5. Un corazón roto

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Una vez dentro de la fiesta, Damián dijo que iría a buscar a su primo que aún no sé cómo se llama y, Sophie y yo nos dirigimos hacia el bar para pedir unos tragos. 

—¿Y ahora qué?—le pregunté sentándome a su costado.

—Ahora tenemos que esperar a que venga, por mientras disfruta de esto antes de que tu noche se vaya a la mierda.

El barman nos trajo un trago de color rojo con verde, se veía extraño, sin embargo, me lo tomé todo de un tirón.

—Hey, tranquila—dijo Sophie mirándome atentamente—, no queremos que estés borracha para cuando él llegue.

—¿Por qué no? Estando borracha, el dolor será más llevadero. ¿Para qué tanto discreción si el secreto es que me está poniendo los cuernos?—repliqué agarrando otro vaso del mismo trago. Después, averiguaré cómo se llama.

—El dolor será igual, Camille. Tienes que ser fuerte y no, ese no es el secreto porque obviamente ya lo sabes. La cuestión es con quién y déjame decirte que también es un secreto para mí. Pase lo que pase, estaré aquí para ti. Mejores amigas por siempre, ¿recuerdas?

Joder, que me lo confirmara hace que duela aún más. Inevitablemente mis ojos se llenaron de lágrimas pero no me voy a permitir a llorar por alguien que no me valora. 

—Gracias por apoyarme siempre, Sophie—le agradecí sinceramente—. Eres la mejor.

—Tú eres la mejor, nena—hace una pausa—.Por cierto, ¿sabes algo de Adrien?—preguntó cambiando de tema.

—Ayer me llamó y hablamos. Dijo que mañana llegaba, después de casi un mes de estar sin él. ¿Ustedes no han hablado?

—Ya sabes, después de lo que pasó las cosas están un poco tensas—me dice incómoda.

Me reí y le dije—¿Quién les mandó a follar siendo mejores amigos? Solo a ustedes se les ocurre.

—¿Cuántas veces quieres que te lo repita? Estábamos muy borrachos y una cosa llevó a la otra. No sabes cuanto me arrepiento de haberlo hecho.

Es inevitable no reírse con este tema, me causa mucha gracia—No te preocupes, con el tiempo las cosas serán menos tensas y volveremos a ser los tres mosqueteros. 

—Eso espero, no sé en qué estaba pensando. Desde ahí no he vuelto a tomar, ni lo volveré a hacer.Aunque, capaz me lo follo otra vez—alegó soltando pequeñas risitas.

—¿Tú no estás saliendo con Damián?—pregunté entornando los ojos.

—Ah, sí. Se me olvidó, aguafiestas.

Cuando le iba a responder, alguien la llama al celular. Los teléfonos interrumpiendo como siempre.

—Cams, espérame aquí. Damián me está llamando, enseguida vuelvo—me avisó.

Aproveché esos minutos para observar mejor mi alrededor. No había notado que había llegado mucha más gente, hasta el patio trasero estaba repleto. Habían pequeños grupos que jugaban verdad o reto, otros bailando, otros simplemente hablando, otro emborrachándose hasta más no poder, otros en la piscina, otros haciendo cosas en las zonas oscuras; estaba repleto de gente. 

Minutos después me llegó una notificación en mi celular. Lo abro y veo que es un mensaje de Sophie. ¿Dónde diablos se habrá metido?

De: Sophiie

Ya llegó.  

Lo que tanto temía.

Para: Sophiie

Una vida llena de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora