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Capítulo cinco: "T o r t u r a R  o j i z a".

Permanece absorto, como padeciente de una afasia infinita, observando detenidamente lo inmenso que es; bordes morados fuertes que dan chispas como electrochoques al aire, un fondo de colores claros abigarrados que marean por su constante movimiento

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Permanece absorto, como padeciente de una afasia infinita, observando detenidamente lo inmenso que es; bordes morados fuertes que dan chispas como electrochoques al aire, un fondo de colores claros abigarrados que marean por su constante movimiento. Anthony no puede creer como ha progresado el portal.

Sus alas negras dan un revoloteo suave a lo alto, lo suficiente para darle vista a la frontera donde yace el fenómeno.

Con cuidado regresa a la tierra, sus enormes plumas hacen un ruido melódico al chocar con las hojas y recogerse en su espalda.

─No importa lo que pase y que no quieras mi ayuda, no te dejaré sola de nuevo ─ratifica, entrando a la cueva con la dormida Danielle, empalagado por el afecto que le produce.

Las mejillas de la femenina le traen recuerdos, ¿cuánto ha pasado desde que sus cabellos dejaron de llegarle a los hombros y pasaron a su cintura? ¿Desde cuándo aquella piel de porcelana pasó a llenarse de heridas? ¿Desde cuándo esa mirada viva se va por momentos entristecidos?

El oji-azul se acusa al pensar en ello, con el enternecimiento acumulado en pilares sobre la culpa.

La albina se mueve inconscientemente, queda con la frente arriba y el brazo izquierdo tendido a un lado, haciendo que las cicatrices en sus muñecas queden expuestas.

Su rostro es pacífico, sus carnosos labios reposan en una casi sonrisa y sus pestañas recaen cual cortinas; cada facción de la joven da una impresión tenue que le lastima.

~Si en ese entonces me hubiera enfrentado a ellos en vez de huir, nada de esto le hubiera pasado~ reflexiona impotente, tras visualizar la imagen de los culpables...

Amelia y Lexter, los gobernantes.

─¡Rhosa! ¡Rhosa! ─grita Jasges, al borde de desgarrar su garganta

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─¡Rhosa! ¡Rhosa! ─grita Jasges, al borde de desgarrar su garganta.

La reina Amelia ríe ante las suplicas inútiles de su súbdito encadenado mientras sigue con su labor.

La tribu Illasionist es conocida por su sublime trabajo en el mundo humano ─especializados en los pequeños─. Quien pensaría que una de las féminas pertenecientes sufra tanto en su hogar.

Danielle: Reina Perdida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora