Narra Trevor:
-Buenos días pequeño pez. - dije moviendo suavemente a Jarek para que se despertara.
Eran las diez de la mañana y a las doce venía Charles de su viaje, habíamos quedado en que yo iba a recogerlo al aeropuerto y para eso tenía que despertar a mi hijo ya. Jarek se removió y se frotó los ojos con la mano, después se giró para el otro lado y se volvió a quedar quieto.
-Venga, vamos arriba que hoy viene el tito Char. - anuncié y esas palabras fueron mágicas.
Él abrió los ojos de momento y me miró.
-¿El tito Char? - preguntó entusiasmado.
-Sí, vamos a ir a recogerlo al aeropuerto.
Él asintió y se incorporó quedándose sentado en la cama para luego subirse a mi regazo y pasarme los brazos por el cuello.
-Buenos días dormilón. - dije sobre su cabeza llena de rizos y le di varios besos en ella, como solía hacer.
-Buenos días papi. - dijo desde mi cuello, le encantaba posar su cabeza ahí.
Me levanté de la cama con él en brazos y me dirigí al cuarto de baño.
-Venga haz pipi y lávate la cara mientras yo voy preparando el desayuno.
Él asintió y yo salí del baño, fui a la cocina y empecé a calentar la leche y puse las tostadas en la tostadora. Saqué el cola-cao y mermelada, volvía loco a Jarek, para las tostadas. Entonces escuché un fuerte ruido seguido por el llanto de Jarek y salí corriendo hacia el baño olvidándome de la mermelada. Cuando llegué me lo encontré tirado boca arriba a todo lo largo en el suelo.
-¿Qué ha pasado? ¿Te has resbalado? - pregunté alarmado.
Él asintió y lo cogí en brazos para levantarlo, entonces me enseñó la palma de la mano en la que tenía un pequeño corte.
-¿Y esto cómo te lo has hecho?
-Me he ido a agarrar y me he dado con esto. - dijo señalando un perchero que había en el baño pero que por una parte cortaba.
-¿Te duele?
Él asintió.
-Pues venga siéntate en el váter que te lo voy a curar.
Él volvió a asentir y se sentó en la tapa del váter.
-¿Te duele algo más?
-Un poco la espalda.
Yo cogí un desinfectante y algodón, se lo eché y después le puse una tirita en el corte. Luego le miré la espalda aunque no tenía nada ahí, seguramente el dolor sería solo del golpe.
-Papá.
-Dime pequeño.
-Huele a quemado.
Entonces me acordé de las tostadas y salí corriendo del baño. Cuando llegué a la cocina humo negro salía de la tostadora y olía a quemado, por si fuera poco la mermelada estaba derramada por el suelo. Seguramente la habría tirado al salir corriendo, negué con la cabeza mientras intentaba no maldecir el voz alta. Quité el pan y lo tiré a la basura, después empecé a limpiar el suelo.
-¿Qué se ha quemado? - preguntó Jarek que había venido detrás mía.
-El pan, pero ahora pongo otro. Vaya forma de empezar la mañana ¿eh? - le dije revolviéndole el pelo, Jarek asintió mientras sonreía.
^
Nos bajamos del coche y de la mano entramos en el aeropuerto, no quería soltar a Jarek ya que allí había mucho gente y eso era muy grande.
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No me des las gracias.
Novela Juvenil-Prometo cuidarlo, te lo juro por mi vida. Fue lo último que alcanzó a decirle antes de que se la llevaran de una vez. Si ya estaba roto de dolor, cuando vio como se la llevaban creyó que su mundo se había acabado. La vida es muy injusta con algunas...