Proyecto: EXORDIANS

Exordio

Aún no abría los ojos y sus sentidos ya estaban reaccionando cuando comenzaron a aturdirlo sonidos ahogados que podían escucharse a su alrededor, no estaba seguro de qué o quienes eran, la avalancha de información comenzaba a llenar su cerebro y no tenía ni idea de cómo rayos procesar todo aquello que lo rodeaba.

Empezó a distinguir los murmullos de una o más bien dicho a varias personas que hablaban a ratos, algunas veces los escuchaba cada vez más cerca que otras, intentaba comprender lo que decían en vano pues la mayoría del tiempo sólo escuchaba aquellos sonidos distorsionados. Intentó moverse, pero no eran movimientos a gran escala, apenas y lograba que sus dedos o sus parpados reaccionaran, o al menos eso es lo que suponía porque ya no estaba muy seguro de nada.

Fue en algún momento, no sabe cuál, en que todos los sonidos a su alrededor se silenciaron, llenandolo de desesperación, de pronto sintió un tirón hacia abajo y lo siguiente que conoció fue el frío y duro suelo en el que cayó, haciéndole respirar y abrir los ojos por primera vez en su vida.

—Están listos- Escuchó la voz de una mujer de bata blanca cerca de él.

Alzó la mirada confundido mientras su cerebro intentaba buscar explicaciones del porqué frente a él existían personas dentro de contenedores con líquidos conectados a miles de cables, eran personas igual a él, fue entonces cuando comprendió que él no era distinto de ellos y empezó a temer.

—Son idénticos a los originales. ¡Buen trabajo! – Dijo uno de ellos mientras le palmeaba el hombro.

¿Original?, ¿idéntico? ¿Se refiere a mí o a ellos?

El un hombre con anteojos se acercó a él y la compuerta de su contenedor fue abierta, caminó hasta donde estaba solo para posar la mano su cabello encogió en sí mismo, no sabiendo si iba a ser dañado o algo peor; el hombre sonrió.

—Tranquilo, no te haré daño.

Su voz era tranquila, pero aun así había algo en ella que no le sonaba sincero.

—General, no creo que él pueda entenderlo, él no tiene ningún conocimiento de nuestro mundo aún, es como un bebé recién nacido.- Contestó un hombre entraba en la sala quien llevaba una tabla consigo analizando el contenido sin siquiera volteaba a ver a los demás.

—Mejor aún- El hombre enfrente de él habló de nuevo y acarició su cabello, sintió una sensación desagradable recorrerle el cuerpo, él siguió rígido, algo en su ser no le daba tan buena espina.

El hombre de la tabla finalmente lo observó unos minutos fijamente —El nombre que se le asignó al experimento 061 permaneció igual al de... -

—Entendido, entonces, bienvenido al mundo, Yeol. – Interrumpió uno de ellos.

Apenas alcanzó a asentir de lo desconcertado que se encontraba ante todas esas personas que suponía se estaban refiriendo a él.

—Creo que nuestro pequeño si entiende un poco después de todo. —Sonrió sin dejar de mirarlo aquel hombre que también lo estaba acariciando, se levantó y señaló a las otras personas —Pequeña creación saluda a tu nueva familia.- Dijo animadamente mientras señalaba al otro lado de la sala.

Ahí entendió que esas personas igual de confundidas que él serían su apoyo, de alguna manera comprendía y entendía aquella mirada de desconcierto en ellos y algo en su interior le decía que debía permanecer con ellos sin importar nada; quizá ellos se encontraban en la misma situación que él, sin ninguna información sobre lo que estaba pasando, pero algo los unía un sentimiento en común demasiado fuerte.

Confusión y miedo.