—¡Dios mío! ¿Qué fue eso?—exclamó Dylan, asustado.
La luz se había ido otra vez, lo que no tenía sentido para mí porque nunca habíamos sufrido de cortes repentinos o apagones por toda la zona. Era la segunda vez en menos de un mes que se iba a la luz así de repente.
Esto le daba un toque mucho más aterrador a este día de mierda.
Oficialmente estaba que me cagaba de miedo.Agradecí que esta vez no estaba en el baño.
—Joder, ¿otra vez? —gruñó Luke en signo de frustración.
—¿Adrien, estás aquí? ¿Tiraste otro maldito florero? —inquirió Sophie.
—Aquí estoy. Juro que esta vez no es mi culpa —replicó en un tono serio. No mentía.
¿Entonces qué mierda fue ese sonido? Tal vez no estemos solos en casa...
¿El alma de la Sra. Monroe? Quizá.
Saqué mi celular del bolsillo trasero de mi pantalón y encendí la linterna.
—Chicos —musité apuntándolos con la luz que desprendía el celular.
—Había olvidado la existencia de la existencia de las linternas —comentó Patrick prendiendo la suya y todos imitaron su acción.
Tal parece que hoy no le está funcionando muy bien el cerebro al clan Evans.
Lucy se encaminó hacia afuera y todos la seguimos. Otra vez, la luz solo se había ido en mi casa.
Nunca había sucedido antes.
—En un rato regresará la luz, están teniendo fallos en la central eléctrica —informó papá, luego de cinco minutos.
Siendo sincera tengo una corazonada de que hay algo más detrás de los cortes repentinos. Justo el mismo día que matan a una señora por razones que desconozco dentro de mi casa, la luz se va. Las películas de terror te pueden enseñar muchas cosas, aparte de traumarte, claro está.
—Ya no quiero entrar a esa casa —declaró Logan señalándola acusadoramente.
Yo tampoco.
—Está embrujada —añadió mi hermano.
—Tranquilo, hijo. Todo estará bien.
—Padre, mataron a la Sra. Monroe adentro. Su alma va estar rondando por la casa hasta que no se le haga justicia. Y el hecho de que se haya ido la luz lo convierte en un día más terrorífico —dije haciendo una mueca.
Okay. Eso sonó patético.
—Se le hará justicia, Cams —aseguró Lucy.
Asentí no muy convencida.
Al cabo de unos minutos, la electricidad volvió. Cuando entramos a la casa, se percibía un ambiente muy pesado por lo que decidimos dormir todos en mi habitación ya que era la más espaciosa.
¿Por qué mejor no nos mudamos de casa? George tiene propiedades esparcidas por todo el país.
Sabía la respuesta a esa pregunta. No podíamos dejar esta casa bajo ninguna circunstancia. Secretos familiares que aún no me habían revelado.
Eran casi las cuatro de la mañana. Sophie, Adrien y Damián se quedaron a dormir con nosotros, era muy tarde para que se vayan. Nos dedicamos a conversar sobre temas triviales y a ver películas que en realidad no estábamos viendo.
Sí, a las cuatro de la mañana.
Sin embargo, de rato en rato le prestaba atención a la película. Hubo un momento en la película en la que por fin los protagonistas se iban a dar su primer beso y a Dylan se le ocurrió la magnífica idea de tirarse un gas.
ESTÁS LEYENDO
Una vida llena de secretos
Mystery / ThrillerCamille Evans tiene 17 años. Ella ha pasado por situaciones monstruosas e inimaginables. Su madre murió hace dos años; vive con sus hermanos y su padre, quién para viajando por motivos de negocios. En tan solo unos meses su vida y la de su entorno s...