?

Una vez abrió la puerta y asomó la cabeza al pasillo, la oscuridad volvió a rodearlo. La puerta del tercer maknae se encontraba al final del pasillo y sus piernas parecían negarse a responder para cruzar aquella "larga distancia". Sin duda, no iba a llegar a la puerta del mayor sin haberse desmayado en el intento.

Al parecer solo quedaba Jungkook como única opción. El menor iba a enfadarse en cuanto lo despertara, pero era su única salvación.

Cerró la puerta de su cuarto tras de sí y se acercó a la que estaba enfrente. Mantuvo los ojos cerrados para no ver la oscuridad que le rodeaba y con cuidado, llamó a la puerta.

Por suerte, Jungkook tenía un sueño ligero y un oído excelente como para que un simple golpecito en su puerta lo desvelase.

Justo cuando Taehyung pensaba en abandonar y volver a su cuarto para pasar otra noche sin dormir, la puerta se abrió, desvelando a un Jungkook despeinado y adormilado.

—¿Qué quieres Taehyung? —Frotó uno de sus ojos, concentrandose en la persona que tenía delante.

—¿Puedo dormir contigo? He tenido un mal sueño —susurró y bajó la mirada.

—Está bién —suspiró y se hizo a un lado para que el menor pasase. Taehyung, sorprendido por la facilidad con la que lo había conseguido, no tardó en arrojarse en la cama.

—Pero déjame dormir —se quejó, metiendose otra vez bajo las sábanas junto al rubio y apagando la luz de su mesilla.

No pasaron ni dos minutos cuando Taehyung volvió a sentir la soledad que sentía en su habitación. De nuevo, la oscuridad lo consumía y las sombras lo vigilaban.

Arrimó su cuerpo descaradamente al menor, hasta que su pecho tocó el hombro contrario.

Jungkook, que se encontraba boca abajo, se giró hacia Taehyung algo confundido.

—No va a pasarte nada malo TaeTae —susurró en un bostezo. El mencionado, tragó saliva nervioso, su piel erizándose.

—¿P-puedes abrazarme? —Tartamudeó, apretando sus ojitos. Sin responder, Jungkook lo acunó en sus brazos y dejó un beso en su cabeza.

—¿Así mejor? —comenzó a acariciar uno de los brazos del rubio.

—Yo solo quiero dormir tranquilo y dejar de tener pesadillas —soltó, aguantando las lágrimas que amenazaban con salir.

—¿Tan horribles son? —Preguntó curioso el menor y al ver que el mayor comenzaba a temblar un poco, supo que se sentía aterrorizado de ello.

—Protégeme Kookie —susurró, sintiéndose inútil por no poder ni siquiera cuidar de sí mismo.

Jungkook, buscó los ojos del contrario, haciendo contacto visual por unos segundos antes de dejar un pequeño beso sobre los labios de Taehyung. Este estaba algo sorprendido por la tierna y oculta faceta de su menor. Le dedicó una sonrisa y se acurrucó más, como si fuera posible.

—Estás conmigo ahora, nada malo va a pasarte, yo voy a alejar tus malos sueños —acarició tiernamente la mejilla de Taehyung. Este, completamente feliz y mucho más calmado, comenzó a relajar su cuerpo, dejándose mimar.

—Te quiero Jungkookie —susurró antes de que el cansancio arrasara con él y se quedase profundamente dormido.

—Yo también te quiero, hyung —respondió a los segundos aun sabiendo que el contrario no lo había escuchado.

.       .       .

Aquella mañana, Taehyung se despertó demasiado bien, ya que había dormido como nunca. No hubo ni rastro de las pesadillas, lo que significaba que el menor había cumplido sus palabras. Ambos seguían abrazados, despiertos, pero decididos a quedarse así un rato más.

En ese momento, mientras sentía la cálida respiración del azabache en su mejilla, supo que ya no volvería a tener pesadillas, que había encontrado una cura. Que Jungkook, era su cura.

One shots «KookV/Vkook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora