Angustia

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A esto se le llama angustia. A no saber cómo llamar al sentimiento que te

rebasa el cuerpo. Es abrazar la almohada mientras lloras. Morderte el labio con

pena, reaccionar con violencia y responder mal. Y no saber qué es lo que está

mal. Es esa mente que va a mil. Que no para. Que sigue y sigue. Que pareciera

incluso que quiere caerse de un precipicio, hundirse en la miseria, desaparecer.

Pero lejos de todo eso se te anuda la garganta, se te retuerce el estómago, y así

te quedas, mirando el techo. Porque no hay cielo. No hay aire y no hay agua

que calmen el torbellino que tienes adentro. Que no tiene nombre. Que algunos

llaman angustia, porque ponerle un nombre nos hace sentir más seguros, más

sanos, menos expuestos a lo desconocido.

De CabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora