Peggy estaba ansiosa, no había dejado de pensar en lo que le dijo Patrick el día anterior. ¿A dónde tenía pensado llevarla? Quería descubrirlo ya.
Ya se había vestido con una camiseta verde y unos pantalones cortos algo desgastados; ya casi no se acordaba de su terrorífico episodio con el payaso, y eso era bastante bueno, pues en este momento lo que menos quería era que algo así turbara su felicidad.
La casa estaba muy silenciosa, lo cual era bastante bueno. No había botellas de alcohol esparcidas por todas partes, y tampoco olía a perfume barato, Peggy echaba de menos a su madre pero podía vivir sin ella.
Era por la tarde, ya había comido hacía tiempo y ahora no tenía mucho que hacer.
El timbre sonó, y la joven pegó un salto de alegría. Pronto su felicidad se esfumó al abrir la puerta y ver quién estaba en su entrada :
- Eddie, ¿qué haces aquí?.
- Venía a disculparme.- musitó mirando al suelo.- No debí besarte.
- Anda, cállate y entra.
- Pero mi madre dice que no debo...- ella lo tomó bruscamente del brazo haciendo que el chico pasara adentro. Caminaron hacia el salón y se sentaron en el sofá.
- Tienes que olvidarte de eso Eddie.- cruzó los brazos.- Hagamos como que ese beso nunca pasó.
- Bueno pero...¿podemos seguir siendo amigos?.- Peggy sonrió.
- ¡Claro!.- hizo una pausa.- ¿No se lo habrás contado a alguien?.
- No, te lo juro.- Eddie se levantó.- Muchas gracias por perdonarme, ahora tengo que irme.
- Hasta pronto.- ella también se levantó y lo acompañó a la puerta.
- Oye...¿hoy vendrás con nosotros a casa de Ben? Vamos a investigar.- quiso saber él, aún con timidez.
- Lo siento, no puedo.
- Bueno, otra vez será.- sonaba decepcionado.
Sin decir más la chica cerró la puerta y suspiró. Estaba alegre de haber aclarado las cosas, pues Eddie era su amigo y no quería que su relación se resintiese. Ahora sólo le quedaba esperar a Patrick.
Volvió al salón para ver la tele, era una buena forma de matar el tiempo. El timbre de la casa volvió a sonar después de unos minutos, y Peggy se levantó alegremente, esperando encontrarse con Patrick Hockstetter y su sonrisa característica. Otra decepción más.
Se encontró al cartero del pueblo, que le tendió una carta y le deseó un buen día. Ella volvió a cerrar la puerta con fastidio.
Miró el sobre de la carta y leyó la dirección : "Sanatorio de Juniper Hill". Probablemente su padre se había animado a escribirle una carta después de tanto tiempo. Decidió leerla más tarde.
🔥
Ya eran las diez de la noche, había pasado el toque de queda. Era obvio que Patrick no iba a venir.
¿En qué estaba pensando? Era obvio que ese idiota se la había jugado. Le había hecho creer que le gustaba para que ella se ilusionase y luego se llevara un fastidio. Peggy aceptó que se habían burlado de ella y se puso el pijama, preparada para pasar la noche viendo películas de superhéroes hasta dormirse.
¡Ding, dong! El sonido del timbre hizo que se levantara rápidamente. Se temía lo peor, ¿quién llamaba a esas horas? Rezaba para no encontrarse con el payaso de nuevo.
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0:00 | Patrick Hockstetter.
FanficA esa hora estará en el bosque, con ella. Nadie podrá oír los gritos, nadie podrá salvarla. Todo el mundo duerme a las 0:00. Todo el mundo excepto él.