Capitulo 14: Reafirmando nuevas lealtades.

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No arruines mi ritmo, escucha, esto será suficiente,

Dije que no arruines mi ritmo, este latido te robara el corazón,

Es un ritmo de 1,2,3 que no encontraras en ninguna parte,

No arruines mi ritmo, no puedo detener esta atracción,

Eres tan encantador, no hay nada que nos separe,

Los latidos del corazón se vuelven inestables,

Sólo cierra los ojos, confía en mí.

Tempo – EXO

Baëk se encontraba en la oficina de SooMan, el hombre no tenía sus anteojos puestos y lo observaba con los ojos entrecerrados.

—¿Lo que dices es verdad?

Baëk asintió antes de hablar.

—Así es señor, la misión ha terminado con éxito y ahora ChanYeol de Exo cree que Exo es malo y desea colaborar con nosotros para su destrucción.

SooMan no dijo nada, tomó sus anteojos y del lugar en que los había puesto desde el momento en que Baëk comenzó a hablarle del desarrollo de la misión que después de un mes y medio había logrado finalizar con éxito. Sostuvo los lentes en su mano derecha y una de las terminales acabó entre sus labios.

—Tendré que verificarlo por mí mismo.

Concluyó el coronel en el momento en que decidió que no podía seguirlo aplazando, además de que Baëk jamás fallaba en sus misiones.

—Lo esperaremos en la mazmorra entonces.

Baëk dio una reverencia y el coronel asintió dejándole ir.

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ChanYeol había podido darse un baño después de tiempo y se sintió bastante gustoso, su cuerpo adolorido por sus últimos encuentros para que le lavaran el cerebro le agradeció el buen trato que le estaba dando con el agua caliente.

Por primera vez en semanas ni siquiera se sentía enfermo porque las señoritas de blanco no habían ido a inhibir sus poderes y él realmente amaba sentirse bien.

Su baño fue de aproximadamente diez minutos completos e hizo un puchero justo al cerrar el agua caliente.

¿Por qué todo lo bueno tiene que acabar?

Por más que quería quedarse en la ducha por siempre, terminó saliendo de ésta porque Baëk podría volver en cualquier momento y debía de prepararse para cualquier cosa que le dijera el peliblanco. Lee SooMan era un hombre con el cual tenían que tener extremo cuidado.

Ya estando fuera de la ducha, unas prendas de color blanco le esperaban encima de la cama de LüHan, ya que él había sido el que sugirió que debía tomar una ducha y lucir presentable en caso de que SooMan quisiese verificar las cosas. Supuso que las ropas encima de la cama estaban hechas para alguien como él por el tamaño de las mismas y casi supo de inmediato que la ropa había sido usada anteriormente porque la tela presentaba cierto desgaste, nada fuera del otro mundo, pero sí que eso le hizo preguntarse sobre la persona que pudo haberlas usado anteriormente.

Ya estaba vestido para el momento en que Baëk entró a la habitación y el peliblanco lo observó de arriba abajo y se quedó callado durante unos segundos.

—¿Baëk?

Tuvo que llamar su atención al sentirse un poco incómodo bajo su escrutinio.

—El general... No, SooMan bajará a las mazmorras en un par de minutos, vamos.

Proyecto: EXORDIANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora