Ya era por la mañana, Patrick se había despertado a las diez, como siempre solía hacerlo. Observó a la chica que aún dormía plácidamente entre las sábanas, para él era preciosa, casi como una de esas muñecas de porcelana que solía romper de la colección de su madre. Por una vez en su vida, alguien era real para él.
Decidió despertarla, pues sus padres llegarían en unas horas de la iglesia. La zarandeó suavemente y ella comenzó a abrir los ojos :
- Buenos días.- musitó adormilada.
- ¿Cómo estás?.
- Bueno, me cuesta asimilar lo que ha pasado, pero creo que estoy mejor.- se levantó pesadamente de la cama.- Creo que debería irme a casa.
- Espera.- él la tomó de las manos.- Vente conmigo a Idaho, podemos ser muy felices.
- P-pero, ¿y las clases?, ¿y mi madre?, ¿y si nos buscan?.
- No nos van a buscar, y no te preocupes por lo demás.- Patrick sonaba emocionado.- ¿Qué tal si nos vamos mañana?.
- No puedo Patrick.- Peggy se soltó del agarre del chico y se dirigió a la ventana, donde aún seguía la escalera.
- Haz lo que quieras; mañana te espero en el Puente de los Besos a las ocho de la tarde, tú decides si vienes o no.
Sin decir nada más, Peggy comenzó a descender por la escalera, pensando en llegar a su casa, para llamar a su madre y que esta contestara. Cuando puso los pies en el jardín, se dio cuenta de que aún estaba en pijama, pero poco le importó.
Para su suerte a medida que iba caminando, se dio cuenta de que no había mucha gente en la calle, lo cual era un alivio para ella :
- Peggy.- una voz que conocía bien la llamó.
- Hola Beverly.- saludó a la pelirroja.
- ¿Cómo te lo has tomado?.- la pregunta de su amiga le pareció extraña, ¿acaso se había enterado de lo de su padre?.
- ¿De qué estás hablando?.
- Lo de tu madre.- Peggy no lograba comprender nada.
- T-tengo que irme, adiós Beverly.
Peggy comenzó a correr, debía llegar a su casa y aclarar toda esta mierda. Sentía una inquietud dentro de su cuerpo, pero eso no haría más que incrementar.
Llegó a su casa, y se encontró con una gran aglomeración de personas alrededor de su puerta, pero cuando la vieron a ella abrieron el paso. Dos policías esperaban en su puerta. Ella se aproximó hacia ambos y preguntó :
- ¿Puedo ayudarles en algo?.
- Necesitamos hablar contigo.- dijo uno de ellos.
- Claro, pasen.- la joven abrió la puerta y, con nerviosismo vio pasar a los 2 policías.
Los dos se sentaron en el sofá sin siquiera pedir permiso, ella cogió una silla de la cocina e hizo lo mismo. Se tocaba las manos todo el rato, estaba nerviosa, no sabía que querían esos dos hombres :
- Hemos encontrado a tu madre.- que extraño, es como si supiese que estaba desaparecida.
- ¿Dónde?.
- En una carretera saliendo del pueblo.- el policía suspiró.- Estaba muerta.
- ¡¿Cómo?!.- las lágrimas empezaron a brotar otra vez.
- Se había pegado un tiro en la sien.- la informó el otro.- Todo apunta a un suicidio, pero vamos a investigarlo de todos modos.
- Sentimos la perdida.- uno de ellos le revolvió el pelo, y se fueron sin decir nada más.
Por primera vez en la vida Peggy sentía que no tenía nada, que estaba sola en el mundo. ¿Qué iba a hacer?. No era capaz de pensarlo, ahora mismo sólo lloraba pues no quería hacer otra cosa.
🔥
Era ya por la noche, Peggy no se había levantado del sofá, pero lo tuvo que hacer debido al estruendo que escuchó en la cocina. Y al entrar en la estancia se encontró de nuevo con esa cosa indeseable, con ese payaso.
Ella se puso de rodillas, las piernas le empezaron a temblar :
- ¡Fuera! ¡Vete de aquí!.- el payaso no se acercó a ella.
- Sé lo de tu papá y tu mamá Peggy. Ellos no te querían, yo sí. Ven, ven a flotar con tu amigo Pennywise.
Peggy cerró los ojos y empezó a gritar lo más fuerte que pudo, hasta que notó que su garganta no podía aguantar más. Abrió los ojos irritados por las lágrimas y comprobó que Pennywise ya no estaba. Con la respiración agitada volvió al salón para tumbarse, le dolía la cabeza.
No podía aguantar más en ese estado, mañana haría algo que podría cambiar su vida.
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0:00 | Patrick Hockstetter.
Fiksi PenggemarA esa hora estará en el bosque, con ella. Nadie podrá oír los gritos, nadie podrá salvarla. Todo el mundo duerme a las 0:00. Todo el mundo excepto él.