Cuando le gustas a alguien ➳ NCT[Johnmark]

C.1 El tropiezo

El sueño de cualquier adolescente enamorado, es ser el objeto de atención de la persona que les gusta. El cómo logren este objetivo, puede o no ser importante, lo que si debe tomarse en consideración es: ¿En qué sentido esperan interesarle a esa persona?

Mark Lee, por ejemplo, no sabía cómo había llegado a una situación como aquella. Normalmente lo más común para ser notado por alguien, era una confesión, verbal o escrita, luego venia el clímax, la aceptación o el rechazo, y finalmente el desenlace, el inicio de una relación o un corazón roto, pero el destino parecía convencido de que eso era demasiado simple para Mark, quien, por desesperación o demencia, se convenció a si mismo de que si esa era la única oportunidad que tendría, no la desaprovecharía. 

Mark besó al chico de segundo curso, de quien llevaba enamorado ya un buen tiempo, y sin detenerse a pensarlo, lo hizo como Dios mandaba, devorándole la boca, hundiéndole la lengua hasta lo más profundo de su cavidad, y solo cuando se separó de él, pensó bien en lo que había hecho, cayendo de pronto en la cuenta de lo inapropiado de su acto, sintiendo la sangre subírsele al rostro, pero ya no tenía marcha atrás, aún si el mayor se levantaba y lo golpeaba, no se arrepentiría, sin embargo, el contrario se levantó, observándolo con incredulidad mientras se acariciaba los labios.

—Yo... —Mark estaba sin palabras, no, su mente estaba frita, siendo realistas, era como si alguien le hubiera metido una brasa ardiendo en el cerebro y se lo hubiera derretido, el nudo que se le estaba formando en el estomago era tan fuerte que sintió ganas de vomitar. 

—¿Puedes explicar esto, John? —abriendo más el panorama, y dando un poco más de detalles sobre la escena, si que existía una explicación a la situación y no, no era Mark simplemente saltándole encima a su mayor solo porque tenía las hormonas a tope.

Mark, era como todo adolescente normal, un chico con las hormonas alborotadas, y desde luego, mantenía un enamoramiento secreto por un alguien, a quien miraba cada tarde desde el segundo piso a la hora del almuerzo; Johnny Suh, el guapo, alto y elocuente estudiante de segundo curso,  quien regularmente se reunía con el equipo de baloncesto para jugar un rato, pese a no ser parte de la escuadra, lo que sin duda era un factor importante para el incremento de su popularidad, ya que no solo Mark, media escuela se reunía en el patio para observar a los chicos jugar, quienes cuando tenían el calor suficiente, se quitaban las camisas, robando más de un suspiro, por lo que, para alguien como Mark era imposible amigarse con él, y ni pensar en ser algo más. 

Johnny, junto a su mejor amigo, eran los male celebrity of the year de su curso, el titulo otorgado por voto mayoritario a quienes fueran el crush de chicas, y chicos de la escuela. Mark, era realista y se conformaba con verlo de lejos, aunque en sus tiempos libres le gustaba fantasear sobre John se enamorándose de él, tal como en los libros y dramas románticos, pero eso era imposible por más de una razón.

Para empezar todos hacían cola por ser él o la siguiente en su lista, sin embargo, era una competencia inútil, ya que él tenía novia, el estereotipo ideal de cualquier hombre una chica delgada, curvilínea y con un rostro inocente que escondía perfectamente a un demonio; Jennie Kim, era la contraparte de Johnny, arrogante, aplicada, y difícil de describir, ya que, aunque en apariencia podía ser la Regina George de la escuela, no tenía a su duo perfecto de secuaces huecas y hermosas, al contrario, sus amigas eran tan inteligentes como guapas, no iban a fiestas, ni se divertían molestando al prójimo, no se esforzaban por ser populares e inalcanzables, sin embargo, lo eran. Para la gran mayoría resultaba un misterio que ambos fueran pareja. Pues además de ser socialmente similares, no parecían tener nada en común.

—Mira, ahí va, la reina de hielo —anunció Haechan, colocándose a su lado mientras le extendía una paleta de hielo, estaban en mitad del verano, el calor era un infierno, pero la parte buena era ver a los chicos entrenando sin camisa, aunque Johnny no era de los que se exhibían a si mismos como un pedazo de carne, no, a lo más se desabrocharía dos o tres botones, dejando ver parcialmente su bien formado pecho y aquellas pronunciadas clavículas.