Capitulo 12:

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Una vez, Lindsay se había cortado el cabello a ras. Había dicho que se sentía como si una pesada carga se hubiera esfumado, que se sentía más libre sin la masa de cabello. Todas la habíamos admirado por hacer eso y pensamos seriamente en intentar algo así. La piropeaban muchas personas al azar por las aceras y ella se veía más sonriente y positiva.

Así me sentía yo en esos momentos. Libre. Tenía los ojos cerrados a la gente que vitoreaba frente a mi y de alguna manera sólo lograba escuchar el sonido de la música por las bocinas y mi voz que resonaba en los oídos de muchas personas, incluyéndome. La letra era esperanzadora y emotiva y las notas que unían a las palabras con la música me elevaban en un ritmo hipnótico que me hacía dejar de pensar en mis problemas. Sólo me lograba concentrar en manejar mi voz y en el maravilloso sonido.

Canté la última palabra y de inmediato, un escandaloso conjunto de aplausos y gritos me hizo abrir los ojos. Patrick parecía en un trance frente al escenario mientras sujetaba a mi ebria amiga, la cual gritaba a pleno pulmón y aplaudía entre hipidos. Sonreí tímidamente y bajé la mirada mientras el DJ esperaba a que la emoción del público disminuyera.

-¡Larissa Perwell, ruidosos!-Gritos, aplausos y muchos "Te amamos" me recibieron mientras bajaba del escenario y sonreía más ampliamente.-Ahora vamos por algo más movido...- Dijo el DJ.

Llegué al suelo y busqué con la mirada a Jenn mientras varios jóvenes trataban de abrirse paso hasta mí. Un grupo de muchachas se plantó entre mis amigos y yo cuando los localicé. Traté de abrirme paso entre sus chillidos de emoción, pero una de ellas me tendió un bolígrafo y una libreta rosada. La muchacha era rubia y era mucho más alta que yo, sus ojos azules gritaban "SUEÑO" al igual que sus ojeras oscuras lo demostraban, pero manetnía una sonrisa tan grande en su rostro que me pregunté si no le dolerían las mejillas.

-¿Nos das un autógrafo?-Asentí sorprendida y puse mi nombre junto a un "XOXO". La chica más bajita me miró curiosa y exaltada.

-Escuchamos que S-tar quiere tenerte, ¿Es cierto?- Me preguntó. Asentí incómoda y las chicas volvieron a gritar.

-Ya tienes totalmente a tus primeras fans.-Dicho esto, arrancó un trozo del papel de su libreta con un montonazo de números escritos.-Te escribimos nuestros números mientras cantabas. Para que nos llames, querida.- Sonreí falsamente. Después de un par de preguntas de datos al azar sobre mí (Si tenía un perro, si me gustaba un actor, si tenía novio, dónde vivía...) me logré separar de ellas y me acerqué a Patrick, que estaba visiblemente irritado.

-Hey.-Saludé.-¿Nos vamos o mejor nos quedamos a aburrirnos con una amiga ebria?- Él se limitó a rodar los ojos y a caminar a la salida. Caminaba detrás de el y noté que se había quitado la chaqueta del equipo de fútbol para quedar en una sencilla camiseta blanca con dibujos fosforescentes que se pegaba a sus definidos músculos. Se veía sexy. Me reñí a mi misma por siquiera pensar en eso; a pesar de sus encantos, él seguía siendo un idiota petulante. No lo olvides. Me recordé.

Llegamos a la entrada mientras gente me saludaba o intentaba entablar una conversación conmigo, pero Patrick les lanzaba miradas asesinas mientras arrastraba a Jenn y nos abría paso entre la multitud que bailaba. Cuando nos escabullimos al poco iluminado pasillo, nos encontramos los tres solos y aproveché la oportunidad.

-¿Se puede saber por qué estás de tan mal humor?- Lo sostuve del hombro y lo obligué a detenerse y a verme a la cara, pero sus ojos no se centraban en los míos.

-Tu noviecito entro a verte.-Mark. Pensé.-Dijo que cuando terminaras, lo buscaras en una de las habitaciones semi privadas. Pero no te dejaré ir.- Lo miré atónita mientras pensaba en que mi manager estaba esperándome en un cuarto.

-¿Por qué no?- Lo dije en apenas un murmullo y dudé por un segundo de si Patrick me había escuchado.

-Porque...-Se volteó a la puerta de salida, donde Jenn estaba sentada cabeceando y farfullando algo de unos unicornios.-Porque no confío en él.-

-No hay nada de qué preocuparse, él es mi mánager. Seguro que tiene algo importante que decirme.-Volvía a dirigirme dentro del club cuando la mano del quarterback me retuvo. La miré fijamente.

-No vayas, por favor...-

¿Alguna vez han visto a un animal lastimado rogándoles que lo ayuden? Esa era la mirada que tenía el chico en su cara. Se veía dolido y me enterneció verlo así. El joven comenzó a acercarse a mí.
Ay no. ¡Quiere besarme!
Si sabía lo que el quería hacer, ¿por qué no hice nada?
Jenn fue mi salvadora en ese día por segunda vez.

-¿Ya nos vamoooos?- Su tono ebrio me trajo de vuelta a la realidad y me aparté de Patrick para caminar hasta mi mejor amiga.

-Sólo espera 10 minutos, ¿Si?-

Ella asintió y se recostó en el suelo del pasillo.

Caminé hasta la puerta del club nuevamente evitando los ojos del chico de cabello chocolate claro.

-¿La cuidarías por mi?- Ya estaba sujetando la perilla cuando lo oí bufar.

-¿No es lo que he estado haciendo toda la noche?- En su voz había tanto burla como decepción. Sonreí agradecida y entré de nuevo al club buscando a Mark.

Anduve sin rumbo fijo e ignorando gente hasta que una puerta detrás del escenario llamó mi atención. Había un letrero colgado en luces neón donde se leía "S-tar" y otro más abajo donde se leía "Sólo personal autorizado". Entré por ella sin llamar la atención y justo en el centro del cuarto me encontré con un chico de cabello oscuro y ojos tan azules como el cielo mismo. Estaba sentado en un sofá azul de cuadros que se veía mullido y cómodo. Sus codos estaban recargados en sus rodillas y miraba un televisor apagado.

-Mark...- Murmuré. El chico se volvió a mirarme y en cuanto se dio cuanto de quien era yo, sonrió ampliamente y se levantó de un salto. Antes de que pudiera siquiera pestañear, el joven se movió hasta mi y me sostuvo entre sus largos brazos. El aroma que siempre lo acompañaba era sin duda el más embriagador, así que me encontré con la cara sumida en su pecho olfateando su escencia. Nos separamos y él me sujetó por los hombros con una sonrisa amplia en sus labios perforados.

-Has estado increíble allá arriba, Lari.- El brillo en los ojos azules del joven hizo que mi corazón latiera a toda prisa y que esa ya tan familiar sensación cálida en mi pecho se hiciera presente. Bajé la mirada sintiendo mis mejillas arder y sonreí tímidamente.

-No fue para tanto...- Empecé. Mark posó uno de sus largos dados en mis labios y su sonrisa se ensanchó.

-Fue fantástico.- Dicho esto, removió su dedo y me sujetó de la barbilla. Se acercó a mí lentamente hasta que nuestros labios se juntaron. Me aferré a su cuello feroz y lo atraje más para profundizar el beso, Mark gruñó y me sujetó más fuerte. Mordí el arillo que traía y su sonrisa se ensanchó mientras intensificábamos el beso.

Cuando al fin logramos separarnos, nuestros labios estaban rojos e hinchados y nuestras pupilas dilatadas. Se apartó empujándome suavemente con los brazos y me rodeó los hombros protector.

-¿Te parece si salimos de este club extraño y vamos a tomar un café?- Me preguntó el muchacho sonriendo de oreja a oreja y con un brillo en los ojos que no le había visto antes.
Asentí y fuimos por mis amigos, quienes me esperaban en la entrada.

Sólo si te vas [En Edición♡]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora