【ℭαҏᎥţʋʟö 2】

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Era martes, segundo día de la semana; y Sasuke se encontraba yendo nuevamente a la biblioteca a la hora de almuerzo igual que el día anterior. No sabía cómo el rubio era tan rápido, durante los dos recesos anteriores había intentado hablar con él, y las dos veces había desaparecido en un abrir y cerrar de ojos. Lo peor es que perdió todo su recreo buscándole, pero este no había aparecido por ningún lado. Ni siquiera en la biblioteca le había encontrado.

Y ahí estaba, nuevamente frente a la puerta de la biblioteca, rezando porque su rubio compañero estuviera ahí.

Al ingresar, saludo con la mano a la encargada y se dirigió al fondo. Avanzo por el pasillo creado por los estantes de libro y cuando llego al final...

— ¡Gracias al cielo! —exclamo alzando sus manos hacia arriba, ganándose unos "Shhh" por el volumen de su voz.

Algo avergonzado por su reacción, se acercó a quien había buscado todo el día tomando asiento en el mismo lugar que el día anterior.

— Falto que gritaras "Aleluya" —le dijo el rubio sin apartar su vista del libro entre sus manos.

— Y no es chiste —rodo los ojos— Eres difícil de encontrar. No sabes cuánto me costó; descubrí lugares que no conocía de este colegio en mi gran búsqueda por ti.

— Vaya, eso suena interesante —comento con sarcasmo— Por favor no me digas que durante tu travesía te olvidaste de lo que querías decirme.

— No, eso jamás.

Dejando el libro a un lado, el ojiazul le miro por primera vez en el día— Entonces ¿A que estas esperando? —le hablo con molestia- Dime que quieres.

<< Siempre es un placer hablar contigo, Naruto >>

El azabache dio un suspiro y saco un cuaderno de su mochila— Pues, aquí está la lista de las personas que asistirán a la fiesta este sábado —dijo sacando unas hojas con varios nombres impresos.

Naruto tomo la hoja y la miro— Hiciste el trabajo bastante rápido —le dijo observándole ahora a él.

— Soy bastante eficiente —guiño un ojo mostrando una sonrisa, pero al ver que el doncel no hacia gesto alguno miro hacia otro lado— Solo jugaba...

— Aja —dejo la hoja a un lado— ¿Por qué no me la enviaste para que yo la hiciera?

— Porque me enviaron todos los nombres, por lo que los pegué en un Word y luego lo imprimí, no había necesidad de hacer todo ese trabajo demás.

— Perfecto, entonces nos vemos el sábado para trabajar de porteros.

Sin nada más que agregar, el rubio tomo su libro y comenzó a leer nuevamente. Por otra parte, el azabache se le quedo mirando; el hecho de que le tratara tan desagradable le resultaba una burla después de que ayer fuera tan amable con la pequeña niña, aunque quizás le trato así solo porque era hija de una profesora... O porque era una niña.

Sea cual fuese la razón, jamás la sabría con lo cerrado que es el doncel que tenía en frente.

— Oye —el rubio llamo su atención— ¿No vas a volver con tus amigos?

Ante la pregunta, el azabache le miro extrañado— No se... ¿Acaso te molesta mi presencia?

— Si.

— ¿Siempre eres tan sincero?

El doncel solo levanto los hombros por respuesta.

Sasuke vio como el rubio seguía con su lectura. Ese silencio le estaba incomodando demasiado, y la actitud de su compañero no ayudaba en nada; pero, de alguna forma, no se podía ir, corrección, no se quería ir. Él quería quedarse a pesar de estar totalmente incómodo.

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