10. MAX

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Max miró a David de reojo cuando este se marchaba a su clase de Literatura Universal.

Nunca había sentido aquello por nadie.
Max nunca se cansaba de estar con David y pasando las venticuatro horas del día junto a él jamás se había sentido agobiado por su compañía.

Era el chico más independiente que había conocido y aunque tuvieran una relación seguía comportándose exactamente como su buen amigo.

El único problema que Max le encontraba a esa relación era la fidelidad.

Porque por mucho cariño que le tuviese al chico no podía evitar que los ojos se le fuesen detrás de cualquier cuerpo apetecible. Y sabía que tarde o temprano eso le haría daño a David.

Por lo demás...Hacían las mismas cosas que antes, iba a los mismos lugares... se llevaban igual de mal, seguían peleándose, y sin embargo solo de pensar que salían juntos a Max se le hacía aquello diferente, como si estuviesen más unidos.

Por la noche, cuando David terminaba sus ejercicios, se deslizaba hasta su cama y se pasaban horas besándose, tocándose el uno al otro o charlando de estupideces antes de quedarse dormidos acurrucados.

Le sorprendió descubrir que le gustaba tanto abrazar a alguien mientras dormía.

Max suspiró mirando al cielo, estaba bastante nublado.

Llegaría tarde a su clase así que decidió darse prisa por los pasillos.

Se cruzó con Nick.

Estaba seguro de que el moreno sabía lo de David con él por las miradas fulminantes que le lanzaba cuando le veía. Si las miradas matasen, Él ya debería estar muerto y enterrado.

Sin embargo, Disimulaba. Nick seguía igual aunque se le viese algo triste, no le había dicho nada de nada al respecto. Y no iba a ser Max quién sacase el tema.
Sabía que aunque se sintiera mal cuando le veía junto al chico, Nick seguía siendo su amigo.

Eso era lo mejor de Nick. Le hiciese lo que le hiciese siempre seguía a su lado, como siempre, incluso aunque le hiciese la mayor de las putadas. Realmente era un buen amigo.

—¿No vas a clase o es que estas desorientado? —le dijo Max al moreno viendo en la dirección en la que andaba— ¿Te compro un mapa?

—No voy a clase —le dijo— La directora me ha dado permiso para ayudar a Alex a instalarse.

—¿A Flipy? —preguntó extrañado— ¿Por qué?

—¿No te has enterado? —preguntó sorprendido y con una sonrisa de satisfacción— ¿Por fin hay algo de lo que Max no se ha enterado en este sitio? No, no, espera un segundo. Tengo que disfrutar el momento.

—Ya, bueno. Últimamente he estado ocupado... —le dijo maliciosamente, la expresión dolida de su amigo le dijo que había entendido perfectamente a lo que se refería— Venga, Cállate o dímelo.

—Alex va a ser mi compañero de habitación —le dijo Nick un poco más serio— Lo normal hubiese sido que fuese con alguien de su curso, pero es que ya no quedan habitaciones en esa planta...

—Y te lo han encasquetado.

—Bueno, yo no tenía compañero de habitación... En realidad quiero decir, es un chico raro y tal, pero no me importa compartir habitación con él —dijo Nick rascándose el cuello distraídamente. Max se encogió de hombros. Se quedaron unos segundos en silencio—. La campana ha sonado hace rato.

—Lo sé —le dijo Max apoyándose en la pared— Estoy haciendo tiempo para tener unas excusa para no ir a clase y sí contigo, ¿Crees que llegar muy tarde es una buena excusa?

BAJO LA PIELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora