ஜ Cuando el rey de las Tinieblas y la reina de la Luz consumaron su amor, un hijo híbrido, de sangre gris, nació de ellos y junto a él... un portal interdimensional que destruiría los dos mundos mientras el niño crecía. Para evitar su inminente mue...
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El humo se evapora manifestando dos seres a las tierras Amexterianas, la pelinegra da un resoplo agotado y recuesta la espalda en un pino. Anthony mira a todos los sitios posibles tratando de armar un rescate rápido, no sabe que le puede estar pasando a Danielle ahora y le aterra, necesita ir a ayudarla antes de que el veneno o la reina acaben con su albina.
Los matorrales son inclinados de una forma turbia, el peligro es notable. Ramas vuelan entre el viento con la arena haciendo especies de tornados pequeños alrededor, se oyen relámpagos potentes de un lugar desconocido y Criartarks alterados ordenando a sus familias huir. La atracción del fenómeno es tan fuerte que, ambos individuos deben sostenerse con sus manos al tronco más cercano.
—¡Debo buscar a Leonardo, ve tú por ella! —exclama Catalina en voz alta por el bullerío, mirando la dirección de su hogar, ofuscada.
El oji-azul acierta abriendo de par en par sus alas, de un salto desprende un vuelo ajetreado por todo el desastre, aleteando fuertemente para ir en contra de las ráfagas violentas, discípulas del portal que buscan tragarse cada cosa sin piedad.
~Ya voy, Danielle, por favor resiste~
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La bola de magia es dirigida a la híbrida, se lanza a un lado esquivándola y arrastrándose en el suelo para recobrar su postura. Amelia carcajea como si le hiciera gracia el pequeño combate que ha comenzado.
Danielle empuña la espada, en esta vida no ha aprendido a usar su magia más que en escudos, ¡no puede estar al nivel! Con una mirada frenética corre a la reina esperando atacar, a lo que una línea dorada le atraviesa la pierna, la joven se tuerce el tobillo y su enemiga le apunta al rostro con la misma bola enérgica.
Sin aviso, un campo de fuerza aparece, la magia se disuelve en contra de la barrera creada por la Raimbark y se va cuando ésta tose por debilidad, sin embargo no es obstáculo, puesto que, una de sus colas es pisada con un vigor que le obliga a gemir de dolor.
—¿Qué pasa, Denylla? ¿Tampoco vas a defenderte esta vez?
Sus otras partes de animal se enredan en la pierna de Amelia, tratando de apretarla sin conseguirlo, esta pareciera no ser sensible.
