Capítulo 11: Sweety Cup

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Hola gente de Wattpad! Sólo pasaba a agradecerles infinitamente por nuestro primer 1.5K ;ha sido tan difícil conseguirme tiempo para escribir y saber qué sigue en una historia con la que te has encariñado tanto a pesar de no tener tanto tiempo como con otras. Hay veces en que recomiendo a mis amigos la novela y me dicen en redes sociales, en persona y en comentarios por acá que escribo como profesional y tal, que hago que se metan en la historia. En serio lo intento y me esfuerzo muchísimo en lo que escribo y en lo que invento por lo que sus comentarios y estrellitas positivos y constructivos hacen que me den ganas de llorar de felicidad (Sí, soy muy sensible al parecer). MIL GRACIAS, jeje. Ya, basta de charla emotiva, no olviden dar a la estrellita, compartir y comentar lo que no les agrade.

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-¿Que me acompañas? No, gracias.- Me detuve mirándolo sin saber cómo reaccionar, él sólo se volvió a verme incrédulo.

-¿Por qué no?-

-Porque no te estoy invitando a un club.- Me crucé de brazos y lo provoqué con la mirada.

-Escuché el grito de tu amiga en el teléfono. Vamos a ir por ella, ¿no?- Bajé la mirada con las mejillas ardiendo.

-Sí...- Murmuré.

-Entonces hay que apresurarnos.- Mark tomó mi mano y bajamos lo que quedaba de escalones hasta que llegamos a la entrada. La limusina de Will estaba ahí con el conductor plantado junto a la puerta de los pasajeros, que miraba al chico al que sostenía mi mano de forma burlona.

-¿Dónde?- Preguntó Will. Sonreí junto con Mark, el cual esperaba que respondiese yo a la pregunta.

-Al club "Sweety Cup".- El joven conductor sonrió ampliamente mientras abría la puerta trasera y salté al interior del auto junto con el chico de cabello ébano. Mi amiga se iba a meter en problemas por haber interrumpido el beso con este chico.

Nos habíamos besado.

Me había besado y le respondí. De repente se me hacía difícil verlo a la cara sin sonrojarme, bajé la cabeza para ver mi regazo y tratar de evitar sus intensos ojos azules.
-Entonces...- Musitó mientras tamborileaba sus dedos en su pierna. ¿Acaso estaba nervioso?
-Entonces...-Había tratado de que mi voz soñara natural, pero estaba más ronca de lo que esperaba. Me aclaré la garganta y volteé a la ventana.
-¿Ibas a decir que no?- La pregunta de Mark sonó desilusionada. Me viré hacia el con los ojos abiertos y sin saber cómo responder. Sí, iba a decir que no porque me alteraba estar junto a él, me aterraba que me empezara a gustar de esta forma y con la inminente pregunta siempre presente de ¿También le gusto? Estaba aterrada por no poder soportar el peso de ser una súper estrella y de que a las personas no les agradara. Ya sé que a uno no debería importarle eso, pero la aceptación de alguna manera me era muy importante. Traté de pensar en un comentario para evadir ese tema.

-¿Decirle que no al beso?- Sonreí.- ¿Cómo podría hacer eso?- Solté un par de risillas nerviosas y volví a ver por la ventana del auto. Escuché el bufido exasperado de Mark a mi lado.

-Claro que no podrías decirle que no, me deseas.- Respondió, escuché la sonrisa en su rostro y noté mis orejas y mejillas calientes.

-Claro que no, idiota.-

-Entonces, ¿por qué te sonrojas?- Me quedé en silencio por unos minutos sin saber qué responder, y de repente, sentí los dedos de Mark en mi cuello. Me volteé hacia él, alarmada.

-Sólo...- Se apartó con el semblante serio.- Tenías un mechón en la cara y no me gusta que la cubras.- El chico se cruzó de brazos y se volvió a la ventana. Sentí como mis mejillas se tornaban calientes.
Después del paseo más silencioso en el que he estado, llegamos finalmente a nuestro destino. La voz de Will anunció por el altavoz que ya estábamos frente al club y en cuanto aparcó el auto, bajé lo más rápido que pude y farfullé un apresurado "gracias" mientras me internaba en la oscuridad del edificio. Era de cuatro pisos y tenía graffiti y anuncios neón por toda la pared frontal que anunciaban desde conciertos de Jazz hasta prostitutas baratas. Logré atisbar un panfleto en colores suaves que anunciaba un lugar de esos donde vas a conseguir una prostituta, el anuncio tenía una chica pelirroja vestida de sirena y con unos brillantes ojos verde intenso que te desafiaban. Las cosas que se inventaban hoy en día...
Me abrí paso por las puertas de metal y, ya dentro, me encontré con un pasillo iluminado únicamente por una bombilla que titilaba. Al fondo del corredor, había unas escaleras que daban a una puerta que zumbaba por el sonido. El ruido era ensordecedor y me di cuenta hasta ese momento en que no había un guardia de seguridad que pidiera ID's. Exhalé infundiendo valor por mi cuerpo y caminé hasta la puerta por la que momentos después, pasé.

Sólo si te vas [En Edición♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora