El cielo nos conecta más allá de las distancias con quienes ya no están,
con los que volverán, con los que no vimos más, con los que recordamos al
azar.
El cielo nos recuerda a veces días soleados llenos de alegría, de
aventuras y corridas. Otras, nos recuerda a la dulce noche, a la luna llena, a
escenas románticas o salidas nocturnas que quedaron grabadas en nuestra
memoria.
El cielo nos une, a pesar de los kilómetros, de las dimensiones, de los
silencios y los pecados.
El cielo nos conecta con nosotros mismos, con el interior, con lo hecho
y lo logrado.
El cielo nos inspira confianza, alegría, esperanza y, a veces, tristeza.
Mirando el cielo puedo ver una noche de teatro, de salidas, de estar
tendidos en el pasto mirando las estrellas, o mirando las luces de la ciudad a
través del auto.
Mirando el cielo me complemento, me lleno, me quedo con todo lo bello
que me ha sucedido. De repente, no hay barrera que me aleje, ni orgullo, ni
enojo, ni siquiera un atisbo de alejamiento de aquellos que quiero, quise y
querré...
Unidos por un mismo pensamiento, sé que alguna vez has mirado el
cielo, imaginado a tus amigos, a tu familia, pareja o persona especial... y has
brindado con las estrellas en un pacto secreto, donde la alegría se guarda en
una pequeña caja para siempre, y es enviada atravesando las nubes hasta
donde esté ella o él.
La brisa te hará llegar, cada noche de luna llena, mi hermoso
pensamiento. Con alegría, sin desasosiego, sin extrañar, más vívido y cálido
que nunca. Un abrazo, una sonrisa y un "te quiero". Solo tienes que leer entre
líneas aquel mensaje de las estrellas que nos guían.
Siempre, mirando arriba, al cielo...
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De Cabeza
OverigDe Cabeza es un libro que llega a tus manos y no sabes muy bien de qué trata. Tiene historias de amor, de desamor, poesías para llorar, reflexiones que te invitan a tomarte un café con vos mismo y pensar un rato. No es psicología, filosofía y aún as...