Ser dueños del mundo

2 1 0
                                    

A veces somos dueños de un mundo y no nos damos cuenta. Cada vez

que pienso lo efímera que puede ser esta vida, miro hacia atrás y reconozco

que a lo largo de los años han sucedido muchos cambios. Muchos problemas y

obstáculos en el camino me han amedrentado, pero jamás parado. Y entre tanta

discordia y desdicha, están esos, los momentos que sí valen. Los lindos, los

buenos, los que son mayoría. Y noto la suerte que tengo de poder decir " tuve

una buena vida". Si todos pudiéramos sentirnos dueños de nuestras vidas,

apreciarla y aprender a dirigirnos con empeño a dónde queremos, ya no solo

viviríamos enfrentando las adversidades, sino haciendo de cada obstáculo un

desafío, y de cada batalla una gloria (aún si se pierde).

El mundo está plagado de cosas malas, por eso es importante valorar

las buenas. Lo que sí tenemos. No lo que nos falta. El clásico "ver el vaso medio

lleno" y por, sobre todo, arriesgarse. La vida es una sola como para vivirla

sufriendo. No vivas para el sistema, disfruta lo que queda por fuera. Lo

desaliñado, lo que elegís, lo que no te tocó puramente en suerte, sino que

buscaste a lo largo de los años. Mañana habrá tiempo de descansar. Pero

arriésgate, crece, muévete, cambia. No te quedes estancado como árbol, que

seguro estás para mucho más. Aprovecha el poco de libertad que se nos da y

explótalo al máximo. Haz locuras. Porque es preferible mirar atrás y ver los

raspones en las piernas por mil historias vividas, que llegar intacto con una

vida vacía.

De CabezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora