Capítulo 18. - ¿Es verdad?

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Camila:

No podía esperar a que ella apareciera en mi departamento, con su carita furiosa y sus ganas de asesinarme, tampoco podía esperar a tenerla entre mis brazos una vez más, tenerla a mi completa voluntad y disposición. Era cosa de tiempo para que ella se diese cuenta que nos pertenecíamos, que nos seguíamos perteneciendo a pesar de todo y que sin importar cuanto tiempo pasase nos seguíamos perteneciendo.

Podía sonar cavernícola y completamente irracional, pero no me podía controlar, no cuando había visto de cerca mi fin y había sentido que mi vida era un completo sin sentido solo porque ella no estaba ahí conmigo.

Me había sentido vacía en el mismo momento en el que ella se había ido de mi departamento presa de la rabia por mi insensatez, tarde me había dado cuenta de que ella era mi vida, de que sus ojos eran los que me daban mil y un razones para seguir. Luego del secuestro, esa sensación de tenerla cerca se había vuelto casi insostenible, incluso me había hecho creer en la posibilidad de ser capaz de todo, hasta que me encontré con un anillo en su mesita de noche y sus labios llamando a otro. La colera me mataba.

David Pavia era un punto aparte, creía que nunca podría superar al salvador que había llegado a la vida de mi chica, es por eso por lo que me colé a su habitación y la hice mía tantas veces que perdí la cuenta, lo hice con el afán de mostrarle a la fuerza que nadie la haría sentir como yo. Pero las cosas simplemente cambiaron el día de ayer, pues mis exhaustivas investigaciones habían dado con un pasado bastante oscuro en el que ese muchacho era el protagonista y el villano principal.

Volví a tomar con cuidado el expediente, releyendo cada parte de ese expediente y la infinidad de cosas que parecían haber quedado en el olvido para la justicia en algún punto de esa retorcida historia.

David Pavia Rivera.

-Narcotráfico a baja escala.

-3 denuncias por agresión en estado de ebriedad.

-2 procesos por conducir bajo los efectos del alcohol.

-1 denuncia por violencia doméstica contra su pareja.

-Colusión y tratos corruptos con políticos, entre ellos mi padre.

-1 proceso en curso por abuso de poder y fuerza desmedida en un procesamiento que terminó con un herido de gravedad.

Cada uno de los procesos fueron interrumpidos por su padre adoptivo, Enrique Muñoz, padre de Juan Muñoz (Juancho). Este último no estaba enterado de la situación que sobrellevaba su hermano, debido a que todos los procesos fueron cerrados antes de que él tomara la cabeza del escuadrón que anteriormente dejó su padre.

David solía ser un niño con dificultad en el control de impulsos y la tendencia de sus problemas de conducta radicaba en la extrema violencia. Gran parte de las anotaciones en el colegio radicaban en peleas con compañeros y lenguaje soez, no obstante, su capacidad de autocritica y de empatizar era completamente nula. Él nunca pedía perdón.

Natalia estaba en peligro, a su lado estaba peligro y yo la tenía que salvar sin importar lo mucho que me costara. No importaba que ella pensara que estaba loca o que era una loca obsesiva, en este punto más me importaba alejarla de ese monstruo completamente loco y enfermo.

Y es cierto, yo no estaba tan alejada de esa locura masiva, sabía que era idiota e insano pensar que por revelar las pretensiones de un loco ella volvería conmigo, pero no podía perder la esperanza tan fácil. Estaba enamorada, completamente enamora y aún sabiendo que ella era quien me había encontrado, ahora que la había encontrado (fuese cual fuese la situación) no a dejaría escapar, no la perdería otra vez.

Ahora que te encontré - (Ventino) [Naca]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora