ஜ Cuando el rey de las Tinieblas y la reina de la Luz consumaron su amor, un hijo híbrido, de sangre gris, nació de ellos y junto a él... un portal interdimensional que destruiría los dos mundos mientras el niño crecía. Para evitar su inminente mue...
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Catalina mantiene su fachada repleta de un aura circunspecta y perturbada, cada paso que da se plasma en el barro como una llama vivaz de determinación; a la vez, una de sus manos se mantiene con el dedo índice alzado para el rastro de magia negra que, levanta al Criarzu inmóvil, durante el camino a Amexter.
Leonardo hace lo mismo con la Illasionits procurando no ser rudo y pensando seriamente la manera más correcta de infiltrarse sin ser vistos por su progenitor.
─¡¿Están dementes?! ¿Por qué dejaron a dos Raimbarks escapar? ─vocifera Jasges, enfurecido de su ineptitud.
─No tenemos porque decirles, ahora deja el escándalo ─pide Leo, demostrando irritación.
─¡La reina nos matará gracias a su estupidez!
─¿A dónde nos llevan? ─cuestiona Rhosa, aterrorizada.
─A las mazmorras ─responde la pelinegra─. Estarán allí hasta que esto pase.
─Ninguno morirá, ¿ya podrían hacer silencio?
El oji-verde traga saliva, sin entender bien el propósito de su captura.
─¿Están ayudándonos?
─Sabemos en qué se han convertido los reyes ─comenta el Coude─, sabemos qué son capaces de hacer cuando sus caprichos no se cumplen... y ya que por nosotros han fallado en sus ordenes, nos encargaremos de sus vidas, hasta que...
─Esos dos encuentren al heredero, ¿cierto? ─completa.
─Eso tomará demasiado tiempo, no logr ─Rhosa es interrumpida.
─Te equivocas ─Catalina la mira con recelo.
─¿Cómo estás tan segura de eso?
~Porque le acabas de ver cruzar el portal~
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─Nadie puede enterarse, Lexter ─expresó la reina Amelia─, ni tus hijos, ni nadie de tu asqueroso reino.
─Estamos cometiendo una locura ─murmuró─. Esto no está bien.
