No me des las gracias.

Capítulo 20

Narra Trevor:

Después de que se fueran Caren y Lily, me entró una llamada en el móvil que venía de Omar. 

-Dime. 

-Trevor, ¿mañana vienes a la empresa? 

-Iba a llamarte para eso mismo, Jarek sigue igual y... 

-Mañana es importante que vengas, tengo una gran noticia que dar. 

Por su tono de voz entendí que no admitía un no por respuesta. 

-Está bien, voy a ver con quien lo dejo. 

-Vale, y Trevor ya sabes que si no fuera importante no te obligaría a venir. 

-Lo sé, hasta mañana. 

-Hasta mañana. 

Colgué y resoplé mientras desde la ventana echaba la mirada al cielo, esperaba que por lo menos Lily no tuviese clases al día siguiente por la mañana. Me quedé mirando el cielo, ya había anochecido y se encontraba lleno de estrellas pero no había luna. Raro pero a veces pasaba, miré las estrellas y una de ellas brillo por encima de las demás. Sonreí sin poder evitarlo, allí estaba como dijo que iba a hacer. 

-Te amaré por siempre. - susurré. 

Me volví y cogí el móvil para después pulsar el nombre de Lily, que lo cogió a los dos tonos. 

-Dime. 

-Hola, ¿te podría pedir un favor? 

-¿Cuál? 

-Resulta que mañana tengo que ir a trabajar a la empresa sí o sí y no tengo con quien dejar a Jarek. Sé que tu madre trabaja pero ¿tú tienes clases mañana por la mañana? 

-Mañana... ¿Estamos a martes no? 

-Sí. - dije con una sonrisa mientras negaba con la cabeza, siempre tan despistada. 

-A ver... No, no tengo clases. 

-Gracias a Dios, ya me estaba viendo llevándomelo a la empresa. 

-¿A qué hora tienes que irte? 

-Tengo que estar allí a las nueve y cuarto más o menos. 

-Vale, ¿lo dejas aquí o me voy a tu casa? 

-Como quieras. 

-Mmm... Traémelo mejor, así puedo terminar unas cosas para una clase que tengo mañana por la tarde. 

-Está bien, a menos cuarto estoy allí. 

-Vale, ¿está mejor? 

-No sé, está dormido. 

-Ah, bueno te dejo que tengo una llamada entrante. 

-Vale, gracias Lily, hasta mañana. 

-No las des, hasta mañana y dale un gran beso a mi niño. 

-Se lo daré. 

Solté el móvil y después de avisar a Jarek me metí en la ducha. Era algo que siempre me relajaba y que me gustaba hacer, aunque normalmente no me llevaba más de unos minutos para no dejar a Jak solo mucho tiempo. Cuando era bebé me lo traía al baño para tenerlo vigilado y cuando cumplió el año empecé a bañarme con él para tenerlo siempre vigilado, es más hasta que Jarek cumplió los dos años y medio más o menos lo estuve haciendo. Me salí de la ducha y mientras me vestía llamaron al timbre. Me sorprendí ya que no esperaba más visitas por ese día, bastante habíamos tenido para no tener casi nunca. Me puse las zapatillas y fui a abrir la puerta, en ese momento volvieron a llamar. Jarek, que estaba en el sofá, en esa ocasión sí que se despertó y me miró. Empezó a llorar y lo cogí en brazos.