Alguien alguna vez me dijo que me quedara con los instantes de las
personas. Que eso los hacía eternos en el recuerdo, y que probablemente de
esa manera sacaría lo mejor de ellos.
Si bien en su momento no comprendí la lógica de esa reflexión, ahora
puedo decir que entiendo bien a qué se refería.
Hoy en día, todos corremos a nuestras respectivas responsabilidades y
la manera de "estar cerca" es mandar un mensaje. Pero nos vamos dando
cuenta, incluso sin saberlo, de que nos estamos quedando solos.
A medida que envejecemos, olvidamos algunas cosas, situaciones que
por ahí vivimos con la gente que hace rato dejamos atrás. Para eso existen los
instantes.
Para recordarnos fielmente, el viento en la cara por las calles de su
barrio, la lluvia en bicicleta, las esperas en las entradas de los boliches, las
risas en la terraza, el tereré en la plaza, las guerras de agua... y de repente,
desde la lejanía, no estamos tan solos.
Porque tuve con quien compartir una tarde de pileta, una escapada de
clases y alguna fiesta indie para revolear cabezas.
Porque tuve con quien saltar en ese pogo, con quien viajar en ese tren, y
vi miles de atardeceres morir acompañada.
Instantes de felicidad que duraron nada, una sonrisa, el brillo del sol, un
saludo en la escalera, lo que dura una canción. Y en esos misteriosos acordes,
todo en mi mente se hizo eterno.
Somos instantes, dicen por ahí. Por eso me quedo con esos momentos,
tan pequeños y minúsculos, que causaron plenitud en el pasado. Porque en ese
momento fuimos. Nosotros. Con todas las letras y sensaciones. Con completa
confianza, nosotros.
- 70 -
Por eso, me adueñé un poco de estas personas, (o parte de ellas al
menos) quedándome con aquellas memorias que los hacen y harán eternos en
mi mente y en mi corazón. Son mis instantes en el paso de una vida que tuvo
más de una alegría al cruzarse con gente que hizo de los momentos, destellos
de bienestar.
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De Cabeza
RandomDe Cabeza es un libro que llega a tus manos y no sabes muy bien de qué trata. Tiene historias de amor, de desamor, poesías para llorar, reflexiones que te invitan a tomarte un café con vos mismo y pensar un rato. No es psicología, filosofía y aún as...