17. ¿Celos a la vista?

30 0 0
                                    

Luke.

—¿Papá? —inquirió Patrick estupefacto.

Me tienen que estar jodiendo. Supuestamente venía mañana por la noche, y ahora está aquí parado frente a nosotros. Y no tenemos ni idea de qué decir.

—¿Padre? ¡Estás aquí! Me dijeron que venías mañana —alegó Margot saliendo de su asombro.

Espero que tenga algo planeado.

George también estaba sorprendido. Definitivamente, no se lo esperaba y realmente nosotros tampoco la esperábamos.

Margot salió corriendo hacia mi padre y se unieron en un largo abrazo. Juro que papá estaba llorando.

Necesitaba una foto de esto. No siempre tienes la oportunidad de ver a tu padre llorando.

Saqué mi celular y justo en ese momento se separaron. Logré tomar la foto antes de que George se limpiara las lágrimas. La foto perfecta.

Patrick:  Dime que le tomaste fotoo 🤣📽

Era una mensaje de mi hermano.

Le mandé la foto y levanté la cabeza para mirarlo. Estaba aguantándose la risa. En realidad, era una foto graciosa y digna de admirar.

—Marguie, me encanta verte. Pero, ¿qué haces aquí? —cuestionó George un tanto confudido. Tenía el ceño ligeramente fruncido.

—Lo diré por última vez. Necesito un descanso de la universidad y quería verlos, ya los extrañaba —se encogió de hombros—. Y tú, papá, no puedes reclamarme nada.

—No tenía planeado hacerlo, hija. Te necesito aquí. Te necesitamos.

Bien, esa no era la reacción que esperaba.

—Estamos en problemas. Tenemos que hablar —añadió en un tono más serio.

Oh mierda.

Camille.

—¿Problemas? ¿Qué tipo de problemas? —interrogué inmediatamente.

Todos intercambiamos miradas.

—Problemas... muy peligrosos. Así que en diez minutos nos reunimos. Está de más decirles en dónde —declaró papá lanzándonos una mirada cómplice.

No dijo nada más. Tomó su maleta y se fue escaleras arriba dejándonos a todos desconcertados.

—¡Qué Dios nos ayude! —exclamó Dylan soltando un suspiro.

Amén, hermano.

—¿Qué carajos acaba de pasar? —inquirió Sam tirándose en el sillón.

—Bueno, chicos. Ya escucharon. Veamos qué otros problemas tenemos que enfrentar —objetó mi hermana.

—O tal vez son los mismos problemas—dije frunciendo el ceño y me dirigí a mi habitación. Los demás hicieron lo mismo.

Saqué mi celular y les respondí los mensajes a mis mejores amigos. Aún no les había contestado y estaban realmente preocupados. Creo que los dejé tranquilos con un "Chicos estoy bien. Margot esta aquí, más tarde les explico" por ahora, pero más tarde les tendría que contar.

Guardé mi celular y solté un suspiro. ¿Será que George estará hablando del mismo problema o será otro igual de peligroso? Normalmente él no nos cuenta sus problemas hasta que pierde el control sobre ellos y necesita nuestra ayuda.

Una vida llena de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora