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-Eh... ¿Cuatro días? -Un día mientas tomamos té a la hora del desayuno, Jimin me informa que se ausentará por unos días.

-Sí, me pidieron que llevara una carta.

-¿También haces es tipo de cosas?

-Hago de todo un poco, llevo cartas desde la casa del doctor en la montaña hasta el castillo del norte.

-Debe ser complicado. ¿No la puede llevar otra persona?

-Dijeron que era una carta importante, tengo que hacerlo yo.

-Ya veo...

-Además, me pagan muy bien. Porque me lo encargan personas con mucho dinero. -En ese caso no me queda más que desearle un buen viaje. Además, ya me he acostumbrado a vivir aquí. No creo tener problemas por quedarme cuatro días solo.

Sólo echaré de menos su compañía.

-Que te vaya bien, cuídate mucho.

-Tú también, cuídate mucho.

...

Cerca de medio día, acompaño a Jimin hasta la puerta. Me ha dejado solo muchas veces, cuando va al mercado o al bosque. Pero como sabía que volvería al atardecer no sentía miedo ni preocupación. Sin embargo, esta vez no volverá hasta que llegue la tercera mañana.

Al pensar eso, el interior de la casa se siente muy frío. Miro por la ventana, sentado en la cama. Busco con los ojos por todas las esquinas del jardín, aunque sé que no voy a encontrar a Jimin.

Es muy aburrido cuando Jimin no está. Ojalá pasen pronto estos cuatro días. Ojalá esta noche me durmiera y cuando despertara ya hubieran pasado los cuatro días.

...

El primer día pasa igual que cualquier otro. Lavo, limpio, cocino. Sin darme cuenta, preparo dos porciones al almuerzo, así que me toca comer eso mismo para la cena. No pasa nada más interesante que eso.

El segundo día no tengo nada que hacer, así que paso el día sentado en el cuarto haciendo nada. No demoro nada en limpiar lo que nadie ha ensuciado. Además, no tengo apetito, así que no como más que fruta.

El tercer día, encuentro un libro del mundo humano en el cuarto de Jimin, así que gasto el tiempo leyéndolo. Es una novela de ciencia ficción de hace más de vente años. Es muy divertida, así que no paro hasta terminarla.

Sí llega el cuarto día. Decido preparar un pastel para recibir a Jimin, pero cuando lo voy a hacer, me doy cuenta que hay un problema.

-Con esta harina no me alcanza para nada. -Claro, había olvidado que la gasté toda la semana pasada. No puedo hacer un pastel sin harina. ¿Qué hago?

El mercado no está tan lejos de la casa. El día que conocí a Jimin, vinimos desde el mercado hasta aquí caminando y nos tomó más de una hora.

-Iré a comprar.

Como es la primera vez que iré a comprar solo, me siento un poco nervioso al dejar la casa atrás.

Tal como pensé, el mercado no está tan lejos. Hay muchos caminos alternativos, pero preguntando a las personas que encuentro logro llegar sin problemas.

Por fin oigo el rumor de las voces...

He llegado al mercado.

Coloridas frutas y verduras, hermosas telas y frascos de cristal. Es como si de repente un mundo monocromo se hubiera llenado de color. Hasta el aire parece pasar corriendo, reflejando la vitalidad de las personas que caminan de aquí a allá.

En sueño y vigilia /JikookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora