【ℭαҏᎥţʋʟö 6】

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Otra semana escolar había empezado.

Un pequeño doncel caminaba por los pasillos ya conocidos de su escuela. Aún era bastante temprano por lo que no visualizo a nadie aparte de él caminando por el establecimiento. Subió a paso lento las escaleras y al encontrarse en el segundo piso se encamino hacia su salón.

Iba distraído poniéndole atención a la letra de la canción que sonaba en ese momento, de lo contrario, si hubiera prestado atención, se habría dado cuenta que la sala a la que acaba de entrar no estaba vacía.

No se percató de la presencia de la otra persona hasta que tropezó y cayó en seco al piso.

Se levantó de inmediato y al mirar el con que había tropezado, se encontró con el pie de la amiga rubia de Sasuke, Ino Yamanaka.

— Oh, qué pena, Te dolió ¿Verdad? Por favor dime que si —la chica le miro con burla.

Naruto, por su parte, se acomodó sus lentes ignorando a la chica y siguió su camino hacía su puesto. No iba a darle en el gusto a la chica, por lo que no le dirigió la mirada nuevamente ni tampoco emitió ruido alguno.

Al llegar a su lugar se percató de que su pupitre estaba estilando en agua hasta llegar al piso, donde se formaba un charco de esta, reciente.

— Esto es solo el comienzo Uzumaki —le advirtió la chica mientras se acercaba al doncel— Mientras más cerca estés de Sasuke, peor será para ti.

El blondo le miro unos segundos antes de soltar risa denigrante— Vaya, sí que eres toxica, deberías ir al psicólogo, aunque no creo que puedan hacer mucho por ti.

La chica, al escuchar aquello, enfureció y se lanzó hacia el rubio, pero este le esquivo con facilidad logrando que ella callera al piso. Ya tenía practica esquivando golpes de gente que se quiere valer por la fuerza o no sabe controlar su enojo; aunque, obviamente cuando le dio una bofetada no la pudo esquivar ya que jamás la vio venir, no creía que la rubia le fuera a levantar la mano enfrente de su amor platónico.

El doncel no esperó a que esta se pusiera de pie, y salió rápidamente del salón. Se dirigió a los baños del segundo piso en busca de papel higiénico para secar su desastroso puesto, pero se encontró con la sorpresa de que no habían colocado aún. Como si uno no fuera al baño en la mañana.

Soltó un suspiro agotado, bajo al primer piso y tampoco tuvo suerte.

No quiso volver al salón por lo que se la pasó sentado en una banca cerca de la cancha de fútbol. Cuando faltaron cinco minutos para que sonara el timbre que anunciaba el inicio de clases decidió ir a la sala.

Entró notando que ya había llegado más de la mitad de su curso, pero no les prestó atención, jamás prestaba atención a lo que pasaba a su alrededor. Caminó hacía su puesto decidido a sentarse en él, no importándole si se mojaba. La verdad quería ir a buscar algún trapero y paño a la bodega donde guardaban las cosas del aseó, pero los encargados que tenían las llaves no llegaban hasta media hora después de empezar las clases.

Se regañó mentalmente por no haber traído un chaleco extra como usualmente lo hacía, quizás podría sentarse en su mochila, pero primero tendría que vaciarla.

Decidido a hacer eso llegó a su puesto, pero se asombró al ver que este estaba completamente seco.

— Pss...

El ojiazul miro a su lado viendo a Sakura que le llamaba en un susurro.

La de cabello rosa, al haber captado la atención del doncel, apunto con un dedo hacía el puesto a su lado, donde, encima del pupitre, se hallaba un chaleco masculino completamente mojado.

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