EXØRDIÄNS

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El arrepentimiento llegará a ti

Mira como espero con paciencia,

Mis expectativas y obligaciones por ti se han secado,

...

Tus verdaderos sentimientos están escondidos

Detrás de una débil sonrisa

Damage – Exo

—Yeol, hoy comenzarás un entrenamiento diferente.

El mismo hombre de gafas que vio al despertar se dirigía a él, su amabilidad le sabía falsa, incluso aunque no supiera el verdadero significado de la palabra, podía intuirlo, y su propio concepto de ella, era ese hombre.

—Sí, señor.

Sin embargo, luego de haber tenido que aprender a la mala que debían seguir órdenes, no pudo negarse y mucho menos se atrevió a preguntar por qué debía hacerlo.

—Tu tarea es observar.

¿Observar?, ¿observar qué?

—¿Señor?

El hombre que había 0estado sentado, se levantó de la silla y caminó, pasando por su lado y dejándolo atrás, confundido.

—Ven, sígueme.

A él no le quedó ninguna opción más que seguirlo. El hombre caminó por pasillos distintos, él no podía estar seguro de que aprendería el camino de vuelta porque todos los pasillos eran idénticos, paredes, pisos y techo, todos ellos eran color blanco; había puertas en cada pasillo y todas eran idénticas en número y forma, eran rectangulares, con un picaporte de metal y su color, al igual que todos los demás era blanco, sin contar que cada pared tenía tres puertas; uno podría pensar que el techo al menos lo ayudaría un poco, pero de la misma manera que con las puertas, cada pasillo tenía la misma cantidad de luces iluminándolo, tres paneles largos y rectangulares.

Sí, él era bueno observando pequeños detalles, tal vez es por ello que el hombre le pide que observe algo de lo que aún no está seguro.

Llevaban caminando al menos unos 7 minutos y finalmente el hombre se detiene en frente de una puerta, ésta es destacable porque su picaporte es diferente, primero en forma, ya que es redondeado mientras que los otros son los típicos picaportes rectangulares y alargados, luego lo es en color, su color no es brillante y plateado sino que es dorado.

—Entra.

El hombre al parecer había entrado mientras analizaba algo tan banal como el picaporte. Sin querer hacerlo esperar, se adentró a la habitación.

Por dentro era completamente distinta a lo que espero, el color blanco seguía estando ahí, pero esta vez tenía un tono grisáceo ya que las luces estaban apagadas y la razón por la que podía ver era la gran serie de monitores que tenía enfrente. En estos se podían captar distintas imágenes de distintos lugares.

—Señor, ¿qué es lo que debo observar?

El hombre sonrió satisfecho a su pregunta.

—¿Ves a esas personas de ahí?

El hombre señaló un monitor en específico y él se sintió extraño, en el monitor había alguien idéntico a él junto a otras personas que eran idénticas a sus compañeros.

El de gafas lo observó esperando una respuesta y él volvió a la realidad, intentando alejar el millón de preguntas que había llegado a su cabeza.

Proyecto: EXORDIANSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora