Sólo si te vas [En Edición♡]

Capítulo 1: La llegada.

Hola, gente de wattpad. Esta es mi primera novela aquí y tengo varios proyectos en mente, si les gusta, no se les olvide votar y mandar críticas constructivas! Los amo, :*

Esta novela cuenta con derechos de autor. Prohibida la venta, copia, renta o el robo de esta novela bajo cualquier tipo de circunstancia. Gracias por no ser una persona copiona y poco original :)

Disfruten la historia de Larissa!

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Eran las 6:00 a.m. Mi despertador rojo vintage empezó a sonar de manera insistente, anunciando que debería ir ya al colegio. Me quejé, pero me levanté de la mullida cama y me dirigí a la ducha, no sin antes revisar mi teléfono que acababa de vibrar. Tenía 10 seguidores más en wattpad y dos en Twitter, además de dos mensajes en Whatsapp muy recientes. No abrí ninguna aplicación y me fui a bañar. Seguramente era Jake el que me había mandado los mensajes para decirme que llegaba por mí en 10 minutos, como siempre.

Me metí a la ducha después de quitarme mi calientita pijama y pensé en cómo conseguir aquel libro que anhelaba tanto. No estaba disponible en librerías de mi país, por lo que iba a necesitar comprarlo en alguno de esos sitios en internet como Amazon. Cerré los grifos, cortando la salida de agua y salí. Necesitaba apresurarme, pues Jake ya me había mandado un mensaje de "Estoy aquí" y yo quería llegar temprano. Me vestí con lo primero que vi en mi armario y me disponía a salir de mi habitación sin mochila ni teléfono, pero una llamada de Jenn, mi mejor amiga, me detuvo en el umbral de la puerta y me recordó de los objetos que olvidaba. Contesté el teléfono con voz algo ronca y el gritito impaciente de mi amiga al otro lado de la línea me sobresaltó.

-¡Larissa! ¿Le preguntarías a Jake si puede pasar por mí también? ¡Es una emergencia del código rojo escarlata!-

-Claro, ¿Qué significaba el rojo?- Le pregunté mientras cogía mi mochila y me la cogaba al hombro.

-¡Amor, Larissa!-

-Ah, ¿Pasó algo con Michael?- Pregunté bajando las escaleras. Michael era el chico con el que la joven salía desde hace dos meses. El chico me caía bien, pero no dudaría en darle un puñetazo si lastimaba a mi amiga.

-Solamente quiero verlo antes de clases.- Me dijo con un tono inocente. Me reí.

-Seguro, ya le digo, te veo en un rato.- Apagué el teléfono y entré al auto de Jake, el cual me saludó con un abrazo y encendió el motor.

-¿Podemos pasar por Jenn?- Le pregunté, generando unas risitas de su parte.

-¿Código rojo otra vez?-
Me reí ante la forma dramática en que mi amiga describía sus situaciones.

-Código rojo escarlata.- Añadí rodando los ojos. Jake ensanchó su sonrisa burlona y llegamos a la puerta de la casa de Jenn, la cual se hallaba sentada esperándonos impaciente. Cuando nos divisó, saltó de los escalones donde estaba sentada momentos antes y sonrió ampliamente, dio unos pasitos alegres a nosotros y trató de poner cara de enfado.

-¿Por qué tardaron tanto, chicos?- Jenn se sentó en la parte trasera.- ¿Podemos escuchar música?- Puse el CD de Maroon 5 en el reproductor del auto y cantamos los tres juntos al compás de las canciones mientras llegábamos al colegio. Estos momentos con mis amigos eran los que yo más atesoraba, y aunque últimamente habíamos tenido pocos, igual disfrutaba de ellos. Jenn no se despegaba de Michael y querían pasar mucho tiempo a solas. Los comprendía, de verdad, pero sentía que perdía a mi mejor amiga. Jake no tenía novia, pero estaba como portero en el equipo de soccer del Insituto y tenía prácticas todos los días después de clases; así que en resumen, mis tardes consistían en leer o escribir historias en wattpad mientras escuchaba música. Mi madre tenía que trabajar noche y día y mi padre también, por lo que mi hermano era la única opción para charlar por las tardes, pero no teníamos una relación muy íntima. Mi madre era psicóloga y mi padre trabajaba en algo para el gobierno, por lo que trabajaban normalmente hasta pasadas las 10:00 p.m. Llegamos al colegio y Jake se estacionó en uno de los lugares más próximos a la entrada, lo cual había sido casi un milagro, pues habíamos llegado tarde. Jenn y yo nos bajamos al mismo tiempo mientras él arreglaba algo con las llaves del auto.